El fantasma de Larrea

aula-vallejo-10El poeta español Juan Larrea, un republicano exiliado por la guerra civil, se estableció en Córdoba en 1956 y murió en 1980. Fue docente en la Facultad de Filosofía y Humanidades y fundó el Instituto Nuevo Mundo en 1959, un espacio dedicado al estudio de Cesar Vallejo, que funcionó hasta 1976 y editó la revista “Aula Vallejo”.

En el marco de la conmemoración de los 70 años  de la Facultad de Filosofía y Humanidades, el decano, Diego Tatián, encargó al Área de Comunicación la realización de una placa para colocar como forma de homenaje a Juan Larrea, recordando su huella en la FFyH.

El primer problema se suscitó al buscar el lugar físico donde funcionó el Instituto “Nuevo Mundo”, ya que no quedan registros escritos que comprueben esto, más allá de la ubicación que señala la revista Aula Vallejo, en el Pabellón Residencial. Por eso, se apeló a la memoria de algunos contemporáneos del paso de Larrea por la Facultad.

Si bien algunos evocan que el Instituto estaba en el Pabellón España (probablemente haya funcionado allí durante un tiempo porque la Escuela de Letras se encontraba ahí junto con Historia), la mayoría lo ubica en el segundo piso del Pabellón Residencial durante la década del ‘60, donde actualmente está el Área de Comunicación, a lado de donde hoy funciona la oficina de Personal y Sueldos, que en ese momento era el Instituto de Literatura Argentina e Iberoamericana, dirigido por María Luisa Cresta de Leguizamón (Malicha).

Quienes confirmaron el dato fueron Alicia Goubessián, ex directora de la Biblioteca de la FFyH, que en esa época se encontraba en el Pabellón Residencial y Jorge Torres Roggero, ex docente e investigador de la Escuela de Letras.

10 años después de su jubilación, Torres Roggero volvió al Residencial invitado por el cronista de esta nota para traer a la memoria in situ el espacio que ocupaba Larrea y apenas vio la oficina recordó que era la misma que ocupa hoy el Área de Comunicación (y en la cual funcionó durante bastante tiempo el Área Operativa y antes la Imprenta), que está ubicada apenas se sube la escalera de servicio.

torres-roggeroTorres Roggero lo recuerda bien porque en 1968 ganó el concurso de Ayudante Técnico de Investigación en el Instituto de Literatura Argentina e Hispanoamericana de la FFyH. Allí, trabajaba al lado del Instituto del Nuevo Mundo en el Pabellón Residencial, que en su puerta tenía un cartel que decía “Aula Vallejo”. El profesor afirma que hasta abril de 1976, cuando es cesanteado por la dictadura militar, Larrea todavía estaba en esa oficina que tiene una hermosa vista a las sierras.

Esta búsqueda, sirvió para recordar las actividades que desarrolló durante 20 años en la Facultad de Filosofía y Humanidades el poeta español, nacido en Bilbao (País Vasco) el 13 de marzo de 1895. El mismo al que la guerra civil española le provocó un exilio que se extendió por París, México y Nueva York antes de radicarse en Córdoba en 1956, invitado por el decano de la FFyH, Víctor Massuh, para trasladarse a Argentina como profesor universitario.

Larrea americanista

“Su relación con el continente sudamericano data, no obstante, de 1929, en que realiza una larga incursión en la zona andina de Perú, donde nace su hija Lucienne, en Arequipa. Allí recoge la colección de objetos arqueológicos incaicos que dona ‘al pueblo de la república española’, dando posteriormente lugar a la formación del actual Museo de las Américas de Madrid. De esta experiencia da cuenta el libro Corona incaica, publicado en 1960 por la editorial de la UNC”. Un dato que aporta la poeta cordobesa Eugenia Cabral – cultora de obra de Juan Larrea- en la nota “Mis pies están fuera de la noche”, publicada en el número 12 de la revista Deodoro.

larrea-firma“Pero Juan Larrea tiene un sueño, que denomina “Teleología de la cultura”. Sobre ese tema versa el seminario que dicta en el claustro universitario y se trata de un proyecto cultural y filosófico basado en las revelaciones del Apocalipsis y las profecías de Juan de Patmos, contexto lingüístico que explica su particular concepto de “Nuevo Mundo”. Éste, representado por América, implica que el Viejo Mundo (Europa y, en particular, España) –según la perspectiva teleológica– debe cambiar su postura hacia nuestro continente, asumiendo una visión universalista y mística. Durante toda su vida Larrea sustenta la ideología republicana democrática en los marcos del capitalismo como sistema. Así lo expresa en varias de sus obras (Orbe, por ejemplo); jamás adhiere a posturas socialistas ni marxistas pero repudia enfáticamente, con su palabra y su acción, las dictaduras de los totalitarismos europeos (franquismo español, fascismo italiano, hitlerismo alemán, salazarismo portugués) y asiáticos (cuyo liderazgo articulador recae en Stalin)”, escribe Cabral en la misma nota.

En la década del 50, Larrea escribió dos de sus textos fundamentales: Razón de ser (Tras el enigma central de la cultura) y La Espada de la Paloma, publicadas en México en 1956 por Ediciones Cuadernos Americanos. “Allí expone su milenarismo americanista”, dice Jorge Torres Roggero, ex docente e investigador de la Escuela de Letras, quien de casualidad se encontró ambas abras en una librería de usados. Los libros están dedicados al Rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Jorge A. Núñez, y fechados el  10 de noviembre de 1956.

razon-paloma“En un caso, el libro es entregado con ‘consideración amistosa’; en otro, ‘con muy amistosa deferencia’. Existía, sin duda, una amistad social. Larrea se muestra agradecido con quien lo ha nombrado en la Universidad y ha creado un Instituto especialmente para él”, cuenta Torres Roggero en la nota “Juan Larrea y César Vallejo: “Voy a hablar de la esperanza”, publicada en la revista Solidaridad Global de la Universidad Nacional de Villa María.

“Lo cierto es que el Rector, presumimos, jamás leyó los libros. Al final, ante algún apuro financiero de los nietos del Dr. Núñez, los obsequios fueron a parar a la librería de mi amigo Samuel. Estaría bueno que el bilbaíno se hubiera enterado de que sus obras fueron a caer en manos de un estudiante que en 1957, cuando ingresó a la Facultad de Filosofía y Humanidades, no podía pronunciar los nombres de Leopoldo Marechal, María Granata, Juan José Hernández Arregui y otros bajo apercibimiento de arresto o, al menos, de dudoso final académico”, redacta Torres Roggero.

firma-larrea-rector-2El Instituto del Nuevo Mundo

María Rodríguez Cerezales realizó su tesis doctoral “Juan Larrea y Gerardo Diego: poesía en traducción” en 2011 para la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. A través de ella reconstruyó la vida de Larrea en Córdoba y tuvo acceso a muchos papeles personales. Allí relata que “en marzo de 1959 el profesor Larrea elevó al Consejo Directivo una propuesta para la creación del ‘Instituto del Nuevo Mundo’, un centro de estudios que él proponía para la investigación de la ‘post-historia’ del continente americano, de su porvenir y de todo lo tocante a su cultura”.

“En una discusión reñida del Consejo Directivo, sin fecha pero posterior a abril de 1959, en la que el entonces decano de la Facultad, Adelmo Montenegro, y dos personas más apoyaban la creación del Instituto del Nuevo Mundo contra la oposición de otros cuatro consejeros, se decidió que el Instituto fuera creado como anexo a la cátedra ‘Teleología de la Cultura’ y sin que supusiera retribución extraordinaria para el profesor Larrea. Los consejeros que se oponían arguyeron que se trataba de una iniciativa de fines ambiguos puesta en marcha por un profesor que impartía un seminario de temática igualmente ambigua y de escaso seguimiento por parte del alumnado. En el acta de la reunión la oposición a la iniciativa de Larrea es tan manifiesta como el pragmatismo que el decano demuestra finalmente para que sea aceptada la solicitud del profesor; en nombre del ‘bien de la Facultad’ recuerda a los asistentes que el caso del profesor Larrea es una situación ‘heredada’ y que, dado el reconocimiento del que goza el nombre de Larrea en el ambiente intelectual americano, más que prescindir de él, como proponen algunos abiertamente, en un espíritu práctico sería preferible reubicarlo, acrecentando sus tareas para defender ‘los intereses de la Facultad’, haciendo así un uso ‘rentable’ de sus ‘recursos”, narra Rodríguez Cerezales en su tesis.

Finalmente, el Instituto del Nuevo Mundo fue creado el 29 de mayo de 1959, asociado a la cátedra de Larrea. Rodríguez Cerezales apunta: “Pervivió mientras sus contratos de profesor se renovaron, es decir, hasta 1964, año en el que venció el quinto contrato y se firmó con Larrea uno de ‘locación de servicios’ (a partir del 1 de agosto) mientras se consideraba si se prolongaba o no su colaboración con la Universidad. El documento del 7 de diciembre de 1964, que establecía la no conveniencia de renovar el contrato de Larrea y la cesación de sus funciones, estipula asimismo la clausura del Instituto del Nuevo Mundo”.

sello-instituto-nuevo-mundoCon la caída de Perón en 1955, “la universidad había sido copada por liberales, socialistas y comunistas”, señala Torres Roggero y se pregunta: “¿Pensaría Larrea que se había refugiado bajo el ala progre de sus sueños? Sin embargo, fueron los jóvenes de la Federación Juvenil Comunista los que intentaron expulsarlo de los claustros universitarios  en nombre de la ciencia y el realismo socialista”.

De la tesis doctoral de Rodríguez Cerezales también se desprende que “la colaboración de Juan Larrea con la Universidad Nacional de Córdoba cesó temporalmente en 1964”. “Tras un paréntesis de un año y medio, Larrea se reincorporaría a la Facultad de Filosofía y Humanidades pero sin asumir en aquella ocasión tareas de docencia. En lo que se refiere a la experiencia de Larrea como profesor, esta se había prolongado desde 1956 hasta 1964 (a partir de 1962 contra su deseo expreso), año en que cesó definitivamente con un balance que, como se observa, tuvo un fuerte contraste con la idea que Larrea defendía de la labor educativa universitaria y con la realidad que esperaba encontrarse a su llegada a Argentina. A la falta de correspondencia entre la situación esperada y la real se sumaron las reacciones que provocaron sus ideas en el agitado ambiente político de la universidad en los años sesenta”.

Esta decisión –dice la investigadora– pudo ser “forzada por un sector de la dirección de la Facultad ideológicamente contraria a los conceptos de Larrea desarrollados en torno a la obra y la figura de César Vallejo”. Sin embargo, la UNC “decidió auspiciar el trabajo de investigación de Larrea nuevamente a partir de 1966” y se mantuvo allí hasta 1979, un año antes de su muerte.

“Larrea era una rara avis”, concluye Torres Roggero. “Es muy lógico que para nosotros, en ese momento, no hubiera sido comprendido. Cuando lo descubrí ya era tarde”

Centro de Documentación e Investigación Cesar Vallejo

En enero de 1959, el escritor peruano Xavier Abril, autor de un libro sobre César Vallejo, sugirió en una carta al Decano de Facultad de Filosofía y Humanidades, Adelmo Montenegro, la posibilidad de realizar una Mesa Redonda en honor de Vallejo. Interesado por esta actividad, Montenegro le consultó a Larrea, director del Instituto del Nuevo Mundo y autor de otro libro sobre el poeta peruano, sobre la posibilidad de realizarla y solicitándole la formulación de un proyecto.

Pronto, esta mesa redonda se convirtió en un simposio, titulado “Cesar Vallejo, poeta trascendental de Hispanoamérica: su Vida, su Obra, su Significado”, que se celebró del 12 al 15 de agosto de 1959. El núcleo central del congreso lo constituirían los autores de los cuatro libros sobre Vallejo publicados en 1958 en Argentina, junto a otros escritores y críticos. También participaron numerosos estudiantes y profesores de universidades nacionales y de países limítrofes.

aula-vallejo-4Una de las resoluciones finales de la actividad fue constituir aquí un centro permanente de documentación y estudios vallejianos. De esta forma, el compromiso recayó en el Instituto del Nuevo Mundo, principal organizador del simposio.

Finalmente, el Centro de Documentación e Investigación Cesar Vallejo se aprobó en la sesión del Consejo Directivo del día 6 de agosto de 1965 y se encomendó a ese nuevo espacio las tareas que hasta entonces se realizaban en el Instituto del Nuevo Mundo.  Con posterioridad, el 2 de noviembre de 1966, fueron aprobados los estatutos y reglamentos presentados por su director, Juan Larrea.

En la resolución, se plantea como objetivo del nuevo centro que dependerá directamente del Decanto, “reunir en la medida de lo posible toda la documentación relacionada directa o indirectamente con el poeta peruano y estimular y prestar ayuda a los estudios que acerca de la vida, la obra y del significado de Vallejo, puedan emprenderse en esta Facultad, en la Argentina y en los demás países”.

aula-vallejo-6Además, en lo referente a la documentación, el Centro tratará de “localizar, y de ser factible, conseguir los manuscritos del poeta o mecanografiados por él o bajo su dirección”, “constituir el epistolario de Cesar Vallejo en la forma más directa y completa”, “reunir las más diversas ediciones de sus obras, empezando por las originales”, “formar un archivo iconográfico” y continuar con la publicación periódica de la revista Aula Vallejo.

La revista Aula Vallejo

Aula Vallejo “pretende ser un punto ideal de convergencia o laboratorio volante para cuantos se interesen por los valores de Nuevo Mundo sintetizados en la obra y en la personalidad del inolvidable poeta andino”, dice en la solapa de los cinco volúmenes publicados entre 1961 y 1974 y que agrupan los 13 números que se editaron. También señalaba la dirección del Instituto del Nuevo Mundo “(donde pueden encargarse los ejemplares que deseen)”: Apartado 30, Córdoba, Rep.Arg. Casilla de Correo 30, junto al logo del instituto, una escultura en piedra de Santiago de Chuco, lugar donde nació César Vallejo.

aula-vallejo-1“En ella principalmente su director Juan Larrea escribía casi la totalidad de sus columnas, procura acometer todo frente de conflicto sobre el fenómeno Vallejo: su relación con los diversos movimientos de vanguardia, la reconstrucción general de su epistolario, el establecimiento de la ortografía y las erratas en la edición de sus versos, la publicación de sus ensayos inéditos, la evocación documentada de los vínculos del peruano con otros escritores y artistas –entre los cuales sobresale la reprobación a la hipocresía declamatoria de Pablo Neruda, por haber éste considerado a Vallejo, según Larrea, una amenaza a su propia figura, e incubado siempre una ilustre envidia de su inspiración, hasta, inclusive,  el relato infidencial del conflicto que teñía la relación entre Vallejo y su compañera Georgette Philippar”, expresa Bernardo Massoia también en la revista Deodoro.

En Aula Vallejo  se publicaron muchos trabajos de investigación producidos por colaboradores, como Xavier Abril, Cintio Vitier, Antenor Orrego, Saúl Yurkievich, Juan Carlos Ghiano, Juan Jacobo Bajarlía y Guillermo de Torre, entre otros.

Concurso Literario sobre Cesar Vallejo

Hasta el 31 de mayo de 1962, el Instituto del Nuevo Mundo recibió los artículos para el concurso literario que organizó sobre el escritor peruano. El jurado, compuesto por María Luisa Cresta de Leguizamón, directora del Instituto de Literatura Argentina e Iberoamericana; Juan Larrea, director del Instituto del Nuevo Mundo y Juan Carlos Ghiano director del Instituto de Literatura Argentina e Iberoamericana de la Universidad Nacional de La Plata (que se encontraba ausente) y reunido la sede del Instituto en el Pabellón Residencial emitió el acta resolutoria el 20 de agosto de 1963, con la asistencia de la profesora María Margarita Andrés de Varela, secretaria del Instituto del Nuevo Mundo.

Se recibieron cinco trabajos y dos estaban en condiciones de ser premiados. El primer premio fue para Juan Jacobo Bajarlía, de Capital Federal, con el trabajo “Existencialismo y abstractismo de Cesar Vallejo”, firmado por con el seudónimo de Adverse y la segunda mención fue para Estela Dos Santos, de Ciudadela, con “Vallejo en Trilce” (seudónimo Edese). Estos textos fueron publicados en el tercer volumen de la revista Aula Vallejo, que reunía los números 5, 6 y 7, en 1967.

Conferencias Vallejianas

Del 17 al 20 julio de 1967 se realizaron las Conferencias Vallejianas Internacionales. Las actas del evento fueron publicadas en la revista Aula Vallejo que congrega los números 8, 9 y 10, editada en 1971.  “Se reunió en Córdoba para deliberar acerca del Humanismo de Cesar Vallejo un grupo compuesto por dos profesores de la Universidad de San Marcos de Lima, uno de la Nacional de Santiago de Chile, uno de la Universidad de Liverpool, Inglaterra, otro adscripto al servicio cultural de Francia, junto a algunos profesores y escritores argentinos y uruguayos”, relataba seguramente Larrea en la revista.

aula-vallejo-3Ese año también se conmemoró el centenario del nacimiento del poeta nicaragüense Rubén Darío y el Centro de Documentación e Investigación “Cesar Vallejo”, asistido por la Biblioteca de la Facultad y su directora, Alicia Goubessián, organizó una exposición documental sobre Vallejo “posiblemente la más importante celebrada en el mundo hasta entonces”, que tuvo lugar en el salón de lectura de la Biblioteca, que por entonces funcionaba en el Pabellón Residencial, “ampliado por el espacioso despacho del Decanato”.  En las vitrinas se expusieron manuscritos originales e inéditos, correspondencia y primeras ediciones de los libros de César Vallejo y también material de Rubén Darío.

aula-vallejo-7El final

Del legajo de Larrea se desprenden una serie de peticiones entre 1966 y 1975 solicitando personal para el Centro de Documentación César Vallejo “por estar asumiendo él solo todo el trabajo y sufriendo por ello demoras las tareas pendientes”. Según Rodríguez Cerezales esto demuestra los magros fondos destinados a ese instituto. “La documentación recogida en el legajo presenta a Larrea como a un personaje controvertido en conflicto casi constante con las instancias universitarias. La Facultad consideraba prioritario concentrar sus esfuerzos en profesionalizar sólidamente a sus estudiantes mediante materias como Psicología Industrial y otras disciplinas semejantes, lejos de la concepción de Larrea de una formación humanística apropiada basada en la enseñanza de la reflexión interdisciplinaria sobre los acontecimientos históricos y culturales”.

Después del golpe militar de 1976, todo se precipitó. Mediante la resolución número 179, del 30 de abril de 1976, el interventor militar en la Facultad de Filosofía y Humanidades, Mayor Ricardo Romero, con “la necesidad de centralizar todo el material bibliográfico” dispuso el pase de a la Biblioteca Central de los libros que se encontraba en los institutos de la FFyH, entre ellos el “Centro de Documentación ‘César Vallejo Nuevo Mundo (sic)”.

resolucion-1976En la Biblioteca se encuentran todavía muchas obras de Vallejo, publicadas en Perú y Argentina, con la firma de Juan Larrea y otras obras con el sello del Instituto Nuevo Mundo.  Entre ellas se encuentran las novelas “El Tungsteno”, “Paco Yunque”, “Poemas Humanos”, “Artículos olvidados” y los dos tomos del libro de crónicas y reportajes “Rusia en 1931. Reflexiones al pie del Kremlin”.

Además, otras publicaciones están dedicadas al director del Instituto Nuevo Mundo, como la “Antología de la Poesía Moderna Hispanoamericana”, del poeta y ensayista peruano Xavier Abril, uno de los más destacados representantes del vanguardismo en Latinoamérica. “A Juan Larrea, por su Poesía y su pensamiento, en la hermandad de Vallejo con el vivo afecto de su viejo amigo”, dice la dedicatoria firmada en 1957 sobre ese libro editado en Montevideo, donde falleció Abril en 1990. Otros que autografiaron sus obras para Larrea son el poeta chileno Pedro Lastra Salazar y el escritor peruano Vladimiro Bermejo.

dedicatoria-xavier-abrilTambién, en julio de 1969, el poeta español donó una edición de Versione Celeste a la Biblioteca. Se trata de su obra poética editada por Einaudi, en Italia, en una versión trilingüe: español, francés e italiano.

Finalmente, el 20 de julio de 1976, por resolución número 283, Romero dispuso que el Instituto del Nuevo Mundo  pasara a depender de la Escuela de Letras, debido a la “reorganización académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades”.

“Dictaduras sangrientas, protestas sociales, acciones guerrilleras armadas, crisis económicas, censura y persecución: el boscaje más habitual donde se inmerge la Argentina, durante el período en el que Larrea se establece en la Argentina. Su aislamiento reactivo se va tornando una condición constante y, prácticamente, obligatoria”, escribe magistralmente Eugenia Cabral, una especialista en la obra de Larrea sobre su paso por nuestro país.

Después de 24 años de docencia, el régimen militar le otorga la jubilación en 1979, a los 85 años. Solitario y fuera de la Universidad para siempre, Larrea falleció en Córdoba el 9 de julio de 1980. Dice Cabral en la revista Deodoro: “Tras su muerte, ocurrida en medio de un perfecto silencio periodístico y social mientras las fanfarrias dictatoriales celebraban un nuevo aniversario de la Independencia, permite que ‘se extravíen’ sus archivos, sus obras de arte. Un agravio más a nuestro patrimonio cultural, que completa la destrucción de la biblioteca de Ceferino Garzón Maceda (amigo de Juan Larrea) y la quema del fondo editorial y el asesinato de Alberto Burnichon”.

Por Pablo Giordana


Cronología

  • juan-larrea-libroLarrea nació en Bilbao (España) el 13 de marzo de 1895. Estudia Letras en la Universidad de Deusto entre 1911 y 1915, donde conoce al poeta Gerardo Diego. Comienza a escribir poesía en 1919 y publica sólo en pequeñas revistas literarias. En 1926 se instala en París y edita junto a César Vallejo la revista Favorables Paris Poema, de la que salieron dos números.
  • En 1929 contrae matrimonio y parte hacia Perú. Allí nace su hija, Lucienne. A fines de 1931 abandona Perú y regresa a París. En Cuzco reúne una gran colección incaica que después se presenta en el Palacio del Trocadero (París).
  • En 1932 decide abandonar la escritura de poemas y se dedica al género del ensayo y a la docencia. Sin embargo, en 1934 publica Oscuro dominio, poemas en prosa, en México. Comparte con Pablo Picasso, en 1937, la creación de una obra destinada al pabellón español en la Exposición Internacional de París, cuyo resultado será Guernica.
  • Luego se traslada a México en 1939, donde funda la revista España Peregrina, con la Junta de Cultura Española, conformada entre otros por José Bergamín y León Felipe. Desde 1942 hasta 1949 fue secretario de Cuadernos Americanos, cuyo director era Jesús Silva Herzog.
  • Parte con sus hijos, en 1949, a Nueva York, con becas de Guggenheim y Bollingen Foundation. Allí investiga temas de simbología mística.  En 1956 llega a Córdoba invitado por el decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, para desempeñarse como docente e investigador de esa institución.
  • En la UNC publica César Vallejo o Hispanoamérica en la Cruz de su Razón, sobre una conferencia dictada en el acto de conmemoración de la muerte de Vallejo. En 1959 funda en la FFyH el Instituto del Nuevo Mundo y ese mismo año organiza el “Simposio Internacional sobre César Vallejo”.
  • En 1960 publica Corona Incaica por la editorial de la UNC y en 1961 comienza a editarse la revista Aula Vallejo hasta 1974. Su hija Lucienne y su yerno, Gilbert Luy, fallecen en un accidente de aviación en 1961. Larrea queda a cargo de su nieto Vicente. En 1965 se publica México su ensayo Teleología de la Cultura.
    En 1966 se crea el “Centro de documentación e investigación César Vallejo” en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, del cual es nombrado director. Al año siguiente se organizan las “Conferencias Vallejianas Internacionales sobre ‘El humanismo de César Vallejo”.
  • En 1969 aparece la edición de su obra poética por Einaudi (Italia) en versión trilingüe: español, francés y traducción al italiano de Vittorio Bodini, con el título de Versione Celeste. Ese año también edita César Vallejo frente a André Breton por la Dirección de publicaciones de la Universidad Nacional de Córdoba. En 1970 aparece Versión Celeste en edición bilingüe español- francés editada en España.
  • En 1974 es nombrado Profesor Honoris Causa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima (Perú). En 1977 se publican la edición facsimilar de la revista España Peregrina en México y la de Pablo Picasso: Guernica, en Cuadernos del Diálogo, Madrid. Con motivo de la presentación de esta última, regresa a España por única vez después de la Guerra Civil.
  • En 1978 publica Poesía completa – Edición Crítica, con la obra de César Vallejo y en 1979 aparece Ángulos de visión, editadas en España.
  • El 9 de Julio de 1980, Juan Larrea fallece en Córdoba.

Agradecimientos: al personal de la Biblioteca Elma K. de Estrabou, especialmente a Nora Fernández,  Sonia Mangas, Beatriz Storino, Miguel Candia y Federico Zeballos. A Eugenia Cabral, Alicia Goubessián y Jorge Torres Roggero.

1 comentario

  1. Lo conocí, un día de noviembre del año 1970 que se inauguró la plaza Guernica en Cba. Con el retoño que trajo mi padre. Fui maestra de Vicente Luy, su nieto, que jamás olvidaré.

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  1. Muestra Homenaje a Juan Larrea – Biblioteca “Elma Kohlmeyer de Estrabou” – FFyH – Facultad de Psicología (UNC)
  2. Alfilo | Homenaje a Juan Larrea

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