Cuando nací, el 27 de abril de 1976, actuaban en las sombras, al margen de la legalidad. Ocultaban sus nombres, para mantenerse en el anonimato. Borraban rastros de los crímenes que cometían, para no ser descubiertos. Amparados en la impunidad, caminaban por las calles como si nada hubieran hecho.
Cuando ya había cumplido 40 años, el 25 de agosto de 2016, escuché la sentencia del juicio La Perla, del que participé como Fiscal. Ahora, todos sabemos quiénes son y qué hicieron.
¿Qué estarás pensando?
¿Habrás podido dimensionar la crueldad de tu comportamiento?
Lo inhumano de tu proceder
Lo indigno de tu silencio
Lo inmoral de tu justificación
¿Qué sentiste cuando pedí prisión perpetua? ¿Y cuando el tribunal la dispuso?
Qué ironía, la institución que burlaste cuando ejecutaste el plan de secuestro, tortura y exterminio, es la misma que ahora te condena.
Los que participamos del mega juicio La Perla, cada uno en su rol, contribuimos a consolidar unos de los pilares fundamentales de un Estado Democrático de Derecho: los crímenes que se cometen en una sociedad, por más aberrantes que sean, deben ser sometidos a un juicio justo, con las garantías del debido proceso.
El equipo de la Fiscalía: expectante y con satisfacción
Expectante, luego de casi cuatro años de juicio, finalmente vamos a escuchar la sentencia del Tribunal.
¿Se tendrán por acreditado todos los hechos?
¿Se condenará a todos los acusados?
¿Habrá absoluciones?, ¿cuántas?
¿La sentencia reparará a las víctimas?
Con satisfacción. Por la tarea cumplida.
El día que me enteré que el Equipo Argentino de Antropología Forense había encontrado restos humanos en inmediaciones de la estancia “La Ochoa”, en los predios del Ejército, me dirigí al lugar con Lylan Luque y Claudio Orosz. Como era de difícil acceso, sobre la ruta 20 camino a Carlos Paz, nos esperaba Anahí Ginarte, a cargo de la investigación del EAAF. En el camino pensaba en la relevancia del hallazgo si se acreditaba que eran víctimas de la causa: una prueba muy contundente de que fueron asesinadas y sus cuerpos ocultos para no ser encontrados. Una vez que la camioneta 4×4 conducida por Anahí llegó a los hornos y pude ver los fragmentos de los restos óseos, aquel pensamiento vinculado con mi tarea de Fiscal cedió paso a otro. No puede evitar pensar que sentiría un familiar frente al hallazgo. La emoción me invadió.
¿Quiénes te trajeron hasta acá?
¿Cómo lo hicieron?
¿Cuánto tiempo hace?
Quiero contarte tantas cosas
No te preocupes
Ya te encontraron, ya te encontré
Ahora tendremos tiempo para hablar.
Por Facundo Trotta
Fiscal Federal en la Mega causa «La Perla – Campo de la Ribera – D2»