Daniel Filmus participó en las VII Jornadas Nacionales de Prácticas y Residencias en la Formación Docente y fue reconocido como “Visitante Distinguido” por la FFyH. Criticó el sistema de evaluación “Aprender 2016” que lleva adelante el Ministerio de Educación nacional y sostuvo que el macrismo “busca deteriorar el trabajo docente y vaciar a la escuela de contenidos sustantivos que permiten que los chicos y chicas transformen la realidad”.
La previa venía cargada en lo político, porque a las inauditas provocaciones del ministro Esteban Bullrich llamando al sistema educativo argentino “una fábrica de chorizos que no sirve para nada” y a los jóvenes que cobran el Plan Progresar una suerte de malandras que utilizan la ayuda estatal para “comprar balas”, se sumó la fuerte discusión sobre el proyecto del Poder Ejecutivo Nacional de recortar para el año próximo un 32% el presupuesto para Ciencia y Tecnología, y la realización en todo el país del “Aprender 2016”, un programa de evaluación que cosechó más críticas que adhesiones en el mundo educativo, sobre todo entre los sindicatos del sector público y privado y las organizaciones estudiantiles.
Con ese telón de fondo y algunos ánimos crispados, Daniel Filmus aterrizó (con paro de pilotos de por medio) en Córdoba para participar de las VII Jornadas Nacionales de Prácticas y Residencias en la Formación Docente, un evento que reunió durante tres días a docentes, investigadores y estudiantes de distintas provincias argentinas en la discusión y elaboración de propuestas para trabajar en la escuela.
Fiel a su «estilo” –templado, amigable, pausado-, Filmus dejó claramente planteada la idea de que todo proyecto político, a lo largo de la historia, tuvo su propio proyecto educativo en función del objetivo de país o nación que buscaron construir. Y que esa discusión está hoy abierta a partir de lo que fue la reciente experiencia kirchnerista, en la que él jugó un rol muy destacado como principal funcionario del área e impulsor de fuertes cambios en los tres niveles del sistema público, y la gestión que estamos transitando de la mano de Cambiemos, “que entiende a la educación como un servicio más del mercado y no como una herramienta de transformación social”.
Pero antes de su conferencia, y de la sentida presentación que hizo Gloria Edelstein sobre su trayectoria académica, intelectual y política, Filmus recibió de parte del decano Diego Tatián el reconocimiento de “Visitante Distinguido” por sus “contribuciones científicas en el campo educativo”, y asistió a una puesta teatral de alumnos de la Escuela Superior Integral de Teatro Roberto Arlt, en la que con mucho humor y acidez los chicos y chicas parodiaron el universo escolar, la burocracia académica, los mitos y prejuicios que atraviesan la relación docente-alumno, que cerró con un fuerte discurso político y un ¡viva la educación pública! que aplaudió todo el auditorio del Rectorado, incluido el mismísimo invitado.
“Después de lo que han hecho los chicos queda poco para agregar, ellos lo dijeron todo”, devolvió gentil el actual parlamentario del Parlasur, consciente de que el sistema educativo está por estos días en el centro de las discusiones, no sólo porque el gobierno nacional puso en marcha el programa “Aprender 2016” con el objetivo de evaluar un sistema educativo que el actual ministro de Macri calificó como “fábrica de hacer chorizos que no sirve para nada”, sino porque en el presupuesto nacional 2017 que se discute en el Congreso la educación, la ciencia y la tecnología no rankean entre las prioridades del gobierno.
Sin embargo, con su habitual serenidad, y al otro día de haber participado en el Senado Nacional de una protesta por el recorte del 32 por ciento para Ciencia y Tecnología que Cambiemos proyecta después de una década de crecimiento en el rubro, Filmus apeló a un artículo de Bullrich publicado en Clarín para marcar la diferencia entre el actual gobierno y el que protagonizó él entre 2003 y 2015: “El actual ministro dice que existen dos modelos de sistemas educativos que podemos seguir: el modelo del Falcon o el modelo de la nave espacial”. Dislate que Filmus no dejó escapar: “Justamente un Falcon se le ocurre al ministro, y de los 70…”, respuesta que eximió al público de más explicaciones.
“Luego -siguió Filmus- el ministro dice que ‘el sistema educativo argentino fue el que a principios del siglo XX puso a la Argentina en el tope del mundo, el que la ubicó entre una de las ocho economías más sólidas’. En Clarín, Bullrich afirma que ‘lo que la Argentina logró a principios del siglo XX, lo logró porque a finales del siglo XIX diseñó un sistema que le daba las mismas oportunidades a todos, los hijos de los inmigrantes fueron los médicos y los arquitectos de la Argentina de principio de siglo XX”. Mirando a un auditorio que lo seguía con atención, el disertante no tuvo piedad para refutar a su colega apelando a los datos duros de estadística, como buen sociólogo que es: “En 1913 la Argentina era un país agroexportador, sin industrias, no era la octava economía del mundo y solo el 7 por ciento de las personas estaba educada”.
Para qué educar
Sin entrar en la desafortunada y hasta desopilante disputa automovilística-aeronáutica, para Filmus la disyuntiva que Bullrich plantea entre “ser mecánicos de un Falcon o astronautas de una nave espacial” tiene que ver con qué modelo social queremos construir y para qué educar. “El para qué tiene que ver con un proyecto de nación. Los europeos construyeron su sistema para transformar a campesinos y artesanos en obreros, en pleno desarrollo de la revolución industrial. En la Argentina el sistema nació para formar la argentinidad, el ser nacional, pero ¿cuál nación? La nación de la oligarquía terrateniente, que utilizó al sistema educativo para transmitir la cultura dominante, la cultura europea. Esa generación educó para hacer común al resto su propio proyecto de país agroexportador”.
Siguiendo una línea histórica, quien fuera derrotado por Macri en el ballotage de 2011 para ejercer la jefatura porteña, sostuvo que “luego llegó el peronismo, que metió al trabajo en la escuela, aunque no pudo cambiar el sistema provincial en nacional, pero sí crear otro sistema: el de las escuelas técnicas, que acompañaban el desarrollo industrial del país. Cada época tuvo su proyecto: en los 60 fue educar para la liberación, durante la última dictadura educar para el orden, en los 80 educar para la democracia y en los 90 educar para el mercado”.
En este sentido, destacó que la Ley de Educación Nacional de 2006 que impulsó desde el Ministerio, y que llevó el presupuesto universitario del 3 a más del 6 por ciento del Producto Bruto Interno, tenía por objetivo cuatro grandes puntos: educar para construir identidad dentro de la diversidad “que es la cultura del siglo XXI”, disminuir la desigualdad, enseñar desde un paradigma democrático “que no es memorizar la Constitución y las leyes”, y educar para el trabajo “que es muy distinto a educar para el mercado, como proponen Macri y Bullrich, porque el mercado es coyuntural y un proyecto educativo requiere mucho tiempo”.
Integrante desde el Conicet del sistema científico que hoy está en jaque financiero, Filmus remarcó que “el macrismo expresa un modelo económico y social que pone en peligro el trabajo docente, al quitar del centro de la escena el rol del Estado Nacional, provincializando e inclusive municipalizando cada vez más el sistema. Lo nacional sólo entra para evaluar, porque Macri eliminó todos los programas de inclusión, como el Conectar Igualdad, dejó de enviar libros a las escuelas, y los Centros de Actividades Juveniles (CAJ) pasaron a las provincias. Entonces, ¿dónde está la Nación?, ¿dónde está lo común?”
Como cuadro político que es, además de su trayectoria académica e intelectual, Filmus sostuvo que “el actual gobierno nacional está pensando la educación para el mercado neoliberal, para tener una pequeña elite cualificada y una masa descualificada, como se intentó en los 90. Además, busca vaciar de contenidos sustantivos para generar chicos críticos que transformen la realidad. La propuesta de Macri es el discurso de la meritocracia, el emprendedorismo, transformar la vida común a una individual. Por eso en su artículo Bullrich habla de preparar a los jóvenes para que sean ellos quienes creen sus propios empleos y que sepan vivir y disfrutar la incertidumbre”.
La soberanía educativa en riesgo
Otro punto que planteó quien fuera ministro de Educación de la Nación entre 2003 y 2007, fue el corrimiento del Estado del sostenimiento de la educación: “Bullrich, o sea Macri, propone el ingreso del capital internacional al sistema educativo argentino. Que el país ingrese al Pisa, a los acuerdos de libre comercio. Es más, Bullrich cierra su artículo de Clarín proponiendo como soluciones la inversión del sector privado y la inversión extranjera”.
En sintonía con la disertación que Adriana Puiggros ofreció en esta Facultad el 19 de agosto pasado, que sostuvo que la “soberanía educativa estaba en disputa”, Filmus se calzó el traje de docente, que defendió con orgullo: “El nuestro es un oficio lleno de contradicciones, porque a veces nos creemos Superman y a veces sentimos impotentes en el aula, pero a lo que apunta el neoliberalismo es a deteriorar el trabajo docente”.
Sobre este punto, y mirando a la cara a las casi 500 personas que lo escuchaban, resaltó que “tenemos que entender que los docentes somos trabajadores profesionales. Producimos conocimientos para grupos que son irrepetibles, nosotros no somos técnicos. Si mantenemos la capacidad del docente tenemos capacidad. La escuela no es una autopista, sino un montón de caminos y senderos que nos van enseñando al momento de transitarlos. Por eso lo más importante de la escuela es el trabajo cotidiano entre chicos y docentes”.
Apelando a Paulo Freire y su pedagogía popular, Filmus señaló que “el desafío es pasar a la vereda para conocer la realidad, porque la propuesta actual es alejarse de los sectores populares, de su experiencia, de sus saberes. Como docentes no podemos permitir que nos quiten la posibilidad de ser trabajadores profesionales. El fin de nuestro trabajo es dejarle una mirada crítica para que sean los chicos y chicas los que cambien el mundo. Y para enfrentar al modelo neoliberal hay que aferrarse a la carrera docente, y eso no lo puede evaluar un 10, mucho menos un sistema de multiple choice. Nosotros evaluamos procesos, no fotos”.
“Néstor me llamó un viernes y el domingo era ministro”
“Mi único orgullo es haber sido ministro de Educación y hoy estar acá”, soltó Daniel Filmus, luego de que Gloria Edelstein, ex Decana de la FFyH, adelantara al público los aspectos más relevantes de una larga e intensa vida académica y política. “Néstor Kirchner me llamó un viernes y el domingo estaba asumiendo en el ministerio. Y me propuso que también asumiera Ciencia y Tecnología, que era una secretaría. Yo le dije no, estás loco, después cómo vuelvo a mi carrera científica, yo estaba cómodo en Flacso”, contó Filmus entre risas, y agregó: “Uno siempre está criticando a los funcionarios, entonces Néstor me dijo tomá, ahí tenés, arregla todo lo que siempre criticás. Y estuvo muy bueno, porque ahora puedo estar de este otro lado, tranquilo con lo que hicimos y hoy pudiendo reflexionar y pensar la gestión que el actual gobierno está llevando adelante. Para que se den una idea de lo que hablo: cuando nosotros asumimos en 2003 los chicos iban a la escuela a comer, había paros por todos lados, y lo primero que hizo Néstor como presidente fue ir a Entre Ríos a solucionar una huelga de docentes que llevaba meses. Eso sí que era una pesada herencia, ¿ustedes se imaginan a Macri asumiendo así el gobierno?
Como uno de los cuadros políticos más sólidos que tuvo el kirchnerismo en sus doce años de gobierno, Daniel Filmus compartió una conferencia que nunca despegó lo estrictamente educativo del plano político- ideológico. Bajo esa mirada militante, señaló que “la escuela no puede hacerse cargo de la desigualdad que el capitalismo genera y necesita para poder funcionar, porque la sociedad capitalista funciona con una parte de la sociedad fuera del sistema”. Y en relación al debate que tiene a la educación pública en la mira, aseguró que “las políticas educativas no tienen que tener relación con los calendarios electorales”.
Filmus responde
Luego de una hora y cuarto de conferencia, Daniel Filmus aceptó contestar preguntas de los participantes, y varias de sus respuestas tenían que ver con su gestión al frente del Ministerio. Así, explicó por qué durante los doce años de gobierno kirchnerista, con un estado nacional que implementó políticas públicas muy activas, no se nacionalizaron las escuelas públicas. “Primero porque la Constitución lo impide, y después porque es imposible manejar 40 mil escuelas desde un solo lugar. Para dar un ejemplo, sólo la provincia de Buenos Aires tiene 12 mil escuelas. Por eso lo que hicimos fue crear los Institutos de Formación Docente, que el ministro de Bullrich critica poniendo como ejemplo a Francia y Finlandia, que tienen 38 y 8 respectivamente frente a los más de 1300 que tenemos nosotros”.
En pleno debate presupuestario en el Parlamento, Filmus comparó la gestión del kirchnerismo con la actual parado en los datos duros: “En nuestro gobierno el 40 % del financiamiento educativo era nacional y el 60 % provincial, hoy es 24 % nacional y 76 % provincial. Antes de que nosotros asumiéramos en 2003, la diferencia entre el salario del docente que más ganaba con el que menos era de 1 a 17, nosotros llevamos esa relación a 1-3. Y se pasó de un presupuesto para escuelas técnicas de 4 millones a 3600 millones en nuestra gestión. Pero está claro que el INfoP no alcanza. Y lo que determina la calidad educativa es la capacitación docente en la formación docente y su relación con los alumnos”.
También precisó por qué no acuerda con el sistema de evaluación del macrismo: “Nuestro sistema de evaluación era anónimo, por alumno y por escuela para evitar el sistema chileno de los semáforos, como propone Bullrich. No se puede evaluar por múltiple choice, porque eso es evaluar resultados y no procesos. Lo que van a tener es una foto, y un sistema educativo tiene que evaluarse en muchos años”.
Por Camilo Ratti
Fotografías: Irina Morán
Impresionante conferencia y felicitaciones a los futuros Profesores de Teatro!.Lo que se pasa por el cuerpo no se olvida! Arriba La Roberto!!