Ana María “Nené” Peña, la “chica” de la bandera en la rebelión cordobesa, reconstruye para Alfilo su historia militante, el vínculo familiar con Eva Perón y John William Cooke y su participación en el mayo que ardió el país. Conmovida por los 50 años de aquella gesta inolvidable, cuenta su experiencia como dirigente sindical en La Bancaria, la represión y la cárcel durante la dictadura genocida y celebra las nuevas luchas por una sociedad con igualdad de derechos.
“Mi mamá fue correo entre John William Cooke y Perón en el exilio, esto lo digo para que se entienda el porqué de una militancia tan temprana”, cuenta Ana María “Nené” Peña en el libro El Cordobazo de las Mujeres, de Bibiana Fulchieri. De cuna peronista, la política atravesó la historia de quien sería la única mujer condenada por un Consejo de Guerra durante el Cordobazo, “el bautismo de fuego” para ella y para miles de personas que ese día sintieron la revolución en el cuerpo.
En el living de su casa, donde vive con su esposo, Nené se emociona al ver el portarretrato con la foto que la marcó para siempre: ella marchando por las calles del centro cordobés junto a un grupo de estudiantes reclamando el fin de la dictadura de Onganía. Ese registro, que terminaría perjudicándola frente a la justicia militar, es una buena síntesis de quien entregó su vida a la militancia sindical y la construcción de un país con distribución de la riqueza y justicia social.
Conmovida por los 50 años de aquella gesta, una de las protagonistas del conversatorio realizado en la FFyH cuenta en esta entrevista su herencia familiar, su trayectoria como dirigente bancaria, la influencia del Cordobazo en toda una generación sindical y política, la represión sufrida en carne propia durante la dictadura, su difícil regreso a la militancia gremial en la democracia recién parida, y la celebración de las nuevas luchas que los vientos feministas soplan para hacer realidad la igualdad de derechos.