Por las escuelas

La mejor obra de arte

 

Quince años después del primer proyecto, el pasado sábado 12 de noviembre la Asamblea Universitaria votó en forma unánime la creación de la Facultad de Artes, la decimotercera de la UNC. También aprobó su normalización institucional para junio del 2012 y que sea un consiliario estudiantil el que acompañe al Decano y al representante docente en el próximo Consejo Superior.

9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0!!! Cuando la cuenta regresiva terminó una avalancha de estudiantes, egresados y profesores salieron corriendo y patearon, con infinita alegría y no menos convicción, el muro de cajas de zapatos que dividía en dos el inmenso hall de ingreso del Pabellón Argentina. La caída de esa “pared” simbolizaba el fin de un largo y sinuoso proceso de trabajo institucional para alcanzar el reconocimiento que el sábado 12 de noviembre de 2011 finalmente llegó: que Artes es hoy la decimotercera Facultad de la UNC.

La intervención de un grupo de estudiantes y egresados de la ahora ex Escuela de Artes era la expresión contundente y explícita desde lo visual, del comienzo de la nueva era. Una era que arrancó el sábado a las dos de la tarde cuando la rectora de la UNC, Carolina Scotto, tomó el micrófono para anunciar que la Asamblea Universitaria había terminado, desatando la infinita alegría de las mas de mil personas que dijeron presente una mañana de primavera para ser parte de la historia.

Después de quince años de lucha, los 210 asambleístas votaron por unanimidad la creación de la Facultad, dando rienda suelta a toda una comunidad universitaria que festejaba el haber subido los peldaños institucionales para llegar al lugar que Artes tiene ganado por mérito propio: dejar ser una Escuela dentro de otra facultad, para convertirse en una Facultad en sí misma. Un paso gigantesco desde lo académico, administrativo y cultural, que coronaba más de sesenta años de vida de una institución que desde su creación, en 1948, debió sortear todo tipo de desafíos para poder obtener el premio mayor. Incluida, y sobre todo, la persecución, la muerte y la desaparición de muchos de sus integrantes durante el Terrorismo de Estado que la Argentina vivió, y esta universidad en particular padeció, en los 8 años de terror estatal que la dictadura implementó para destruir académicamente la escuela, y aniquilar su funcionamiento con el cierre de cátedras y espacios.

La luz al final del túnel

La “fiesta” que Artes pudo concretar el sábado 12 de noviembre de 2011, había arrancado en 1996, cuando en el Consejo Superior se presentó el primer proyecto de facultad. Después de años de congelamiento y apatía por parte de las autoridades universitarias, retomó impulso en 2009, cuando la actual gestión de la FFyH presentó en el Rectorado un nuevo proyecto. El acompañamiento de Rectorado y del Consejo Superior se tradujo en la conformación de una comisión ad hoc que empezó a trabajar sobre el tema. Ese proceso, que llevó un año de debates y discusiones, se convirtió en el proyecto que Gloria Edelstein, Decana de la FFyH, leyó en la apertura de oradores de la Asamblea Universitaria. En ese discurso, la titular de Filosofía justificó porqué era importante que Artes fuera la decimotercera facultad de la UNC. “Quiero destacar el campo del arte como espacio de encuentro de disciplinas que inauguran otras formas de comunicar, de poner en circulación la producción de saberes científica y socialmente relevantes para nuestro tiempo. Destacar también, y por lo mismo, a las artes como poderosos instrumentos de transformación social y cultural, en tanto permiten dar visibilidad y hacer emerger -a través de los más diversos materiales y soportes- problemáticas y conflictos de sujetos, grupos, instituciones, comunidades que permanecen en muchas ocasiones silenciadas u opacadas”.

En un breve recorrido histórico, la Decana hizo hincapié en los sinsabores que la Escuela tuvo que vivir durante la última dictadura cívico-militar: “La intervención, los años de plomo, la autonomía perdida, el exilio, las desapariciones, los departamentos clausurados y la lenta recuperación de los espacios en la reapertura democrática son, en este sentido, referencias ineludibles. Los dictadores tenían muy claro porqué cerrar puertas, dejar en desuso atriles, caballetes, cámaras, porqué bajar el telón. Córdoba lo sufrió a límites por un tiempo inimaginables”.

Pero no todo fueron pálidas para Artes y la UNC: “La historia dio también la posibilidad de ser parte del tiempo de recuperación, restaurada la democracia para el país y las universidades. Tiempos que no fueron nada fáciles. Parecía que había que comenzar todo de nuevo. No fue así. Las ideas no mueren, y echaron a volar nuevamente. Con sus diferentes historias, los Departamentos ocuparon el lugar arrebatado que les pertenecía por derecho propio, habitaron nuevamente salas, talleres y aulas; pusieron en marcha a todo corazón, sin medir esfuerzos ideas e instrumentos. Y tuvimos la satisfacción de ver no sólo revivir sino, además, crecer las Artes en la Facultad”.

Ese despliegue creativo no se hizo esperar y germinaron Centros, Equipos y Proyectos de investigación. “Artes supo ir tramando bajo su cobijo procesos en los que se comparten y construyen conocimientos, en los que se realizan las producciones más diversas, en los que se piensa, trabaja, crea, sueña, en los que también se construyen, afianzan identidades. Y, de este modo, llegar a esta instancia, hito fundamental en su trayectoria, constituirse en Facultad de Artes, justa ‘revancha democrática’ después de los desgarradores momentos vividos en su historia”, resaltó Edelstein.

Como lo remarcó la Decana y varios de los oradores que hicieron uso de la palabra ese día, el propio desarrollo institucional le ha permitido fortalecer sus áreas de enseñanza, crear carreras de posgrado, apuntalar proyectos de extensión y ampliar sus propuestas de formación, dando lugar a niveles inusitados en la producción artística en diferentes disciplinas, que se traducen en los numerosos premios nacionales e internacionales obtenidos por profesores y alumnos.

Todos somos Artes

Andrea Sarmiento, consejera del claustro docente de la FFyH y docente en la Escuela de Artes, señaló que “estamos viviendo un momento histórico, largamente esperado, que hace a un recorrido institucional. Los números reflejan el desarrollo de la escuela, que tiene 278 docentes, 9 centros producción artística, una biblioteca especializada, 4350 alumnos y el 80 por ciento de los cargos docentes concursados (confirmar este dato). Y el 20 por ciento en pleno concurso”. Para Sarmiento, la necesidad de Facultad se expresa en que hoy existen más de “ochenta proyectos de investigación”. Por eso agradeció el apoyo de la FFyH desde el año 2000, y especialmente a la rectora Scotto, a Gabriel Gutnisky, que se llevó todos los aplausos, de Ana Yukelson, directora de la escuela de Artes, a la comisión del Consejo Superior que construyó el expediente que hizo posible la facultad y a Gloria Edelstein “por su compromiso en la concreción del proyecto. La Facultad es un hito, el reconocimiento de la UNC a nuestra capacidad, y es también la reparación de injusticias”.

María Martínez, estudiante de la FFyH y miembro de la agrupación La Bisagra, celebró el paso dado por la Asamblea Universitaria: “La facultad es uno de los sueños, de nuestras banderas. Expresa una valorización histórica de la Escuela de Artes, y el reconocimiento de una lucha histórica que genera condiciones de igualdad. Toda la comunidad de Filo trabajó mucho para esto, porque siempre existió un gran protagonismo de sus actores dentro de la facultad”. Para Martínez, “esto va a potenciar la Escuela desde su producción artística. Hoy tenemos un modelo de país y de universidad distinta, en la cual el arte y la cultura tienen el lugar privilegiado que se merecen, a diferencia del vaciamiento de los ‘90 y las leyes del mercado. Y es muy bueno que la UNC esté de acuerdo a los cambios que se están produciendo en el país. Por eso la facultarización es un hecho político, una victoria política, que se enmarca en la refundación de la universidad y de su rol social. Hoy estamos orgullosos de protagonizar los resultados, y hemos dejado la resistencia para pasar a la ofensiva”.

En igual sentido se expresó Patricia Valdez, también de FFyH, cuando agarró el micrófono de la Sala de las Américas para destacar que “esto es un giro epistemológico, y quiero remarcar este espíritu de cambio. Se ha cumplido un sueño, que es logro de la defensa de la educación pública, laica y de calidad”.

La agrupación Franja Morada de la Facultad de Derecho también resaltó “el honor de participar de la creación de facultad artes, y por eso quiero felicitar a la FFyH por su trabajo”. El mismo apoyo para la facultad llegó de la agrupación estudiantil Sur y del Frente Independiente de Derecho, quienes rescataron el “el trabajo que la FFyH llevó a cabo en la búsqueda del consenso para crear la Facultad de Artes”.

Al final tomaron la palabra la Decana de la Facultad de Lenguas, Silvia Barei, quien enfocó su alocución en el intenso trabajo desarrollado por la comisión ad hoc del Consejo Superior, creada por resolución 1438 del año 2010, y Gustavo Irico, Decano de Ciencias Médicas, quien al igual que su colega destacó el “consenso alcanzado” en la comisión que hizo posible la creación de la facultad.

“Tenemos claro que la Escuela de Artes no estuvo sola. La comisión ad hoc trabajó y socializó el proyecto, que fue una tarea compartida entre las distintas facultades”, reconoció Edelstein, antes de perfilar lo que viene a nivel institucional: “Este no es un hito más, marca la finalización de un tiempo intenso de realizaciones y concreciones y anuncia la llegada de un nuevo año que nos demandará el compromiso de dar continuidad y profundizar el camino recorrido, tanto a colegas de Artes que dejarán su lugar en Filosofía, como a quienes desde Filosofía seguramente colaboremos generosamente en el mejor tránsito y el despegue airoso de la comunidad toda de Artes”.

Por último, la Decana sostuvo que “son importantes los desafíos pendientes, pero llegaremos a buen puerto si hacemos una construcción democrática, consensuada y plural. Somos conscientes de que como ciudadanos universitarios pertenecemos a la universidad pública, y que este logro se concreta con fondos públicos. Las sociedades necesitan de las Artes, por eso queremos y apostamos a su más plena realización como institución estrechamente comprometida con la sociedad y la cultura de la que es parte”.

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(Fotografías: gentileza de Daniel Cervantes)

 

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