“La producción que desarrolla la universidad con fondos públicos debe estar disponible para la sociedad”

Profesora de la Universidad de la República del Uruguay y especialista en Recursos Educativos Accesibles, Virginia Rodés estuvo en las jornadas EnFilo Derecho al Acceso Abierto que organiza todos los años la FFyH, y planteó la necesidad de visibilizar el gran trabajo que se realiza en Córdoba y en muchas universidades del Sur: “Debemos generar círculos virtuosos para producir de manera colectiva, con licencias abiertas, para que esos materiales circulen de manera segura”. Además, planteó como desafío “descolonizar los REA”.

“Es necesario saber que todo conocimiento específico y especializado incrementa su calidad si no pierde su conexión con las grandes y muy viejas preguntas de la humanidad (que son las preguntas de las humanidades) por la igualdad, por la libertad, por la justicia, por la felicidad…preguntas que no tienen una respuesta última, pero ello no las vuelve innecesarias, y nadie querría vivir en un mundo donde ya no existieran”, señaló Vanesa López, Secretaria Académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades, citando al exDecano Juan Pablo Abratte en la apertura del panel “Materiales Educativos Abiertos en el marco de la política académica para la inclusión”, que compartió con Marcela Pacheco y Virginia Rodés, profesora de la Universidad de la República del Uruguay, especialista en Recursos Educativos Accesibles (REA) con una vasta trayectoria internacional en el tema y principal disertante de la actividad.

El sólido recorrido de la Facultad en todo lo que implica el Acceso Abierto fue la plataforma para que López compartiera la experiencia de producción de materiales para la enseñanza de grado, “un proyecto colectivo en el que participó la Secretaria Académica, el Área de Tecnología Educativa y la comunidad de docentes, ayudantes alumnos y adscriptos de las diferentes cátedras”.

Anticipando algunos de los tópicos que luego desarrollaría Rodés, la secretaria Académica explicó que el objetivo de esta producción es “favorecer los procesos de inclusión educativa en las carreras de la Facultad, que de alguna manera surge orientado por las preguntas sobre la igualdad, la justicia en torno a estudiantes que ingresan a la universidad con trayectorias educativas erráticas, disimiles, heterogéneas, singulares. Por eso el desafío es brindarles oportunidades efectivas de educación en el nivel superior, para que puedan ejercer el derecho al acceso libre al conocimiento, a la ciencia, a la tecnología y a la cultura”.

Pacheco, profesora de la Escuela de Ciencias de la Educación y especialista en Acceso Abierto, resaltó que el objetivo de estas políticas es “querer que todos lxs alumnxs se queden en la universidad, aprendan mejor y que lxs profesorxs trabajen mejor”. Valoró el uso de software libre, el compromiso político e institucional de Filo y presentó a Virginia como una “experta” en la materia. Y no se equivocaba: Rodés es profesora de la Universidad de la República del Uruguay, coordinadora del Programa de Entornos Virtuales de Aprendizaje y co-responsable del Núcleo Interdisciplinario sobre Recursos Educativos Abiertos y Accesibles de dicha universidad, además de Doctora en Equidad e Innovación en Educación por la Universidad de Santiago de Compostela.

Ha liderado numerosos proyectos que dieron lugar al desarrollo y diseminación de tecnologías educativas e iniciativas de educación abierta y accesible en Uruguay y en América Latina, destacándose el grupo coordinador de la Comunidad Latinoamericana de Objetos y Tecnologías del Aprendizaje (LACLO).

En esta entrevista explica qué son los Recursos Educativos Accesibles y los desafíos de la región para expandirlos, mejorarlos y diseñar una estrategia latinoamericana que “permita descolonizar los REA y empezar a tener más visibilidad en el mapa mundial”. “Los Recursos Educativos Accesibles son los materiales educativos de toda la vida, desde los libros hasta la canción que arma la maestra del jardín, la fotocopia que pone en los cuadernos de los nenes, la lámina para colorear, un ejercicio de matemática de educación superior hasta un curso completo, el libro más elaborado, el manual, contenidos no necesariamente digitales”.

  • ¿Cuál es la diferencia para ser considerados Abiertos y Educativos?

Tienen que estar publicados con licencias que permitan su circulación de modo virtuoso, que no lleven a las personas a descargar o usar algo que no pueden. Los REA están elaborados de un modo que no integran contenidos sujetos a copyright, y tampoco integran música de copyright. Son publicaciones que permiten la libre circulación o que, a partir de una licencia, pueden circular para ser mantenidos, mejorados, adaptados, traducidos, reelaborados por la persona que lo descarga. Si esto no está claro, se puede cometer una ilegalidad, que es lo que pasa con los materiales que sí tienen copyright. Por eso es importante que las licencias sean abiertas, ya que los docentes trabajamos con materiales todo el tiempo. Tenemos que generar círculos virtuosos de circulación, de producción, para que no haya docentes solitarios. El desafío es generar mecanismos para compartir lo que hacemos de modo seguro, producir de manera colectiva y adaptable a cada disciplina. El modo en que producís no es una autoría estancada, cerrada, puede evolucionar y ser adaptable, tiene otra vida ese material si se produce y se comparte de esta manera.

  • Mostraste un mapa de los REA a nivel mundial, ¿Qué impacto tienen para generar más inclusión y equidad en la educación?

Tienen todo el potencial para hacerlo, incluso en las universidades del norte –sobre todo en las públicas- se han puesto en marcha estrategias de libros de textos abiertos, porque sus currículum son muy estrictos y el acceso a los materiales que se piden son muy costosos. En nuestras universidades es una zona gris, debemos pensar en el acceso a esos materiales, porque los costos es un ítem importante. También hay que atender las inequidades geográficas de producción, porque en nuestras universidades del sur se utilizan libros que no son elaborados en nuestros contextos, vienen de otros lados. A la vez, producimos materiales que pueden ser publicados en esos libros, como notas de clases, materiales elaborados a lo largo de la carrera académica, etc. La pregunta es cómo hacer para potenciar esa capacidad de producción intelectual en el ámbito de la enseñanza, y cómo intervienen esos mecanismos.

Rodés planteó la importancia de la equidad y la inclusión educativa, “porque no sólo es importante llegar a la universidad, sino cómo puede ser la trayectoria dentro de ésta”, poniendo de relieves políticas para incluir a los excluidos por razones de género, orientación sexual, capacidades diferentes o clase social, “ya que la pobreza es la principal causa de exclusión educativa”.

Otro punto a trabajar desde una perspectiva latinoamericana es el tema de la lengua de los REA, porque “la mayor producción está en el norte y en lengua inglesa”.

  • ¿Se trata de “cambiar el chip” o lo presupuestario en nuestras universidades es determinante para la producción de materiales educativos abiertos?

No es sólo presupuesto, tenemos que poder alivianar los procesos de producción editorial. En nuestras universidades de América Latina estamos muy acostumbrados al formato físico, pero ahora tenemos otros modelos, como el libro digital, que a su vez está en el repositorio institucional, lo que permite pensar una impresión a demanda, o impresiones acotadas para los que quieran el libro impreso. No hay colisión entre lo digital y lo impreso, y eso te permite incrementar tu producción editorial. Si a ese material lo convertís en un REA, se puede mejorar, actualizar, sin tener que estar pensando en los derechos de autor. Así se puede lograr una mayor comunicidad. En mis investigaciones, el 30% de los alumnos nos decían que no tenían acceso al material físico, o que los ejemplares de la biblioteca no alcanzaban para la demanda. Entonces, hay que cambiar prácticas, también en cosas chiquitas que se hacen todos los días, que se suben al aula virtual, para que eso genere un círculo virtuoso con los materiales, de intercambio de esos materiales y entender cómo la producción que desarrolla la universidad con fondos públicos está disponible para la sociedad. Se trata de abrir las prácticas.

Sobre este punto, Rodés puso el ejemplo de lo que hacen en la universidad de Uruguay: “Grabaciones de clases, videos y fotos, allá tenemos disertaciones de todos lados, eso es abrir los límites de la universidad, porque hay un potencial enorme. Las universidades no sólo deben ser  públicas y gratuitas, su producción también tiene que serlo, y esto va desde los contenidos, las prácticas, las metodologías de investigación, todo”.

  • Es un paradigma muy distinto al neoliberal, que defiende la educación privada

Sí, por eso digo que hay que abrir pero también pensar muy bien qué es lo que abrimos, porque están los mecanismos de apropiación por parte del mercado de lo que produce la universidad. Hay cosas que debemos proteger de las inequidades a nivel global. Y atender también cuestiones de privacidad a nivel de los datos de las personas, son aspectos a considerar.

  • ¿Cómo está América Latina en relación a la producción de REA?

Estamos haciendo cosas pero no son visibles, por eso cada vez que puedo intento difundirlo. Me pasó aquí, en Córdoba, donde hay un grupo que lleva 15 años trabajando, produciendo materiales de mucha calidad, con una capacidad crítica impresionante y yo no lo tenía en mi mapa, y mirá que vengo mapeando. Conocía lo de Ansenuza, pero no esto otro, y pasa en otros lugares que por razones de recursos todo nos cuesta más, la movilidad para encontrarnos es más difícil, nos cuesta la integración regional. Nuestro desafío es estar en el mapa, a pesar de que nuestras universidades hacen educación hace 200 años. Tenemos que exigir visibilidad, no alcanza con la traducción. Hay que descolonizar los REA, construir una escuela latinoamericana, ir de lo global a lo comunitario. Hay una distancia grande entre la educación situada, territorial, y los repositorios globales. Por eso tenemos que valorar las prácticas de comunidades pequeñas, porque hay mucha vocación transformadora en los docentes de América Latina.

En el mismo sentido, Rodés convocó a “tejer redes, integrarnos regionalmente y cooperar, que nuestras comunidades estén interconectadas, porque pueden surgir redes de innovación muy importantes a través de prácticas de educación abierta, comunidades de prácticas, de investigación abierta, de investigación de acciones educativas, de bibliotecas accesibles, de digitalización accesible, de alfabetización en información, de metodología y evaluación de los usuarios. Todas estas acciones deben estimular a crear una perspectiva desde el sur en Educación Abierta”.

Texto y fotos: Camilo Ratti