El 15 de junio 1999 se iniciaban las gestiones para la firma de un convenio, concretado en noviembre de ese año, entre la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba y el Servicio Penitenciario de Córdoba. El objetivo era darles un marco institucional a las actividades educativas que se proponía desarrollar nuestra casa de estudios en contextos de encierro. Motivado por una iniciativa de 1997 de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles y del Centro de Estudiantes de la Facultad, en 1999 surgía el segundo programa universitario en cárceles del país.
Desde su creación, el Programa Universitario en la Cárcel (desde entonces, el PUC), enmarcado en el paradigma de los derechos humanos, se impuso el desafío de ofrecer seis carreras en contextos de encierro: Bibliotecología, Ciencias de la Educación, Letras, Filosofía, Historia y Psicología (por entonces perteneciente a la FFyH), como así también prácticas extensionistas de distinto tipo.
En la búsqueda de democratizar la educación superior desde distintos ámbitos, el PUC también implementó, desde sus inicios, una nutrida oferta artística y cultural. Han sido más de 40 proyectos extensionistas los que se han desarrollado a partir de entonces: talleres de arte plástico, serigrafía, teatro, programas radiales y de producción literaria, entre muchos otros. La investigación también ha sido un aspecto constitutivo del PUC, a partir del cual aparecieron los primeros estudios acerca del contexto carcelario cordobés para generar propuestas académicas situadas.
A veinticinco años de su creación, los principios y apuestas del PUC vuelven a cobrar vigor en un contexto de escamoteo de derechos y de desprestigio de los sentidos y efectos de la educación universitaria en la vida social. A un año de la celebración de los cuarenta años de la recuperación de la democracia, este 2024, el mismo año en que se han visto cuestionadas todas las dimensiones que hacen al trabajo de las universidades públicas y más concretamente del ámbito de las humanidades, el PUC cumple veinticinco años de existencia; veinticinco años de trabajo sostenido en las cárceles de Córdoba; veinticinco años de democratización de la educación superior; veinticinco años que nos interpelan a defender un vez más el valor de la educación pública en nuestro país.