La activista social Vandana Shiva fue reconocida como «Visitante Distinguida» de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC. La actividad tuvo lugar el 9 de junio, en el marco de la mesa-debate «Soberanía alimentaria: fuerzas y resistencias frente al modelo de agricultura industrial», donde participó la periodista, investigadora y documentalista Marie-Monique Robin junto a Florencia Santucho y la profesora Mirta Antonelli. Durante la charla se adelantó además la creación de un Tribunal Internacional contra Monsanto.
Todo lo que se dijo durante aquella tarde fue para muchos, por lo menos, incómodo. Sobre todo porque no resulta sencillo alzar la voz, de manera asimétrica y denunciar las acciones avasalladoras de empresas transnacionales. Como tampoco resulta indiferente o casual que sean precisamente mujeres las que se conviertan en el rostro visible de luchas civiles a favor del cuidado del planeta. Así, con una mesa poblada por voces femeninas y con nombre propio, el Auditorio Hugo Chávez del Pabellón Venezuela se vio colmado de un público integrado por ambientalistas, vecinos de Malvinas Argentinas y una comunidad universitaria atenta al desarrollo vertiginoso de un sistema capitalista global, incapaz de ponerle freno a la voracidad y el deterioro ambiental que provocan multinacionales de las características de Monsanto. «La lucha por la soberanía alimentaria, la aspiración omnímoda de transnacionales como Monsanto por la captura y el control de la vida a través de la semilla, lo cual significa también el control del agua, de la tierra y el secuestro de las prácticas culturales ancestrales con las que nuestros territorios han venido siendo fecundos, es sin dudas, el horizonte quizás más sombrío de estas democracias extractivas –como la hemos dado en llamar–, justamente por el carácter fáctico que tienen las corporaciones». Con este claro posicionamiento, la profesora Mirta Antonelli fue la primera en tomar la palabra y valorar, a su vez, la posibilidad de distinguir, desde la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, la trayectoria de Vandana Shiva. Una activista social que no sólo forma parte de estas cartografías de las resistencias, sino que es «una representante excelsa de estas redes de luchas por la vida». Una mujer con décadas de luchas y acciones concretas en el intento de detener el modelo agroquímico o la privatización del agua que imponen en India, empresas como la Coca Cola o Monsanto.
«Son las trayectorias de mujeres como Vandana Shiva y como la propia Marie-Monique Robin, las que nos invitan a militar», destacó Antonelli. «Y recurro a esta palabra (militar) en este espacio, porque estas referentes son militantes de la vida como lo son tantas otras mujeres que luchan desde el territorio y el anonimato, por la ética del cuidado. El cuidado de la tierra, el cuidado de la vida. Por garantizar la posibilidad de la vida», subrayó. Hacia el final de su intervención, Antonelli, expresó que necesitamos saberes expertos contra hegemónicos. “Necesitamos una ecología de saberes y voces que se pongan al servicio de la vida, lo que la humanidad, y especialmente sus mujeres, han legado durante milenios”.
El decano de la FFyH, Diego Tatián, fue el encargado de entregar el diploma de visitante distinguida a Vandana Shiva – el mismo reconocimiento que recibió el año pasado Marie-Monique Robin– y remarco “la importancia de estas las luchas por hacer del mundo un lugar cada vez más habitable”.
Vandana Shiva tiene 64 años y dada su larga trayectoria como ecofeminista, está considerada como una de las pensadoras más dinámicas y provocadoras del mundo. Filósofa, científica y activista social, se ha dedicado a luchar de manera tenaz contra el modelo neoliberal, los alimentos transgénicos y las multinacionales que los producen. Actualmente tiene miles de seguidores en el mundo y dentro de los movimientos ambientalistas, es sin duda una de las voces femeninas más influyentes. Defensora de la tierra y los derechos humanos, sin ningún tipo de eufemismo, no se cansa de ubicar a Monsanto como “la corporación dedicada a envenenar el planeta”.
Ataviada con los típicos trajes de la India, de pelo lacio y recogido con un rodete, su rostro redondo y sin maquillajes no pasó inadvertido en los predios de Ciudad Universitaria. De naturaleza observadora, al hablar frente al público, en ocasiones rozaba en forma delicada su bindi: ese punto color magenta dibujado en el centro de su entrecejo, que por estas latitudes la convierte en una mujer aún más exótica.
Acompañada por una joven traductora de español, Vandana Shiva confesó que sentía alegría de estar “en una universidad que quiere a Monsanto fuera”. En su exposición, relató que lleva más de 30 años trabajando en la preservación, conservación e intercambio de semillas sin ningún tipo de manipulación transgénica. Una actividad que vienen ejerciendo las mujeres en gran parte del mundo. “Durante diez mil años de producción agrícola, las mujeres se han encargado de la producción de la semilla. Y de esta forma, también se han encargado de generar la diversidad en los alimentos” explicó. Así, se han generado de 1 a 200.000 tipos de variedades de arroz en India”.
Para Vandana Shiva se trata entonces de preservar también una tradición milenaria. “Las mujeres han tomado a las semillas como sagradas y como inteligentes. Las semillas saben cómo crecer. Y también las mujeres son inteligentes, a pesar de que los patriarcas quieran negar eso. De esa forma, se combinan esas inteligencias para generar biodiversidad, nutrición y resistencia”.
Shiva condenó con firmeza el sistema de patentamiento de semillas que intenta imponer Monsanto en distintos países del mundo. “Ellos vienen de la guerra”, aseguró. Y recordó que Monsanto es la misma empresa que durante la guerra de Vietnam se dedicaba fabricar y comercializar el Agente Naranja.
También relató cómo en India, Monsanto llegó a cobrar ilegalmente 1000 rupias por el uso de las semillas del algodón. Incluyendo a los agricultores cuyas cosechas fueron contaminados por el transgen, mediante la polinización. Una situación muy crítica que provocó un aumento gigantesco del precio del algodón en un 80.000%. De esta manera, se generó un enorme endeudamiento por parte de los trabajadores rurales y su trágico desenlace fue el suicidio masivo de unos 300.000 campesinos.
Además, acusó a esta transnacional de intentar prohibir la soberanía de la tierra y la biodiversidad de alimentos, reduciendo su producción a la soja, el maíz o el algodón. Dijo que agrega genes tóxicos a las semillas y “crean comida falsa y vacía –pobre en nutrientes–, para alimentarnos”. “Deberían ser castigados por generar semillas con genes tóxicos”.
“El derecho humano al alimento y a la soberanía alimentaria –dijo –, tienen que ver con producir nuestros propios alimentos, sanos, sin tóxicos y tener el derecho a consumirlos”. Algo que Gandhi en su momento llamó “el dominio sobre nosotros mismos”, explicó.
Además, aseguró que a través de la agroecología “se puede alimentar el doble y hasta el cuádruple de la población mundial. Porque la agroecología intensifica la biodiversidad y los procesos agroecológicos”.
Toda su argumentación se basó en aportar datos precisos sobre el daño que produce la comida de origen industrial. Como fuente de consulta, citó su plataforma web – navdanya.org , que significa 9 semillas- y habló de la creación de la Universidad de la tierra, que tiene por objetivo trasmitir todo tipo de conocimiento para saber “cómo alimentarnos, cuidar la tierra y vivir sanos”.
Lo importante –subrayó–, es estar unidos para poder enfrentar a Monsanto y a todas sus mentiras. “Van a caer” afirmó. “El imperio británico solía afirmar que el sol nunca se pone, pero finalmente el sol se puso. Sucederá lo mismo con Monsanto”, dijo. “Debemos crear una alternativa sana para la tierra con la cual podamos alimentarnos” explicó.
“Nuestro pan es nuestra libertad” concluyó segura, frente a un auditorio que valoró su prédica con fuertes aplausos.
“El veneno más toxico de la historia industrial”
La periodista y documentalista francesa Marie-Monique Robin fue la encargada de cerrar la actividad. Allí adelantó que desde hace meses está abocada a producir un documental sobre los daños irreversibles que produce el glifosato. “Lo que está pasando en Argentina es muy grave y preocupante -aseguró la autora de El mundo según Monsanto-. “ Son 22 millones de hectáreas de soja que están siendo fumigadas con el veneno más tóxico de toda la historia industrial, que es el glifosato”. Y que como lo comentó Damián Marino, de la Universidad Nacional de La Plata, por monitoreo y dado el alto grado de contaminación, “el glifosato ya se encuentra en la lluvia, en el agua, en el suelo, en el aire, en el alimento y hasta en el algodón”.
La investigadora dijo que el glifosato está afectando nuestro ADN. En su intervención enumeró una serie de enfermedades como el cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de riñón, malformaciones congénitas, diabetes, abortos espontáneos y múltiples tipos de alergias producidas o derivadas por el alto grado de toxicidad para la salud humana, que posee este agroquímico.
A pesar del “gran desastre”, Marie-Monique Robin no perdió cierto optimismo y expresó tener “buenas noticias”. Dijo que después de visitar África, Japón, Europa, América Latina y la propia Argentina se encuentra con agricultores, productores de alimentos y ciudadanos en general que cada vez tienen “más conciencia”. Existen agricultores que cambian de sistema, que pasan a una transición ecológica, y cada día son más los ciudadanos que no desean consumir comida basura. “Porque el saber es poder”, dijo.
Tribunal Internacional contra Monsanto
Dada la cantidad de daños y el deterioro ambiental que esta corporación viene produciendo en distintas partes del mundo, tanto la periodista Marie-Monique Robin como Vandana Shiva, se encuentran trabajando a nivel internacional para llevar a cabo un enjuiciamiento contra Monsanto. Se trata de una exposición de todos los crímenes cometidos por la empresa, en el Tribunal de La Haya, que ya tiene fechas previstas: 14, 15 y 16 de octubre de este año. Su objetivo principal es exigir una indemnización civil por parte de la compañía a todas las víctimas que padecen y padecieron algún tipo de daño. Con esta iniciativa, se busca además que la Corte Internacional Penal reconozca no sólo los cuatro tipos de crímenes que ya tiene tipificados: lesa humanidad, genocidio, agresión y guerra. A partir del caso Monsanto, se intenta crear una quinta figura penal, el “ecocidio”.
“El ecocidio –según explicó Marie-Monique Robin–, se inscribe en lo que el papa Francisco describe como la casa común. La casa común que está en muy mal estado, destruyéndose muy rápidamente. Y es muy difícil evitar que las multinacionales continúen con esa destrucción, porque falta un instrumento legal que lo permita. Por eso, los jueces de este Tribunal Internacional del Juicio contra Monsanto van a hacer recomendaciones a la Corte internacional Penal para que pueda incluir dentro de su mandato un nuevo crimen: el ecocidio”. También la periodista francesa referenció una plataforma en la red de financiamiento solidario y participativo – www.monsanto-tribunale.org– donde se encuentra toda la información necesaria para sumarse y poder colaborar.
Ecofeminista
Vandana Shiva nació en Dehradun, India, en 1952. Una ciudad muy antigua, enclavada a los pies del Himalaya. Hija de un padre conservacionista y una madre dedicada a la agricultura. Activista, escritora, filósofa, ecologista, científica y ecofeminista, contribuyó intelectualmente y a través de campañas activistas en diferentes áreas, entre las que se cuentan: derechos de propiedad intelectual, biodiversidad y bioética. Shiva cuestiona el impacto de la tecnología científica sobre el ambiente y aborda la investigación interdisciplinaria de la ciencia, la tecnología y la política ambiental. Su trabajo se centra en una crítica hacia las concepciones del desarrollo basadas en el libre mercado y la sobre-explotación de recursos naturales, que marginan el conocimiento local.
Referente a nivel mundial del Ecofeminismo, sobre el cual ha escrito numerosos libros y colaboraciones. Entre ellos se encuentran Abrazar la vida: mujer, ecología y desarrollo; La praxis del Ecofeminismo: biotecnología, consumo y reproducción; y Ecofeminismo. Teoría, crítica y perspectivas, este último escrito en conjunto con Maria Mies. Creadora de la Fundación para la Investigación Científica, Tecnológica y Ecológica, la cual cuenta entre sus iniciativas el impulso y difusión de la agricultura ecológica, el estudio y mantenimiento de la biodiversidad, el fomento del compromiso de las mujeres con el movimiento ecologista y la regeneración del sentimiento democrático. Vandana Shiva ha asesorado a los gobiernos en India y en el extranjero así como a organizaciones no gubernamentales, incluyendo el International Forum on Globalization, la Women´s Environment & Development Organization y la Third World Network. Ha recibido el Right Livelihood Award, también conocido como el Premio Nobel Alternativo, por su gestión en la cultura, los derechos humanos y la defensa del ambiente.
Texto y fotos: Irina Morán
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