El 14 de abril la organización Hijos e Hijas por la Identidad, la Justicia y contra el Olvido y el Silencio (HIJOS) cumplió 20 años. El Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Humanidades celebra este nuevo aniversario y en una declaración emitida el 20 de abril, reconoce la labor de esta organización “como un actor principal en la consolidación de la democracia argentina”. [20/04/2015]
Siendo todos ellos muy jóvenes o casi adolescentes, la agrupación surgió en 1995, tras un encuentro nacional que organizaron en la localidad de Río Ceballos.
Sentían que se encontraban a la intemperie. El país les daba la espalda o les decía “que juntarse o charlar sobre los problemas colectivos y buscar una solución no servía para nada porque la realidad era así y nada podía cambiar", explica Emilio Pihen, integrante de la agrupación, al rememorar el escepticismo que pesaba sobre la época. Sin embargo, atravesados por una historia en común y movilizados por la defensa de la Memoria, la Verdad y la Justicia, supieron reconocerse como “hijos de una generación revolucionaria que luchó por un país para todos y todas”.
A mediados de los´90 el país seguía en democracia. Sin embargo las políticas de Estado en relación a la Memoria y los Derechos Humanos hacían retroceder de manera crítica la lucha sostenida por Familiares de Detenidos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Durante el gobierno de Alfonsín se habían sancionado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Más tarde, los Indultos presidenciales decretados por Carlos Menem sobre los máximos responsables de la última dictadura, cancelaban definitivamente toda posibilidad de justicia. Los vientos de derrota parecían soplar con mayor fuerza.
“Los represores desarrollaban su vida impunemente. Daban notas en revistas y canales de televisión, relataban impunemente sus delitos. Permanecían en sus respectivas instituciones, donde formaban a las nuevas camadas de militares, policías, gendarmes, sacerdotes, empresarios, comunicadores y algunos, hasta llegaban a presentarse en elecciones para cargos públicos. Construían no sólo un muro de impunidad judicial, sino un profundo silencio basado en el terror que impedía hablar y discutir socialmente temas como el Terrorismo de Estado, los desaparecidos y sus proyectos de vida. Era la impunidad como norma de vida en el corazón del neoliberalismo”, dice Emilio Pihen al describir la hostilidad de esos años. Y al hablar de sus luchas, agrega: “Cuando nacimos como organización luchamos contra todo esto y, aunque el contexto ahora es diferente, también seguimos luchando. Estamos en contra de la impunidad y el silencio como norma de relación social. En contra de la tortura en todas sus formas y en contra de todas sus justificaciones. Se trata de una disputa de sentidos sobre la historia reciente de país y de nuestra patria grande, Latinoamérica”.
Bajo esta perspectiva, el Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC emitió una declaración donde celebra este nuevo aniversario y reconoce a esta organización, junto a Madres, Abuelas, Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Políticas y otros organismos de Derechos Humanos, “como un actor principal en la consolidación de la democracia argentina”. Además, destaca su trayectoria y labor en “la construcción de la memoria de nuestro pasado reciente y en las importantes conquistas de la justicia contra la impunidad referida al Terrorismo de Estado, por las que la Argentina es reconocida en todo el mundo”.
Hoy y siempre
“Veinte años después acá estamos, con más de 500 genocidas condenados”, expresan los miembros de la organización de manera pública.
“HIJOS nos permitió rearmar las piezas de nuestro rompecabezas, llenar vacíos, vencer a la desmemoria, superar tristezas, enfrentar la impunidad, putear y ser creativos; y sobre todo, aprender que esto se juega colectivamente. Luchar fue también una forma de rescatar a nuestros viejos del cementerio del olvido. Hoy, junto a ellos, estamos transitando un presente de esperanzas, conquistas y felicidades. Y un pedazo importante de esta victoria se la debemos a HIJOS”, expresó Agustín Di Toffino en su muro de Facebook, al conmemorar sus dos décadas de historia.
Conscientes de haber consolidado un avance significativo en materia de Derechos Humanos, en el marco de su veinte aniversario, HIJOS celebró -desde el 2 al 5 de abril de este año- un nuevo Congreso Nacional en Embalse de Río Tercero. Participaron más de 200 personas y acordaron avanzar sobre la "democratización del poder judicial” y trabajar “en contra la violencia institucional”. Fueron tres jornadas de debates con un trabajo intenso en comisiones, donde abordaron temas como la complicidad civil en el terrorismo de Estado; el funcionamiento de la Justicia Federal, la represión y la violencia institucional que existe en distintas provincias del país, profundizando sobre los casos de Córdoba y Santa Fe. En ese contexto, también se abordaron las nuevas formas de violencia social, incluyendo el femicidio.
Con proyección en la actualidad y a modo de balance, HIJOS acordó una serie de definiciones políticas, plasmadas en una Carta Abierta que circuló por diferentes medios y redes sociales.
Al preguntarle sobre el futuro, en un tono esperanzador, Emilio Pihen agrega: “Nuestro sueño como utopía final es una patria donde sea una realidad la plena vigencia de todos los derechos humanos, aquellos por los que se está luchando y aquellos por los que se luchará”.
20 AÑOS EN LUCHA
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Texto: Irina Morán
Fotografías: Victoria Degenaro y Facebook Agustín Di Toffino