Descripción
En nuestra Córdoba, como en todas las ciudades, las plazas, parques y calles, son el lugar natural de encuentros ciudadanos espontáneos u organizados, y lo que es realmente importante, donde todos tenemos la posibilidad de juntarnos sin distinciones de posición social, ideologías políticas o religiosas. Esos espacios, los abiertos y públicos, son la verdadera y real esencia de la ciudad, sin ellos la ciudad no existiría. A lo largo del tiempo, desde el ágora griega hasta nuestros días, la plaza ha sido siempre un lugar de privilegio, donde los cordobeses hemos escrito nuestra historia, sedimentada en la cultura colectiva.
La plaza es sólo “lugar”, al cual hay que llenar de significados y sólo la gente con su presencia y posesión puede hacerlo. Cuando vemos al pasado de un barrio todo cambia, pero siempre están ahí las plazas, conservando el retazo de naturaleza, soportando muchas veces descuidos y maltratos; pero como una madre enamorada de su hijo, nos da una, dos y miles de oportunidades más para amarla, cuidarla y sentirla. La tierra pública urbana se transforma en un recurso no renovable, por lo tanto de mucho valor. Es un deber del Estado y un derecho de los ciudadanos, que la ciudad ofrezca espacios públicos adecuados, suficientes, bien distribuidos e inclusivos.
Hoy le ofrecemos a nuestros parques y plazas un homenaje, contando su historia, o la historia de todos nosotros a través de éstas: Nuestras plazas y parques. Esta colección denominada Memorias de mi Plaza, refleja el compromiso de este municipio con la devolución a los ciudadanos no solamente de las plazas recuperadas, sino de sus historias y las de aquellos cordobeses que pensaron en entregarnos este legado y trabajaron incansablemente para ello.
En esta edición, nos encontraremos con la historia del Paseo Sobremonte que originariamente incluía el cauce de un pequeño lago, donde se paseaba en botes partiendo de una dársena; la Plaza de la Intendencia donde se erige el monumento en memoria de los caídos en Malvinas; y la Plaza Italia, con su homenaje a la colectividad italiana y sus tres glorietas que simbolizan los ríos más distinguidos atravesando las ciudades.