Relación con la comunidad

El PUC comenzó a dictar clases en Bouwer

 

En 2010 el Programa Universitario en la Cárcel de la FFyH comenzó las clases de la carrera de Historia en el penal de Bouwer. Se inscribieron 45 internos y por primera vez se trata de un grupo mixto.

Una apuesta fuerte de la Facultad. Todos sostienen eso y se miran, afirmando esta idea que lanzó uno de ellos en la mesa, donde se encuentran reunidos Silvia Ávila, vicedecana de la FFyH, Patricia Mercado, coordinadora del Programa Universitario en la Cárcel (PUC), Alicia Acín, docente y miembro de la Comisión Mixta de apoyo al PUC y Francisco Timmermann, profesor de de Filosofía y tallerista del Programa.
“La experiencia de tener un Programa de esta naturaleza es algo que no se construye de un día para el otro y representa una apuesta significativa en la política institucional de la Facultad de Filosofía y Humanidades. El sentido de llevarlo adelante arraiga en la responsabilidad que como universidad pública debe asumirse y forma parte de un conjunto de definiciones relacionadas con el derecho a la educación y al acceso de los ciudadanos a ella, más allá de las condiciones en que transitoriamente se encuentren”, señala Ávila.
Así es que, a casi 13 años de su fundación, el PUC logró un nuevo hito. En 2009 se abrieron las inscripciones para la carrera de Historia en la cárcel de Bouwer y se inscribieron 45 internos. 23 de ellos ya rindieron el curso de ingreso y comenzaron a cursar algunas materias el año pasado. La novedad para el Programa es que por primera vez se trata de un grupo es mixto. Asimismo, otros internos continúan estudiando en el penal de San Martín, donde fueron trasladados, y dos alumnos fueron llevados a una cárcel abierta y ya están cursando sus clases en la Facultad.
La idea surgió durante 2009, cuando se comenzó a tratar entre los representantes del PUC y el Servicio Penitenciario Provincial (SPC) la posibilidad de abrir las inscripciones de Historia en ese penal. Esto requirió trabajar en nuevos acuerdos y condiciones, entre ellos darles prioridad a las mujeres y a los jóvenes, y que el SPC se haga cargo del traslado de los equipos de cátedras.
“Este año seguiremos con el mismo grupo, mientras repensamos la experiencia y ajustamos algunas cosas, con vistas a poder ampliar el alcance de lo que, hasta ahora, es algo así como una prueba piloto”, cuenta Timmermann.

El origen del PUC
El Programa fue impulsado en 1998 por una iniciativa del Centro de Estudiantes de la Facultad, tomando como referente la experiencia de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA XXII), y se propone al Consejo Directivo de la FFyH. Éste la aprueba y se formaliza al año siguiente, a través de la firma de un convenio entre la Facultad y el Ministerio de Justicia de la Provincia de Córdoba. Allí se instituye el marco legal de funcionamiento, instrumentándose la coordinación con el Servicio Penitenciario, y se establece una Comisión Mixta de apoyo, integrada por representantes de ambas instituciones, y conformada por la vicedecana de la Facultad, la coordinadora del Programa y representantes de los docentes, la Secretaría de Asuntos Estudiantiles y los alumnos de la FFyH y dos personas designadas por el SPC.
Finalmente, en noviembre de 1999 se puso efectivamente en marcha y al año siguiente se empezaron a dictar los cursos de nivelación de las carreras de Letras, Historia y Filosofía a 15 internos y a 10 estudiantes de la Escuela de Psicología, que en ese momento dependía de la FFyH. Después de 2004 se agregan otras y actualmente se dictan cinco carreras: Letras, Filosofía, Ciencias de la Educación, Bibliotecología e Historia.
Si bien el PUC se inicia con la docencia de carreras de grado, también abarca la investigación y la extensión. En este sentido, cabe destacar el taller artístico de Pablo González Padilla, docente del Departamento de Plástica, que ya dictaba sus clases como una iniciativa particular antes que se ponga en marcha el Programa. “Lo que distingue al PUC es justamente el carácter de programa institucional, que le da fuerza y una posibilidad de sostenerse que de otra manera un hubiera sido posible”, reconoce Acín, quien desde el año 2000 es docente y miembro de la Comisión Mixta de apoyo.
Hoy el número de alumnos oscila entre los 30 y 35, de diferentes unidades penitenciarias: Villa María, Villa Dolores, Bouwer y, en la ciudad de Córdoba, el penal de San Martín y el establecimiento de semilibertad, donde residen siete estudiantes que próximamente lograrán su libertad y asisten a Ciudad Universitaria a cursar en condición de alumnos regulares. Los alumnos alojados en cárceles sin sede académica son trasladados hasta la sede de San Martín para participar de las tutorías. “Nuestra posición es inscribir la educación como derecho. Sin embargo, el sentido que adquiere la educación universitaria ahí no es distinto al que pensamos que debiera tener para todos los sujetos”, señala Mercado, coordinadora del Programa.

Todos los logros
Las actividades que se desarrollan en el Programa son las de dictado de tutorías y la toma de exámenes, a las que hay que sumar algunas acciones especiales por la modalidad y el régimen de cursado de los internos. A esto, hay que agregarle las actividades de extensión que se desarrollan en diversas áreas y en diferentes establecimientos penitenciarios, como los talleres de práctica y pensamiento artístico, teatro y títeres, entre otros.
“La función de la Universidad en relación a estos grupos privados de libertad engloba la actividad de docencia, extensión e investigación y abarca a una población que no podría estar comprendida dentro de los estudios de grado, por las exigencias y requisitos del ingreso universitario y las condiciones para acceder y sostenerse en los estudios universitarios. También las actividades de extensión nos han permitido abarcar a una mayor población”, dice Acín.
Entre estas actividades también se encuentran la creación de la biblioteca en el penal de San Martín, armada a través de la donación proveniente de la quinta Catalogata, realizada por la Escuela de Biliotecología de la FFyH en 2005.
Otro evento destacado, fueron la jornadas de análisis de la ley de ejecución de la pena, propuesta por los propios internos de San Martín. “Son alumnos universitarios y se consideran con herramientas para debatir y promover un encuentro en el que el tema fuese la ley de ejecución. Fue sumamente importante porque contamos con invitados externos, como algunos jueces y abogados”, concluye Mercado.

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Nº 31 / Mayo de 2011

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