Descripción
Este registro se ha elaborado a partir del saber de una recordante de la lengua kakana, Rita del Valle Cejas, a quien llamamos cariñosamente Waira y cuyo nombre en kakán es Bimma Olka (viento rojo) y, en quechua, Waira Puka. Ella nos abrió su conocimiento de la lengua, bajo la forma de palabras, frases y cánticos en numerosas conversaciones que tuvimos entre los años 2018 y 2020.
En esta oportunidad, intentamos sistematizar este saber, tal como nos comprometimos antes de su fallecimiento, en diciembre de 2020. Esta maravillosa mujer nos contó leyendas e historias del pueblo calchaquí y nos invitó a ingresar a muchos aspectos de su cultura.
El objetivo de este trabajo es poner en circulación para todas las personas interesadas aquellos fragmentos del kakán que Waira conservó en su memoria. Durante siglos esta lengua se consideró extinta. Sin embargo, en realidad, se mantuvo oculta y uno de los lugares de conservación de la lengua fue en su recuerdo: ella la aprendió de su abuela (quien vivió en la localidad de Talapazo, Tucumán), aunque bajo la promesa de no difundirla. El temor a la discriminación por la lengua que se habla y la oposición de la iglesia –aún en el siglo XX y XXI– son algunas de las explicaciones de este silenciamiento.