Por las escuelas

Mucho más que un edificio nuevo

 

El “sueño de la casa propia” se hizo realidad para los estudiantes de Plástica. Por fin, luego de sesenta años de trabajar “como se podía”, alumnos y profesores podrán desarrollar sus tareas en un edificio que ofrece toda la infraestructura, la seguridad y los elementos de última generación para cursar una carrera que tiene sus particularidades.

El pasado 9 de junio, en un clima de gran emoción y ansiedad, que se reflejaba en los rostros de quienes integran la comunidad educativa de la FFyH, las flamantes instalaciones dejaron de ser un ambicioso proyecto para convertirse en el nuevo hogar del Departamento de Plástica, que venía reclamando un espacio que contemplara sus necesidades académicas. “Es la primera vez en 60 años de existencia de esta Escuela que ocurre un acontecimiento tan destacado como es la ejecución de una obra de esta envergadura, adecuada a las necesidades y requerimientos de nuestras cátedras-talleres, con las normas de seguridad e inclusión exigidas”, resaltó Sandra Mutal, directora del Departamento Plástica, quien agregó: “Esto evidencia la decisión y convicción del gobierno nacional y de las autoridades universitarias de fortalecer la educación pública, que invirtieron más de 5 millones de pesos en la construcción de un edificio pensando en la diversidad y especificidad de nuestras disciplinas”.

Ana Yukelson, directora de la Escuela de Artes, aprovechó la oportunidad para historizar el proceso que desembocó en el nuevo edificio exclusivo para Plástica, ya que en un principio estaba pensado para aulas comunes: “A este gesto siguieron otros que han permitido dar pasos más resolutivos y de autonomía de la escuela respecto de la Facultad de Filosofía”. La facultad propia es un viejo anhelo de Artes, cuya primera presentación a las autoridades universitarias se hizo en 1996.

Con la Rectora Scotto sentada en la primera fila de invitados, Yukelson le solicitó a la máxima autoridad universitaria que se hagan todos los esfuerzos para convertir a Artes en una Facultad.

La posta no la tomó Scotto en ese momento, pero sí Gloria Edelstein, Decana de Filosofía y Humanidades, quien dedicó varios minutos de su discurso a reconstruir los procesos institucionales que desembocaron en el nuevo edificio, y en apoyar el proyecto de Facultad: “Cada quien desde su puesto hizo posible este logro, esta realidad por la que hoy nos convidamos a estar en son de fiesta”, subrayó Edelstein, que reflexionó acerca de los diversos sentidos que adquiere la noción de espacio: “No es simplemente tener un lugar y luego estar en un lugar. Es ir tramando bajo su cobijo procesos en los que se comparten y construyen conocimientos, en los que se realizan las producciones más diversas, en los que se piensa, se trabaja, se crea, se sueña. En los que también se construyen y se afianzan identidades. Espacio hoy a poblar de experiencias de transmisión y producción compartida”.

Como era de esperar, el cierre quedó para Carolina Scotto, que parafraseó a Magritte para valorar lo que estaba pasando en el hall de entrada, ante unas doscientas personas que dijeron presente en la inauguración: “Creo que esto no es un edificio. Creo que en la escuela de artes los edificios son edificios menos que en cualquier otra parte. Esto no es un edificio de 1750 metros cuadrados nada más, es muchas más cosas, y quiero aprovechar la oportunidad para recordar con ustedes y compartir los esfuerzos y los logros que esta Escuela de Artes ha hecho en los últimos poco más de 10 años, que son los años en que ha nacido, se ha fortalecido y está a punto de madurar el proyecto de conversión de la escuela de artes en Facultad”.
Plenamente involucrada en ese proyecto, la Rectora recordó que es la Asamblea Universitaria el órgano encargado de crear nuevas unidades académicas: “La creación de nuevas facultades siempre genera conflictos, por eso yo pido que hoy dejemos de lado las diferencias y festejemos por las obras realizadas, por este hermoso momento, que es parte de un sueño colectivo”.

Tanto Scotto como Edelstein y Yukelson agradecieron por la obra a un grupo de docentes de la Escuela, como así también a la responsable de la Subsecretaría de Planeamiento Físico y el arquitecto a cargo del proyecto. En todos los discursos se destacó la manera en que los arquitectos Gabriel Gutnisky, Miguel Rodríguez y Miguel Barseghian (por la escuela), así como Isabel Ponce y Mario Ubino (por la subsecretaría), quienes trabajaron prestando especial atención a las necesidades y especificidades de las carreras que se dictarán en el edificio, así como a las medidas de seguridad y accesibilidad para personas con discapacidad.

Finalizado el turno de las palabras, brevemente interrumpidas por la exquisita interpretación en guitarra que ofreció el estudiante del Departamento de Música, Jorge Reales, las autoridades descubrieron la placa que está al ingreso del nuevo edificio, y procedieron a desatar la cinta en una de las escaleras del hall principal, que se conecta con el edificio Cepia.

Moderna, de espacios amplios y luminosos, con ventanales que miran a las sierras de Córdoba, la edificación demandó una inversión de 5.399.083,93 millones de pesos, que se reparten en 1750 metros cuadrados distribuidos en tres plantas equipadas con las medidas de seguridad acordes a las disciplinas que allí se dictarán. Cuenta con dos laboratorios, uno de informática y otro de fotografía, además de galerías para exhibir obras en todos los pisos. Además, las aulas tienen calefacción por radiadores, ascensor hidráulico, y un diseño y construcción adecuados a las normas de seguridad e inclusión.

En la planta baja funcionará la Licenciatura en Escultura, mientras que en los pisos 2º y 3º se dictarán Grabado, Pintura, Visión, Lenguaje plástico y geométrico I y II, Morfología y Visión II, entre otras cátedras.

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