“Soy un contemporáneo de Gutenberg”

El 30 de julio en el Auditorio del Sindicato de Luz y Fuerza se presentó “Vida de Perro. Balance político de un país intenso, del 55 a Macri”, el nuevo libro de Horacio Verbistky, escrito junto a Diego Sztulwark. Además de los autores, participaron el filósofo Diego Tatián y la vicedecana de la FFyH, Flavia Dezzutto. La obra recorre más de 40 años de trabajo periodístico y su mirada sobre los diferentes procesos políticos de la Argentina.

Durante algunos años Diego Sztulwark le escribió muchos correos electrónicos a Horacio Verbistky. Además de otras cuestiones, Sztulwark le proponía hacer un libro para contar su experiencia periodística y reflexionar sobre la política argentina. El Perro se negó hasta la noche del ballotage en que Macri venció a Scioli.

El libro “Vida de Perro” reúne una serie de entrevistas realizadas por Sztulwark a Verbitsky entre 2016 y 2017. Sztulwark cuenta en la introducción sobre el primer encuentro entre ellos: “Vengo a proponerle un libro de balances. La llegada de Mauricio Macri a la presidencia es el signo más contundente de la necesidad de una reflexión política demasiado postergada”.

La presentación en Córdoba se realizó el 30 de julio en un lugar mítico: el auditorio del Sindicato de Luz y Fuerza. Junto a los autores participaron la vicedecana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Flavia Dezzutto y el filósofo Diego Tatián, quien señaló que este “es un libro imprescindible para los tiempos que corren” y destacó que la FFyH “siempre promueve este tipo de encuentros para pensar y descifrar un momento que es opaco, que no es transparente y que tenemos que ser muchos los que den cuenta de él”.

“Voy a dar algunas impresiones sobre esta lectura, que fue muy grata para mí. No se trata de una entrevista que Diego le hace a Horacio. No es un libro de historia, pero sin embargo puede ser interpretado como una introducción a la historia política argentina reciente. Es un libro en el cual está muy bien desmenuzado y exhibido un método de trabajo de Horacio Verbitsky, que nosotros intuimos en las columnas semanales que ya estamos acostumbrados a leer desde hace tantos años y que esperamos con fruición”, comenzó Diego Tatián frente al público que colmó el auditorio donde tantas veces habló Agustín Tosco.

Conversación entre generaciones militantes

El ex decano de la FFyH agregó que “esta conversación marca un rumbo” y que “si hay una reconstitución del campo popular es necesario multiplicar conversaciones como esta y por eso es el inicio de algo”. “Lo que está en juego es la trasmisión de una sabiduría militante. El concepto de transmisión es altamente político. Las generaciones se suceden con mucha rapidez y es fundamental en esa reinvención de la militancia recabar dos cosas: en primer lugar, no repetir  y lo segundo, cuidarse de no prescindir de una interlocución contra aquellos que vinieron antes y trataron de cambiar las cosas y transformar el mundo con antelación. Esa conversación entre generaciones militantes tiene un significado político imprescindible”.

A continuación, Tatián recalcó que “hay una pregunta que sobrevuela cada página del libro”, y que se trata de una reflexión “sobre la democracia, sus límites y promesas, y que es un interrogante sin respuesta definitiva: es si la vía democrática es capaz de trasformar la sociedad”. “¿Puede la democracia garantizar, además de derechos civiles y políticos, derechos sociales, económicos, producir libertades e igualdades? Esa pregunta que es tan vigente hoy como en los 70”. A modo de respuesta, el filósofo señaló que “los últimos 12 años han sido la confianza en que es posible trasformar la sociedad por vía democrática y producir trasformaciones sustantivas”.

Un libro infernal

Después de Diego Tatián, fue el turno de Flavia Dezzutto, a quien Verbitsky caracterizó como una de sus más recientes amigas. Enseguida, la vicedecana destacó la presencia de Sonia Torres, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba entre el público.

“Me parece que este es un libro de política, en el sentido tradicional. Es un libro de reflexión sobre acontecimientos, sus temporalidades, métodos de análisis, modos de reflejar una escritura. Un libro que tiene un potencial de pedagogía política muy grande y que yo rescato porque no es usual. Eso supone, entre otras cosas, no retorizar la política, que es una de las cosas que, desde mi punto de vista, es extremadamente negativo y caracteriza algo que es lo que se da en llamar el progresismo, que retoriza permanente los conflictos, que retoriza las contradicciones materiales y que banaliza las luchas. Este libro es justamente todo lo contrario”, arranco la filósofa y vicedecana de la FFyH.

Dezzutto calificó a la obra de Verbistky y Sztulwark como “un libro infernal” y aclaró que es “en el sentido de que tiene una cantidad tan enorme de elementos, de reflexiones, de puntas, que uno no sabe si lo quiere terminar, si quiere que siga o quiere detenerse”. “Otra expresión de lucidez es la pregunta sobre el método Verbitsky, una pregunta capital en política y acá tenemos un método de investigación fuertemente situado y que nos habla en el contexto de una historicidad colectiva, y que propone un ensamble de presentes”.

Ligar pasado y presente

“Estoy muy sorprendido, admirado y perplejo por las cosas que escuché del libro”, señaló Sztulwark, que se define como una mezcla entre politólogo, filósofo y sociólogo, en relación a las palabras de los oradores anteriores. El autor de “Vida de Perro” también investiga, escribe, publica como miembro del Instituto de Investigación y Experimentación Política (IIEP), participa de la editorial Tinta Limón y del blog Lobo Suelto. Además, coordina grupos de estudio dedicados al pensamiento político.

“El libro surge de la necesidad de un lector, es un libro que hacía falta y que está totalmente trabajado por un conjunto de inquietudes que de los años 90 en adelante había desarrollado”, dijo en la presentación. En la introducción de la obra, aclara: “Quería ver si era posible plantear un dialogo político, una conversación analítica, un ejercicio de lectura de coyunturas y una aproximación a ciertos agujeros negros del presente”.

En ese sentido, reconoció la inspiración de otro libro que leyó a principios de los años 90: “Contraderrota. Montoneros y la revolución perdida”, de Roberto Mero en una conversación con Juan Gelman. Allí, dice Sztulwark en “Vida de Perro”, el poeta le contaba a las generaciones nuevas sobre los años 70 y “permitía a los militantes jóvenes ligar pasado y presente a contrapelo de los sentidos que afirmaba la historia”. “Tenía la intención de leer un libro similar del período reciente”, manifestó ante el público.

Con respecto a su entrevistado, a quien no conocía personalmente, aclaró que “uno no veía a Verbitsky sólo como un periodista, si no que era heredero de una forma de investigación muy demarcada en procesos de luchas anteriores, como Prensa Latina, Montoneros y la organización de la prensa clandestina durante la dictadura. Son experiencias fundamentales para nosotros, como el tema de los intelectuales militantes.  Entonces, hablar con Verbitsky de historia política no era sólo hablar de kirchnerismo, era hablar de una historicidad mucho mayor, que era muy previa y seguramente posterior al kirchnerismo, que será una parte de esa historia que habrá que seguir discutiendo desde varios lugares”.

En el libro, dice que “más que capturar un ‘método Verbitsky’, se trata de reconocer una necesidad propia de politizaciones del presente, de un saber sobre las diversas capas de la lucha política. Entonces, interesa menos teorizar sobre lo que Verbitsky hace –como investiga, como maneja la información- y más dialogar con cierto trayecto de la investigación política que ayude a comprender nuevas relaciones posibles entre investigación y política”.

El método Verbitsky

En abril de 2018, Horacio Verbitsky estuvo en la Facultad de Filosofía y Humanidades para recibir el Premio José María Aricó al compromiso social y político. En el acto, dijo que volvería a Córdoba a presentar “Vida de Perro”. Tres meses después, el periodista renovó el contacto personal con sus lectores cordobeses. “Este libro no hubiera existido sin Diego Sztulwark. Él insistió durante dos años para realizarlo, pero la noche del ballotage de 2015 me habló nuevamente para hacerlo y me pareció necesario. Acepté hacerlo porque entendí que era útil en ese momento y que podía servirle a alguien ese libro. Partimos de posiciones diferenciadas con respecto al kirchnerismo y somos de generaciones distintas. Eso a mí me enriquece”.

Verbitsky también advirtió que Sztulwark le enseño a “observar” su propio trabajo. “Me ayudó a conocerme a mí mismo. Ahora lo que tengo que hacer es no creérmela”, dijo y provocó las risas de los presentes.

En la contratapa del libro califican al Perro como “un  viajero político en el tiempo”. “Me gustó esa descripción –aclaró- porque creo que me ayuda a entender algunas cosas. Del 55 al 2018 son 63 años y para mí son todos presentes. Tengo el privilegio de estar también en este presente, teniendo todo el conocimiento por haber sido testigo o protagonista de todos aquellos presentes que son nuestro pasado común y que son permanente resiginificados en la historia por el presente”.

A pesar de que su apodo le valió por su carácter serio, generó nuevas risas cuando dijo que él era “contemporáneo de Gutenberg”. “Cuando empecé a trabajar en este metier del periodismo, el método de impresión tenía muy pocas diferencias con la época de Gutenberg. El sistema era básicamente el mismo y, si hubiera llegado al año 1960 y hubiera visto el primer diario en el que yo trabajé, hubiera entendido de qué se trataba. En cambio, si llegara hoy no entendería nada. No podría entender eso que consumimos como lectura”.

Sin embargo, el Perro supo aggiornarse a los tiempos y después de una salida casi forzosa del diario en el cual trabajó durante más de 30 años lanzó un portal digital de noticias llamado “El Cohete a la Luna”. “Esa contemporaneidad con hechos del pasado más remoto de la comunicación y con los acontecimientos de la vida política argentina me permiten ver el proceso político con una visión histórica”, concluyó.

Texto y fotos: Pablo Giordana