Repudio a la extracción del quebracho blanco tricentenario y a la violencia contra defensorxs ambientales en Villa Allende

Desde el Programa Ambiente, Sociedades y Territorios de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba expresamos nuestro repudio al accionar de la empresa Caminos de las Sierras, los agentes de justicia y los responsables políticos que por acción u omisión permitieron la extracción del quebracho blanco tricentenario ubicado al margen de la Av. Padre Luchesse.

A pesar de las advertencias de los especialistas sobre la imposible supervivencia del árbol a su trasplante y desoyendo las numerosas manifestaciones de vecinos/as de la zona que demandaban que se preservara la vida del árbol, realizando una modificación de la traza de la avenida, en la tarde del 13 de julio arrancaron el árbol de 283 años, símbolo de la flora nativa serrana, valorado afectivamente por gran parte de la comunidad local como un “abuelo”, testigo de tres siglos de historia sobre la tierra.

La empresa Caminos de las Sierras S.E., el Ministerio de obras y servicios públicos a cargo de Fabián Lopez y los funcionarios públicos provinciales y de la Municipalidad de Villa Allende se negaron a la modificación de la traza argumentando razones de seguridad vial. Un argumento maniqueo que podría ser cuestionado por la existencia de otros emplazamientos como es la “fuente del bicentenario” en el centro de la intersección de las dos avenidas principales de la ciudad de Córdoba (Av. Vélez Sársfield y Bv. San Juan) o del mismísimo obelisco en medio de la avenida más importante del país. El árbol, más viejo que nuestra patria, no fue respetado como símbolo y monumento vivo de nuestra tierra y las personas no fueron respetadas como ciudadanos.

¿Cuál era el impedimento para construir una tercera rotonda como las que hicieron para dar acceso a los barrios privados? Si se hubiera realizado un aviso de proyecto, un estudio de impacto ambiental y una audiencia pública previa -como establece la ley ambiental 10.208- se podría haber previsto el diseño de un trazado que respetara la supervivencia del árbol y los derechos de participación ciudadana. Pero no. Desde la reforma ilegal y regresiva de la Ley de Ambiente de Córdoba, votada por la unicameral cordobesista, el gobierno atropella derechos y evade los pasos de un debido proceso de Evaluación de Impacto Ambiental.

Repudiamos la violencia del accionar de la empresa y el gobierno provincial que envió fuerzas de seguridad a reprimir y dispersar a las personas que pacíficamente intentaban proteger al árbol, golpearon a varios e incluso detuvieron a dos de ellas. La violencia estatal ejercida contra los defensores ambientales viola el acuerdo de Escazú. La violencia contra el “árbol abuelo” es parte de un proceso político de regresión en materia de derechos ambientales, lo que además de ser inconstitucional, profundiza la crisis climática que acecha al planeta. La violencia ejercida contra la comunidad y la naturaleza alerta sobre gobiernos que día a día se tornan más antidemocráticos. 

Desde el Programa de Ambiente, Sociedad y Territorios (FFyH-UNC) exigimos al gobierno de la provincia y en particular a Fabián Lopez, responsable de desmontes para megaobras como esta desde hace décadas en el Gobierno de la Provincia y la Ministra de Ambiente, Victoria Flores, que haga público cuál es su Plan para la protección del Bosque Nativo y las Reservas Naturales y bosques nativos de Córdoba, cuál es su Plan para la protección y restauración de zonas afectadas por incendios forestales y desmontes ilegales, cuál es su Plan para sanear las cuencas hídricas contaminadas por residuos cloacales e industriales, cuál es su Plan para remediar los pasivos ambientales diseminados por toda la provincia. Que digan y demuestren los responsables políticos cómo honrarán el acuerdo de Escazú y protegerán a los defensores ambientales, garantizarán la participación ciudadana, la información pública y el acceso a la justicia ambiental. Se trata de medidas urgentes e indispensables que requieren de acciones concretas.

Expresamos nuestra solidaridad con las personas que durante tantos días, padeciendo uno de los inviernos más fríos en décadas, se quedaron junto al quebracho intentando salvarlo, demandando con amor y creatividad la protección de un “bien común”. Son la esperanza que nos permite creer que otro mundo es posible. Que más allá de la tormenta de individualismos, odios y violencias que azotan a nuestro país por estos tiempos, hay un mundo de “buen vivir” que es necesario construir y respetar.

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