Editorial
Gloria Edelstein, decana de la FFyH

Pensar y construir colectivamente las prioridades institucionales

 

Hacerme cargo de tomar la palabra en el espacio editorial de la revista Alfilo -desde el lugar de decana-, me coloca frente al desafío de expresar un decir que, si bien estará signado por la propia lectura, no elude -pues, no cabe éticamente hacerlo-, que el conjunto de ideas den cuenta de una trama de prácticas construidas colectivamente.

Transitar la labor de gestión en su quehacer cotidiano implicó, desde el punto de partida, un reconocimiento de nuestra Facultad, sus espacios, sus tiempos, y los modos particulares de habitarlos, de asumirlos, significarlos, por diferentes sujetos (docentes, estudiantes, no-docentes, graduados); rutinas y rituales; discursos y prácticas diferenciadas (explícitamente o no) asociadas a disciplinas, áreas, campos de conocimiento; diferentes tareas, compromisos y responsabilidades y/o postulaciones académicas y políticas.

Implicó la necesidad de advertir indicios, señales; sondear rostros, corporeidades, gestos y voces múltiples indicativas de coincidencias y diferencias; aceptación–rechazo. Manifestaciones todas, en sus transparencias y opacidades, de la ineludible complejidad inadvertida en muchas de sus dimensiones hasta entonces; la conciencia de todo lo que “pasa” y “no pasa” por “el Residencial”, qué vive y se-vive -materialidad y subjetividad entrelazadas- más allá del Residencial en cada uno de los catorce pabellones. Dimensionar tal complejidad, en su justa medida y en sus múltiples facetas, se constituye en tarea prioritaria en la primera etapa de la gestión. Se tornó necesario incorporar la propia perspectiva para la construcción de un estado real de situación solo concretado en parte pues, cabe decirlo, nunca el tiempo es suficiente para ello. En particular, si no se lo entiende como una tarea a puertas cerradas, sino como un laborioso encuentro con los puntos de vista de otros, los más diversos actores, que en el día a día desde su accionar dan forma y contenido a diferentes programas y proyectos que esta unidad académica emprende y que la definen identitariamente en su especificidad.

Una perspectiva para la gestión

En simultaneidad con esta necesaria toma de conocimiento, se plantea la labor de direccionar la actividad cotidiana. Al hacerlo, pensar la Facultad en su singularidad, sin desconsiderar su inscripción en la universidad y la sociedad, asumiendo una posición activa y con sentido de pertenencia en relación a territorios y escenarios de los que participa desde una posición de criticidad irrenunciable.

Se impone en este marco, conjugar lo académico específico con lo político-social como ejes orientativos en la elaboración de una perspectiva para la gestión. En consonancia con este posicionamiento, planear y administrar dando coherencia y consistencia a las decisiones se torna un claro desafío, por cuanto requiere articulaciones múltiples entre funciones y sujetos que las encarnan. La referencia ineludible es siempre a un proyecto de Facultad y de Universidad delineado con la necesaria apertura para dar lugar a vías de profundización como a desarrollos no previstos desde las postulaciones iniciales. En particular, cuando se reconocen visiones plurales, incluso posiciones antagónicas y se apuesta a partir del diálogo y el debate a consolidar formas democráticas en la vida institucional. Esto significa asumir la necesidad de resolver tensiones y al hacerlo superar antagonismos sostenidos desde intereses puramente sectoriales (agrupamientos políticos o de claustros) que obstaculizan -desde el reconocimiento de disensos y consensos- el pensar y construir colectivamente en dirección a prioridades institucionales.

Nuestra Facultad, quizás como ninguna otra de las unidades académicas que conforman la Universidad Nacional de Córdoba, remite a lo múltiple, a lo diverso. Desde los diferentes campos y áreas de conocimiento con sus peculiares manifestaciones y modos de expresión en el plano académico y político-ideológico que requieren particulares esfuerzos para re-ligar saberes y conocimientos con sentido integrador; desde los diferentes intereses asociados a los claustros de estudiantes, no-docentes, egresados y docentes que reclaman la necesidad de avanzar en convergencias interrelacionales que redunden genuinamente y no tangencialmente en beneficios sustantivos y relevantes respecto de los objetivos prioritarios para cada claustro, en cada circunstancia y siempre en atención a sus proyecciones a futuro. Tarea que entendemos no es para nada sencilla, en especial cuando no siempre se facilita desde las condiciones de trabajo cotidianas y, en especial, por prácticas interiorizadas al amparo de políticas impuestas desde el proyecto neoliberal imperante por largos años en nuestra Universidad con claras repercusiones en la Facultad.

El envite está planteado. Y cabe decirlo, en estos primeros seis meses de gestión los más diversos proyectos y debates han permitido propuestas concretas cuyos alcances son, sin lugar a dudas, expresión de visiones plurales respecto del proyecto para la Facultad y la Universidad. Expresión propia del ejercicio de la democracia y en clave con el co-gobierno como forma de conducción.

Compromisos

Me refiero a las problemáticas vinculadas al ingreso y permanencia de los alumnos que cursan diferentes carreras en la Facultad, a las mejores maneras de asegurar alternativas de enseñanza que garanticen los propósitos de aprendizaje y eviten la constante deserción, en particular de estudiantes que pertenecen a sectores sociales desfavorecidos que comparten estudio con trabajo. Ensayar, en todos los casos para el grado, formas de vinculación con el conocimiento acordes a necesidades y problemáticas actuales. La implementación con carácter de prioridad académica de concursos y el Régimen de Evaluación de la Docencia, en el intento de regularizar la planta docente de la Facultad sobre la base de atender en simultaneidad - según fuera aprobado por la Asamblea Universitaria del 2008- a la reivindicación docente de largo tiempo de estabilidad en la docencia y, a la vez, que el ingreso y el ascenso a cargos de mayor jerarquía -como garantía de cualificación pertinente- se efectúe por concurso abierto de antecedentes y oposición. Enfoque que marca un giro en tradiciones largamente acuñadas respecto a la permanencia en los cargos, asociada ahora a la evaluación del desempeño, que por tanto compromete el esfuerzo de articular en el análisis, trayectorias docentes con intereses institucionales. Tarea incalculable que requirió el máximo rigor y una cuidada lectura en términos político-académicos y éticos, ante una cuestión extremadamente sensible para los docentes pero también de importante incidencia en el alumnado. En particular, cuando se plantea en el marco de la defensa de la máxima calidad académica para la universidad pública, compromiso político insoslayable.

En relación a ello, se considera fundamental un particular énfasis en las políticas de investigación y de formación de posgrado, componentes ineludibles en dirección a fortalecer el posicionamiento de la Facultad como ámbito genuino de producción de conocimientos en el campo de las ciencias humanas y sociales. El énfasis en el componente formativo respecto de la investigación se constituye en objetivo prioritario.

En el mismo sentido, la consolidación de Programas y Proyectos de Extensión y la apertura a nuevas iniciativas que profundicen la vinculación de la Facultad, sus Escuelas, Centros y Departamentos con la sociedad, estimulando la participación de diferentes claustros y especialmente de egresados jóvenes y alumnos avanzados. Constituyen ámbitos privilegiados de realización en esta dirección las propuestas articuladas de investigación y extensión que se desarrollan desde el Ciffyh, el Observatorio Urbano, el CEPIA, el Museo de Antropología, el CDA y el Área de Tecnología Educativa, que han avanzado significativamente en sus producciones y en los alcances en la socialización de las mismas a partir de convenios, programas y proyectos. Propuestas que, desde el campo de la ciencia, las artes y las tecnologías patentizan en sus realizaciones los más variados aportes a las problemáticas de la contemporaneidad, particularmente en sus manifestaciones locales; nuevas alternativas de información, comunicación-expresión que recuperan saberes y lenguajes y abren inusitadas vías de conocimiento y debate; difusión y circulación de calificadas producciones que dan cuenta de resultados de investigación fruto de iniciativas colectivas como de realizaciones individuales en el marco de programas de posgraduación. Realizaciones destacables, por cuanto un aporte de las mismas, no visible directamente, tiene una incidencia directa en las programaciones para la actividad de docencia en el grado.

Propuestas alternativas, espacios y actores institucionales

Junto a la labor del Consejo Directivo y de las Secretarías, desde las direcciones y gobiernos colegiados de las Escuelas-Departamento de la Facultad tiene también lugar una interesante y creativa selección de propuestas tendientes a dar respuesta a diversas necesidades del grado, según las problemáticas reconocidas como prioritarias en cada caso. Así, se están imaginando alternativas orientadas a la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la producción de materiales, el trabajo tutorial, la profundización de experiencias abiertas en los cursos de nivelación, las prácticas pre-profesionales, el intercambio de estudiantes con unidades académicas afines de otras universidades nacionales y extranjeras. De sentido más abarcativo, como el re-diseño de planes de estudio, la revisión de ciclos y correlatividades, los ajustes en los sistemas informáticos y la formación para su adecuada utilización, entre otras. En perspectiva, quizás más a mediano plazo, la reelaboración de planes de estudio en las carreras de profesorado, ahora planteada en el marco de procesos de acreditación a nivel nacional.

Compenetrarnos de la multifacética tarea que llevan adelante los empleados no-docentes en el sostenimiento de una logística que opera como soporte necesario de la actividad académica, tanto en lo relativo a la administración como a los servicios generales, implicó también un importante esfuerzo de conocimiento y comprensión.

Pensar y construir colectivamente prioridades institucionales, y a la vez definir una perspectiva para la gestión, complejiza más aún la labor -para nada sencilla- de conducir la Facultad. Nos conmina a una clara conciencia de los límites en cuanto al alcance de nuestro accionar, pero a la vez nos compromete a las respuestas más audaces acordes con el tiempo que nos toca vivir y la responsabilidad que en él nos cabe como universitarios y como ciudadanos.


Dra. Gloria Edelstein
Decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba

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