Institucional
Imágenes para no olvidar
El 29 de marzo pasado la Facultad de Filosofía y Humanidades realizó un homenaje a los estudiantes y egresados asesinados y desaparecidos por la dictadura militar. En una CePIA colmado de familiares y ex compañeros, el video “Documentos para una historia” y la publicación “Los de Filo”, fueron la excusa para un encuentro muy emotivo, que disparó infinidad de recuerdos, anécdotas y reflexiones sobre lo ocurrido en los años ’70.
Las fotos se suceden unas tras otras. Son rostros veinteañeros, llenos de vida. Entre uno y otro hay legajos académicos e imágenes de la vida universitaria en los ’70, que construyen un relato ciento por ciento estudiantil. El público mira en silencio. Educado. Atento. Sentado como puede, en ambos escalones del costado, porque el auditorio del CePIA está desbordado. Más de doscientos son. Algunos, que vinieron desde lejos, antes de entrar confiesan que era la primera vez que pisaban la universidad. Se los notaba ansiosos de conocer el lugar donde sus hijos, sobrinos, nietos y amigos habían estudiado, iniciado el camino de un proyecto que se truncó de golpe.
Aún para los que no saben quién son los protagonistas del video, las caras que devuelve la pantalla sacuden, movilizan los sentidos. Disparan recuerdos, lágrimas, emociones. Entonces un susurro respetuoso se contagia en la sala: “Uy, mirá…, ahí esta la negra, qué cara de pendeja”, “Así que el Cuqui estudiaba historia, no sabía”, “Esos son los papás del Emi Fessia, siempre creí que era la cara del padre, pero es igualito a la mamá”, “Estoy sorprendido por la cantidad de Psicología”, “Sí, y de Historia…”
Las fotos siguen pasando. Una tras otra. Son más de cien. La mayoría se ven claritas. Nítidas. Imborrables. Otras un poco difusas. Las letras del subtítulo ayudan a reconocerlos. Cada imagen es una historia. Todos eran estudiantes de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC. Todos fueron asesinados y muchos desaparecidos por la dictadura genocida que en Córdoba lideró el ex general Luciano Benjamín Menéndez desde el III Cuerpo de Ejército, una inmensa jurisdicción militar que abarcaba a diez provincias. En muchas de ellas nacieron los que luego fueron tragados por la maquinaria infernal del Terrorismo de Estado, y que hoy componen el excelente material “Documentos para una historia”, que un equipo del CDA, el Ciffyh y otras instituciones de la Facultad realizó para homenajear a sus muertos.
Cuando la proyección termina, los veintitrés minutos se pasaron volando. Las luces del auditorio se encienden, y un conmovedor aplauso que parece no terminar nunca es el mejor reconocimiento al homenaje que la Facultad decidió rendir, por primera vez de manera tan importante y simbólica, a sus estudiantes y egresados víctimas de la represión ilegal. La expectativa de la Facultad sobre la actividad-homenaje era inmensa. Desde hacía tiempo se venía pensando en la posibilidad de hacer algo más que un acto, y que además los familiares de los estudiantes de las víctimas fueran el motivo central del homenaje. Como después dirían sus autoridades, la idea era establecer un vínculo con ellos, acercarlos a la universidad, entablar un diálogo. Y también, porqué no, entregarles un pedacito de sus vidas en algún soporte que desafiara al olvido y el paso del tiempo que otros pensaron para borrarlos de la historia. Un soporte que sirviera para reconstruir la historia de la facultad, y de quienes fueron sus integrantes en una época intensa, difícil, y que terminó siendo trágica para muchos de ellos.
Con este objetivo, y previa a la proyección del video “Documentos para una historia”, Gloria Edelstein, Decana de la FFyH, y Silvia Avila, ViceDecana, leyeron unas emotivas palabras explicando el porqué del homenaje. Luego, con ojos acuosos y voz entrecortada, desandaron el camino asumido por la Facultad en estos veintiocho años de Democracia en defensa de los derechos humanos. Un camino que siempre apuntó en el mismo sentido: aportar desde lo institucional a la reconstrucción histórica y la memoria colectiva.
Cuando los lagrimones dejaron paso a las imágenes, Silvia Romano, directora del equipo que realizó el video, explicó brevemente el objetivo del trabajo, y el sentido que tenía la sucesión de fotos y legajos de los estudiantes y egresados: “A diferencia del documental Identidades en Contexto, este video surge desde la Facultad para hacer un homenaje a sus estudiantes y egresados asesinados en los ’70. Con el programa Entregeneraciones, de la Secretaría de Extensión, queríamos que quedara algo físico, algún material que la gente se pudiera llevar. Cuando vimos que teníamos muchos legajos con las fotos y los datos de los estudiantes, y los comparamos con el archivo fílmico, decidimos hacer el video. No es un documental, es mostrar las fotos y los legajos, contextualizadas con imágenes de esos estudiantes en sus ámbitos de estudio. Por eso ahí aparecen clases, marchas, reuniones, una votación…Pero tiene otro discurso, no habla de la represión, como el otro, ni de las víctimas de la represión. La idea era establecer el vínculo de las personas desaparecidas con la Facultad. Los legajos son el documento que estudió y se recibió en la Facultad. Por eso están el nombre de los estudiantes y donde estudiaba. En cambio, en Identidades en Contexto están las voces de la autoridad, del poder, y de los militantes”. Como dice Silvia, la idea no era interpelar a la dictadura, ni mostrar los ámbitos de militancia, sino a los estudiantes en su ámbito académico, más que el costado político de cada uno de ellos.
La memoria colectiva
Lejos de agotarse en la proyección del video, previamente entregado a los familiares con la publicación “Los de Filo”, el homenaje de la facultad a sus estudiantes siguió y se potenció con la intervención de los familiares, que tomaron la palabra para agradecer la actividad y aportar a la discusión histórica: “Yo en el 74 era sirvienta, y me esforcé para mandar a mis hijas a la universidad. Ambas están desaparecidas…, cómo duele la falta de los hijos, es algo que no se supera nunca. Igual, gracias por este homenaje”, dijo, con pañuelo blanco en la cabeza y fortaleza de madre Pituca Avendaño y un aplauso coronó su intervención. Como era de esperarse, el público, integrado por familiares y ex compañeros de militancia de los protagonistas del video, tomó el micrófono para encender una reflexión colectiva sobre lo que había pasado. “Tenemos que elaborar colectivamente el porqué del genocidio”, dijo una mujer cuarentona, apuntando directamente a la Embajada de Estados Unidos como la responsable de la masacre setentista. Y aunque, como dijo Romano, el video no buscaba “interpelar” a la dictadura, sino cristalizar en imágenes el vínculo de los estudiantes de “Filo” con su facultad, las fotos de esas vidas truncadas por la barbarie militar disparó todo tipo de opiniones: “Yo conozco un caso de un militar que mató a su hija porque estaba en la guerrilla”, contó un hombre sesentón, con su mujer al lado, dejando helada a la masiva concurrencia del CePIA. “Hay que debatir más de política, la militancia. Mi mamá era montonera, y estaría bueno que empecemos a discutir el proyecto político de esa generación”, dijo un muchacho, orgulloso de reivindicar la militancia política que abrazó su madre.
En un clima de profunda emoción, el auditorio de Ciudad Universitaria se convirtió en una usina de recuerdos y relatos: “Quiero contar la anécdota de cuando el Pabellón Residencial estaba rodeado de milicos, como si fuera un cuartel. En esa facultad nos movíamos”, contó Horacio Sosa al recordar a su amigo “Coqui” Arias. Mientras el micrófono iba de una punta a la otra de la sala, con más recuerdos, anécdotas y semblanzas de los estudiantes asesinados, los organizadores podían sentirse plenamente satisfechos: eran impresionantes las reacciones que había disparado el video. “Yo estoy en nombre de las Abuelas de Plaza de Mayo regional Córdoba, y pedí la palabra para agradecer a la facultad por este homenaje”, dijo, con la humildad de siempre, el “Mirmi” Chabrol. En la misma sintonía pidió hacer uso de la palabra Silvia Salamone, profesora de Historia, egresada de la FFyH: “Quiero agradecer a la Facultad y a la Decana, como así también a Silvia Romano y al equipo del CDA por el trabajo que hicieron”. Como era lógico y hasta esperable, se notaba que el público tenía necesidad de reflexionar sobre lo ocurrido. “Es muy fuerte ver a los compañeros de Historia, Psicología, cine. El golpe destruyó un sueño y un proyecto de país”, dijo un hombre, luego de trazar un paralelo entre aquella Argentina y ésta que está empezando a revisar su pasado.
Era curioso, pero todas las imágenes provocaban algo en el otro. Inclusive sin saber, muchas veces, quiénes eran esos jóvenes que miraban serios desde las fotos carnet, tomadas para ilustrar sus legajos universitarios. Así, sin discurso ni nada más que la cara de los estudiantes y alguna que otra toma o cuadro de la facultad, el video había llegado al corazón del público: “Veo esto y siento que los 30 mil compañeros están más presentes que nunca. Por eso agradecemos a los compañeros de Filo que hicieron este homenaje, y como familiar me siento orgulloso de todos los que murieron por un ideal”.
En boca de los sobrevivientes, la palabra circulaba feliz, desahogada. Marily Piotti, docente de Trabajo Social y ex presa política, pidió leer un poema en homenaje a su hermano y su cuñada, que siguen desaparecidos.
Con generosidad y contención, los ex compañeros y familiares e sucedían para decir algo. Fuera una anécdota, un recuerdo o una opinión de la época. Hasta un reclamo para que el CDA realice un homenaje a los obreros, el principal blanco junto a los estudiantes de la dictadura genocida. Mirina Curuchet, hermana del queridísimo “Cuqui” Curuchet, abogado de presos políticos asesinado por la Triple A el 9 de septiembre de 1974 en Buenos Aires, agradeció el trabajo audiovisual, y pidió que los trabajadores también tuvieran su homenaje. “Me parece excelente este trabajo hecho por la facultad, y lo agradezco. Pero yo quiero pedir, humildemente, que se haga una reconstrucción de los obreros. Lo propongo porque los estudiantes tienen en sus autoridades y representantes a quienes recuperen sus historias y sus luchas, pero los obreros no lo tienen”. Silvia Romano fue la encargada de responderle que sí, que el CDA ha hecho trabajos en ese sentido, aunque no tan específico como el de Filo, pero que la idea es seguir recuperando las imágenes de los luchadores populares.
La variedad de las intervenciones respondía a la variedad del público presente. Por eso algunos se animaban a trazar análisis políticos tanto del hoy como del ayer. “Rescato el trabajo de la facultad, pero creo que es importante enmarcarlo. La dictadura se inscribió en el Plan Cóndor, que fue un plan de las potencias internacionales para aplicarla en el Cono Sur. Todos los países limítrofes estaban con dictaduras en el ’73 y fueron cercando a la Argentina. Nuestro país fue asfixiado por los otros gobiernos”, advirtió Cecilio Salguero, de Familiares. Además de recordar a sus seres queridos, el homenaje de la facultad a sus estudiantes se pensó para devolver a los familiares un cachito de su historia. Que supieran que por mas que el poder intentó enterrarlos en el olvido, alguien trabajó para devolverles la identidad. “Yo estoy doblemente emocionada”, dijo Julia Soulier, también de Familiares. “Tengo esperanzas, orgullo, porque mientras más contentos estemos, menos riesgo hay de que olvidemos. Por eso creo que hay que trabajar con las nuevas generaciones, refrescar la memoria. Un pasado que no se cierra es presente. La importancia de los chicos es para que todo esto se vea. Para uno es importante que no se olvide”, resaltó quien tiene a dos hermanos desaparecidos.
Aunque son situaciones distintas, cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense recupera los huesos de una persona, ellos sienten que es como devolverle la identidad a quien la dictadura buscó desaparecer para siempre. Romano y San Nicolás sienten que con las imágenes pasa mas o menos lo mismo: “Sí, es restituir una identidad. Y destaco la importancia que tiene en esto la investigación histórica, porque acá hay documentos, no son solo los recuerdos parciales de una persona. Por eso, la única manera de hacer justicia, y que estén todos, es hacer una investigación sistemática”, señaló Romano. “En esto no alcanza con la memoria, que es importante y se debe seguir haciendo, porque nos dan fuentes a nosotros, nos orienta, pero siempre hay que ratificarla con el documento”, agrega San Nicolás, docente de la carrera de Archivología. “Memoria e historia se complementan, la disciplina científica con las memorias de los que sobrevivieron. Por eso, la única forma de incluir a todos es con una investigación, con archivos y documentos que te permitan contrastar las listas que tenemos nosotros, e ir reconstruyendo, llenado espacios vacíos de la vida de estas personas. Los archivos audiovisuales son documentos históricos, fuentes históricas”, completa Romano.
Como lo explicaron sus organizadores, el homenaje no tenía la finalidad de hacer foco en la militancia política, ni abordar las consecuencias del Terrorismo de Estado en el ámbito universitario. El objetivo era, más bien, reflejar el vínculo estudiantes-facultad, y que sus familiares pudieran conocerlo, palparlo en vivo y en directo. En el mismo lugar donde años atrás sus seres queridos dejaron parte de su vida. El poder militar intentó borrar esa huella implementando un plan criminal inédito en la historia argentina. Pero no pudo. Ni toda esa monstruosidad ha podido enterrarlos en el olvido. Recuperar esas identidades a través de una foto o una imagen es una manera de devolverles la vida. Así lo sintieron sus familiares y ex compañeros, que por unos instantes los tuvieron ahí, cerquita de ellos otra vez, para reivindicarlos y recordarlos todas las veces que sea necesario.
Nº 31 / Mayo de 2011
Editorial por Gloria Edelstein y Silvia Avila
“Los de Filo”, 35 años del golpe militar
Institucional
Imágenes para no olvidar
Relación con la comunidad
El PUC comenzó a dictar clases en Bouwer
Investigación
Sin agua en las Sierras Chicas
Entrevista a
Reyes Bernabé Martínez
Los hijos de la revolución
Historias y personajes
Anécdotas de familia
Sin fronteras
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