Entrevista

“Internet tuvo un gran impacto en la arqueología”

 

Ian Hodder, el arqueólogo más reconocido de la actualidad, estuvo en Córdoba y dictó un curso en el Doctorado en Ciencias Antropológicas de la FFyH. Además, dio una conferencia para los alumnos de la carrera de Antropología. En esta entrevista, realizada por Andrés Laguens, habla sobre su trabajo en el yacimiento de Çatalhöyük en Turquía y el uso de las nuevas tecnologías en esa disciplina. Videoentrevista.
 
Durante el mes de abril Ian Hodder, uno de los más destacados arqueólogos en actividad y pionero del campo de la “Arqueología postprocesual” estuvo en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, donde dictó el curso The entaglement between human-things en el Doctorado en Ciencias Antropológicas. Actualmente, Hodder es profesor en la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y, desde 1993, dirige las excavaciones del yacimiento neolítico de Çatalhöyük, en el centro de Anatolia (Turquía).
Junto con Andrés Laguens, director del Doctorado, repasó sus temas de investigación, su trabajo en el proyecto de Turquía y el impacto de Internet y las redes sociales en la arqueología.

- ¿Cuál es el tema principal del curso que dio en la Facultad?
- El tema principal del curso que di aquí es lo que llamo “entrelazamiento”. Intento hablar de la forma en que los humanos están entrelazados con las cosas. La idea del curso es alejarse de aquellas aproximaciones que dicen que los humanos usamos las cosas para crear vidas sociales, pues quiero argumentar que las cosas también usan a los humanos para crear vidas materiales; argumentar una simetría, un balance entre la vida material y la vida humana.

Una de las ideas del entrelazamiento es que nuestras vidas quedan atrapadas en el mundo de las cosas de una manera que es muy difícil de desenlazar. Estoy muy interesado en el hecho de que, si uno mira a largo plazo el desarrollo evolutivo de los humanos, resulta evidente que nos hemos vuelto más y más entrelazados con las cosas. Nuestras vidas se han vuelto más y más prisioneras, de manera que es muy difícil cambiar el curso cuando esto sucede. Un ejemplo es nuestra dependencia respecto a los automóviles que, entre otras cosas, conduce al calentamiento global y a la transformación del clima. Es muy difícil para nosotros dar con soluciones para este problema pues hemos invertido mucho y estamos muy entrelazados con los automóviles (y, desde ya, también con otras formas de energía que damos hoy por seguras). De manera que creo que el entrelazamiento nos da una perspectiva sobre cómo algunas trayectorias humanas se atascan.

- Como arqueólogo, ¿encuentra usted este entrelazamiento en el pasado?
- Estoy trabajando en un sitio llamado Çatalhöyük, en Turquía central; un sitio con 9000 años de antigüedad. Y me resulta muy interesante cómo allí la gente se entrelazó, por ejemplo, con la arcilla. En el sitio donde trabajo, la gente construye todo a partir de la arcilla, incluyendo sus casas. Pero la arcilla tiene ciertas propiedades problemáticas para los humanos, de manera que tienen que involucrarse más y más en su mantenimiento, extracción, producción... A medida que la arcilla se transforma, se gasta o cambia, los humanos quedan atrapados en una progresiva dependencia respecto a ella y otros ítems materiales. Quizás el mejor ejemplo es el de la dependencia humana respecto a las plantas domesticadas: comenzamos a intensificar nuestro uso de las plantas, y así nos volvimos dependientes de ellas. Como resultado de este proceso, algunas plantas fueron domesticadas; lo que significa que no pueden reproducirse ellas mismas sin depender enteramente de los humanos. Estos, inicialmente, dependían de las plantas; pero ahora deben trabajar más duro si quieren mantener esa dependencia. Las plantas han cambiado, y hace falta más trabajo e inversión, de manera que es un buen ejemplo de cómo acontece el entrelazamiento 9000, 10000 u 11000 años atrás. Creo que, como arqueólogo, estos aspectos materiales de la vida pueden ser estudiados con mucha efectividad.

- Recuerdo un artículo que usted escribió con Shanks sobre proyectos arqueológicos. Allí hablaba, de alguna manera, sobre el entrelazamiento de los propios proyectos, no sólo con la investigación científica sino con la gente. Mencionaba que una vaca en el paisaje sería también parte del proyecto. ¿Hacer ciencia es también un entrelazamiento con distintos actores o dimensiones?
-  Sí, ciertamente podemos argumentar que toda ciencia está entrelazada con cosas materiales, pues no podemos ver el mundo si no es a través de cosas como microscópicos, por ejemplo. Pero hoy en día, cada técnica tiene su manera de ver el mundo, de manera que sólo podemos ver el mundo a través de ellas. Nuestra ciencia está muy entrelazada con nuestra capacidad de crear y utilizar máquinas. La arqueología es quizás una de las disciplinas más entrelazadas, pues lidiamos con lo que nos dejan otros científicos. Esto es un problema que se incrementa, pues los científicos del pasado han producido más y más residuos que tenemos que cuidar. Los arqueólogos trabajamos con las sobras, con la basura de otras sociedades. De manera que nuestro problema es cómo manejar la materialidad producida por científicos del pasado: ¿debemos desecharla, protegerla, cuidarla, conservarla? Estamos involucrados con esa materialidad. Pero también nuestras técnicas: la excavación es una mezcla de herramientas, gente, paisajes, suelos y más. Ejercemos una disciplina muy atrapada en el mundo material.

- En la conferencia con los alumnos de la carrera de Antropología mencionó algunos grupos interesantes que forman parte de ese entrelazamiento, el cuál estudia en Turquía. ¿Podría hablarnos un poco de esas relaciones con las comunidades locales?
- Es muy interesante como el pasado material está tan diversamente entrelazado con la vida de la gente. Por ejemplo, los arqueólogos debemos reconocer que, a menudo, el impacto principal de un sitio arqueológico recae en la comunidad local. Esta se encuentra entrelazada con el pasado en la medida en que pueden hacer dinero a partir del sitio, mediante el turismo por ejemplo; generando trabajos de guardia y guía de los sitios arqueológicos. Y pueden tener un sentido de identidad muy vinculado al pasado. Pero hay aspectos de la arqueología que pueden resultar más interesantes para una comunidad global, y en mi sitio -por ejemplo- se encuentran la Comunidad de la Diosa, o comunidades de artistas que visitan Çatalhöyük. Y luego está el Estado, que se entiende como responsable de cuidar el pasado. También están los arqueólogos, entrelazados con el pasado para comprender las causas de la agricultura, o alguna otra cuestión. Así es que cada comunidad está entrelazada de múltiples maneras, con intereses y proyectos diferentes; y atienden a distintos aspectos del sitio. En el pasado, hemos asumido que o bien el Estado o bien los arqueólogos detentan el rol dominante; y que otros intereses, otros entrelazamientos, no debían ser permitidos. Pero de manera creciente y global, se reconoce ahora que cada parte interesada merece ser escuchada desde su particular perspectiva. Creo que, hoy en día, el rol del arqueólogo es promover el interés de distintos grupos e involucrarlos en el proyecto; de manera que devengan propietarios o depositarios de un pasado que, en tanto es compartido, nos entrelaza de múltiples maneras.

- Hay empresas internacionales muy importantes que apoyan la investigación. Usted ha reflexionado sobre la relación entre la arqueología y las empresas. ¿Puede decirnos algo al respecto?
- Por 15 años o más, Çatalhöyük ha tenido apoyo de empresas internacionales, de modo que es una relación a largo plazo. Creo que es muy importante ser cuidadosos respecto a ellas, y no dejar que dominen la investigación arqueológica. De hecho, pienso que ellas necesitan más a la arqueología de lo que la arqueología las necesita a ellas; pues formamos parte de sus programas de compromiso social. En este sentido, siempre podemos decirles que no nos gusta lo que hacen, que no hagan tal cosa porque no es ética. Cuando decidimos grupalmente qué compañías queremos que nos apoyen, cuidadosamente discutimos con qué empresas queremos que el proyecto se vea asociado y con cuales no. La decisión, por supuesto, es siempre muy difícil. Pero al tener estas relaciones, espero que cada quien pueda hacer mejor su trabajo; y que podamos tener influencia sobre las empresas con las que trabajamos. De manera que intento trabajar muy cerca de ellas, haciéndoles entender qué es lo que intentamos hacer. Muchas firmas se entusiasman con estas ideas, como el acceso democrático al pasado; y esas son las firmas con las que quiero trabajar. Trabajamos, por ejemplo, con la filial local de Shell; y ellos destinan una gran cantidad de dinero a programas educativos en varios lugares de Turquía. Creo que, en definitiva, eso es algo bueno. Muchos miles de niños en Turquía están siendo educados sobre el valor del patrimonio y porqué no debería ser destruida; y creo importante involucrar a las compañías en este mensaje que nosotros mismos tenemos.

Nuevos medios y arqueología


 

- La divulgación de la información en el sitio Web de Çatalhöyük también es muy efectiva para no arqueólogos, gracias a la utilización de recursos multimedia.
- Las nuevas posibilidades de utilizar distintos medios nos dan la sensación de poder estar presentes en el lugar, caminar y observar sus alrededores. Se puede recorrer Çatalhöyük en Internet, ver las excavaciones y los objetos encontrados. A su vez, mediante una tecnología similar a la que utilizan los juegos, Çatalhöyük puede ser reconstruido virtualmente de una manera muy vívida. Moverse por ese lugar, pero reconstruido según como creemos era hace 9000 años, hace el sitio mucho más accesible a la gente.

 

 

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