Opinión

El aporte de la universidad en el diseño de políticas públicas

 

Durante las primeras jornadas “La Universidad en la Sociedad”, los investigadores de la UNC aceptaron el desafío de pensar sus propias investigaciones desde este particular punto de vista que implica reflexionar sobre su posible aporte para la formulación de políticas públicas. La diversidad de abordajes ha puesto en evidencia la necesidad de un debate que debería ser cada vez más central en la universidad.

En el mes de agosto, se llevaron a cabo en la UNC las primeras jornadas “La Universidad en la Sociedad”, un espacio para vincular los resultados de la investigación que se realiza en la Casa de Trejo con el diseño de políticas públicas. Este encuentro surgió por iniciativa de distintos investigadores, centros de investigación y unidades académicas[1]. Durante tres días, diversos grupos de investigación mostraron los resultados de los trabajos que llevan a cabo en el ámbito universitario, reunidos en distintas mesas temáticas vinculadas con políticas ambientales, de salud, organizaciones sociales, infancia, comunicación, organización del Estado, familia, vivienda, educación, ordenamiento urbano, cultura y seguridad. (Descargar programa).
Estas primeras jornadas significaron un gran esfuerzo del que nos sentimos especialmente satisfechos. Pensamos que es necesario agradecer no sólo a los organizadores y las autoridades que apoyaron la idea, sino también a los investigadores que aceptaron el desafío de pensar sus propias investigaciones desde este particular punto de vista que implica reflexionar sobre su posible aporte para el diseño de políticas públicas.

Es imposible hacer una síntesis de todo lo que se pensó y se discutió a lo largo de este encuentro. De manera que lo que intento hacer aquí es proponer algunos ejes que surgen de las preocupaciones y debates que atravesaron las diferentes comisiones. Y también proponer una reflexión acerca de la manera en que esos ejes nos problematizan como Universidad.

Diversidad y disgregación

Una primera reflexión está centrada en la enorme diversidad de temas abordados. Basta ver las mesas organizadas alrededor de diferentes políticas para tomar conciencia de esa diversidad. Una diversidad que ha sido muy saludable y enriquecedora. Sin embargo, también deja ver una cierta insuficiencia puesto que algunas áreas han estado poco o nada representadas. Del mismo modo, puede decirse que si bien tuvimos 82 ponencias, lo que implica un número considerable de investigadores, también es cierto que es poca gente si se relaciona con la totalidad de la tarea investigativa que se realiza en la Universidad. Claro que somos concientes de que se trata de las primeras jornadas que proponen este eje de trabajo, y confiamos en que a medida que se vayan afianzando tendremos una mayor participación de todas las áreas. Por eso estamos convencidos de la necesidad de darles continuidad en el tiempo.

Otro elemento que muestran recurrentemente las investigaciones en las diferentes áreas es que en cuanto a las políticas públicas hay una enorme disgregación de esfuerzos. En políticas de salud, educativas, culturales, de ordenamiento urbano; en políticas de comunicación, de familia, de seguridad; en políticas ambientales y de organización del Estado; permanentemente aparecen en los aportes de los investigadores los conceptos de superposición, contradicción en los organismos responsables, lagunas o dispersión legislativa. Puede constatarse en muchos trabajos, la multiplicación de organismos oficiales que se desconocen o se boicotean mutuamente. Eso genera muchas dificultades en la articulación de los distintos actores involucrados. Por eso los investigadores insisten en la necesidad de formulación de planes estratégicos en las políticas públicas. Dos ejemplos ilustrativos son la ausencia de planeamiento urbano en el área metropolitana de Córdoba y la discontinuidad de las políticas educativas. En el debate, la mirada crítica en este sentido también se desplazó hacia la propia Universidad en la que también se nota esta falta de articulación y de planificación estratégica.

Por otra parte, un conjunto importante de investigaciones muestran la ausencia de mecanismos de participación ciudadana en el diseño de las políticas públicas. En ese sentido, hay numerosas propuestas que apuntan a la generación de esos espacios: desde la participación de las organizaciones sociales en los medios de comunicación, en la definición de políticas de infancia, de preservación de los patrimonios, hasta la intervención legislativa en la definición de las políticas sociales, sacándolas de la órbita exclusiva de los poderes ejecutivos, municipal, provincial y nacional.

La necesidad de un debate

En diversos proyectos, la intervención de la universidad pública es pensada en términos de capacitación, de formación de recursos humanos o de transferencia de conocimientos. Eso ha planteado muchos interrogantes acerca del tipo de relación que desde la universidad debería establecerse con los demás actores sociales. Así, hay quienes piensan la universidad como productora y proveedora de conocimientos innovadores y de expertos al servicio de la competitividad de las empresas, pero también quienes proponen pensarla como un actor más que desde su especificidad interviene junto con otros actores (organizaciones sociales, instituciones de la sociedad civil, etc.) que en muchos casos luchan por la transformación de sus condiciones de existencia. Entre esas posibilidades hay diferentes matices que se ven en las ponencias y que expresan distintas posiciones y concepciones, no sólo cognitivas sino también éticas y políticas. Esto ha llevado a una problematización pensada en términos de comunicación pero también en términos de poder. Y ha llevado a plantear que la propia Universidad no es un bloque homogéneo sino que está ella misma atravesada por esas luchas. Más aún teniendo en cuenta que algunas políticas implican una tarea de la Universidad sobre sí misma en términos de comunicación, de políticas de inclusión educativa, etc.

En síntesis, la diversidad de abordajes ha puesto en evidencia la necesidad de un debate que debería ser cada vez más central en la universidad pública. Estamos convencidos de que estas primeras jornadas han sido un paso importante en el desarrollo de ese debate que alcanzará profundidad en la medida en que tenga continuidad y se afiance institucionalmente.

Por Claudio Díaz
Director del Centro de Investigaciones de la FFyH - UNC

1 Centro de Estudios Avanzados (CEA); Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño; Facultad de Ciencias Económicas; Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; Facultad de Derecho y Ciencias Sociales; Facultad de Lenguas; Instituto de Investigación y Formación en la Administración Pública (IIFAP); Escuela de Trabajo Social; Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades (CIFFyH).

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