La era del individualismo autoritario

En el marco de las actividades organizadas en la FFyH a 40 años de la recuperación democrática, el martes 5 de diciembre, en Rubén Libros se realizó el conversatorio “Del antiperonismo al individualismo autoritario”, con la participación de Ezequiel Adamovsky y la coordinación de Marta Philp.

Ezequiel Adamovsky es historiador, especialista en historia intelectual europea y la historia de las clases medias y populares en Argentina. Es profesor de la Universidad Nacional de San Martín y de la Universidad de Buenos Aires e investigador de Conicet. El 5 de diciembre estuvo en Córdoba presentando su último libro titulado Del antiperonismo al individualismo autoritario (San Martín: UNSAM Edita, 2023), actividad organizada por el Doctorado de Historia, la Escuela de Historia, el Área Historia del Centro de Investigaciones Maria Saleme de Burnichon y la Comisión abierta “40 años de democracia” de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

El libro explora los cambios en la política argentina entre 2015 y 2023, examinando los rasgos autoritarios que fueron acentuándose y que generan un verdadero riesgo para el sistema democrático. La obra consiste en un conjunto de ensayos e intervenciones, algunos ya publicados en periódicos nacionales y extranjeros y otros inéditos hasta ahora. Aunque se trata de textos que fueron pergeñados en la complejidad de coyunturas determinadas, el hilo que los conecta permite poner en perspectiva la profundidad de las transformaciones y de la construcción de una subjetividad colectiva marcada por el individualismo autoritario y el totalitarismo del capital.

En ese marco, la historiadora y subsecretaría de Posgrado, Laura Ortiz, conversó con Ezequiel Adamovsky y compartimos aquí algunos pasajes.

  • ¿En qué rasgos de la realidad observas la presencia de eso que vos llamas “individualismo autoritario”?

Lo que se llama individualismo autoritario es un tipo de subjetividad que se relaciona con la percepción de que uno tiene un espacio de autonomía individual en el cual tiene derecho a desarrollar su proyecto de vida tal como a uno se le antoje, y la posibilidad de hacerlo. Y también es la percepción de que ese espacio está amenazado o está invadido por demandas, reclamos colectivos o personas que, indebidamente entonces, se paran encima de ese espacio y funcionarían como un impedimento, un bloqueo, al desarrollo de ese proyecto personal. Está un poco sintetizado en el emblema de la viborita que utilizan los grupos de extrema derecha en Argentina y en otros lugares del mundo. Refiere a la idea de “No me pises”, la idea de que si me querés pasar por encima, si me querés pisar, querés pasar sobre mi espacio, te pico. También en esa percepción existe el deseo o la demanda de encontrar en algún movimiento o un liderazgo político que tenga la posibilidad de restaurar ese espacio personal que se percibe amenazado y que se percibe amenazado entre otras cosas, por los derechos colectivos y por el Estado. Entonces sería una persona o un liderazgo que pueda restaurar ese espacio personal, incluso yendo contra las leyes y el Estado si es necesario.

  • ¿Cuánto hay de este fenómeno que es propio de la Argentina, que se presenta como algo novedoso, y cuánto se comparte con procesos similares en otras latitudes?

Bueno, es un fenómeno que está conectado globalmente. Es decir, hay toda una serie de movimientos en distintos países del mundo que se reconocen hermanos y hay un liderazgo que tiene encuentros, reuniones, que comparten recursos e informaciones. Sin duda es un movimiento que es global. Pero también es bastante diferente si uno lo ve en términos de una historia intelectual, por ejemplo, del cuerpo de ideas que anima a cada uno. El caso nuestro, de Milei, son ideas muy asociadas a la Escuela Austríaca, al liberalismo económico, que no es el caso por ejemplo de Giorgia Meloni en Italia o de Vox en España, que vienen más de un tipo de conservadurismo más ligado a lo cultural que a lo económico. Lo que me parece que es interesante es que por debajo de eso encuentran suelo fértil en esta subjetividad de la que hablamos hace un momento, que me parece que es compartida. Y que entonces permite que a nivel de cuerpo de ideas, pueda fluctuar de un conservadurismo a un liberalismo extremo y ser igualmente atractivo para las personas que lo siguen.

  • ¿Qué herramientas te parece que puede ofrecer la Historia, y las Ciencias Humanas en general, para comprender este presente tan complejo? ¿Qué rol nos compete a nosotros, los historiadores y las historiadoras, en este escenario?

Me parece que lo distintivo que podemos ofrecer los historiadores, en comparación con otras disciplinas, son las miradas de largo plazo. A mí me interesa mucho, y parte del libro tiene que ver con eso, porque hace una especie de genealogía del individualismo autoritario en lo que es la filosofía del liberalismo clásico. La idea que planteó el liberalismo de que existen individuos que nacen con derechos inalienables y que la sociedad es una especie de amenaza frente a esos derechos, y que la política se trata de ver cómo conjurar esa amenaza. Evitar, entonces, que la política o el Estado invadan esos derechos individuales inalienables. Acompañada de la prédica de una pedagogía que ya lleva 200 años, que nos ha dicho que en la medida en que seamos todo lo egoísta que queramos, vamos a contribuir al bien general. Eso creo que es un experimento desde el punto de vista histórico inédito, no hay sociedades en el pasado ni en ningún otro sitio que haya planteado lo colectivo alrededor de la idea del individuo. Es la idea de la autonomía del individuo y del derecho del individuo de seguir su ley. No hay antecedentes históricos, es un experimento inédito. Doscientos años: al resto de las personas les parece una eternidad, pero para los historiadores es nada, es apenas un suspiro. Y me parece que podemos ofrecer entonces esa mirada de largo plazo, para ver cuáles son los efectos y derivadas de ese experimento inédito, de esa invitación a construir sociedades en torno del egoísmo, en torno del individuo.

Para conocer más sobre la obra de Ezequiel Adamovsky podés visitar: http://ezequieladamovsky.blogspot.com/

Fotos: Pablo Giordana