Alrededor de 100 mil personas en Córdoba y un millón y medio a nivel nacional se movilizaron para rechazar el ajuste presupuestario y exigir al gobierno de Milei que envíe los recursos económicos que las universidades necesitan para su funcionamiento y pago de salarios a sus trabajadorxs.
Desde las 10 de la mañana estudiantes, docentes, no docentes y egresadxs se fueron reuniendo en sus respectivas facultades para protagonizar la marcha en contra del brutal ajuste presupuestario aplicado por el gobierno de Javier Milei, que decidió que las universidades públicas nacionales funcionen en 2024 con el mismo presupuesto reconducido de 2023 –aprobado en septiembre de 2022 por el Congreso-, cuando en dicho período la inflación acumulada es del 300%.
Las dudas que el horario de la convocatoria -11hs- había generado en la comunidad universitaria cordobesa, rápidamente se fueron disipando cuando los grupos empezaron a nutrirse de personas que estudian o trabajan en la UNC, pero también de jubiladxs, egresadxs, familiares o quienes alguna vez pasaron por la universidad sin poder graduarse y valoran la importancia que la educación superior tuvo en sus vidas y tiene para un pueblo con aspiraciones de igualdad social, cultura y desarrollo.
Por eso, a las 11 el Monumento a la Reforma Universitaria era una marea dispuesta a defender con el cuerpo la educación pública, y las primeras fotos mostraron que la marcha sorprendería a propios y extraños, sobre todo al gobierno nacional.
Cánticos, banderas y una diversidad impresionante de carteles alusivos –uno más creativo que otro- le pusieron color, potencia y contenido a una manifestación multitudinaria e histórica, que emociona -y se dimensiona- cuando la mirada se detiene en las imágenes que captaron el momento en que los organizadores leían el documento frente a Patio Olmos: cerca de 100 mil personas conectaban el Pabellón Argentina con el Patio Olmos en una cadena humana que cristaliza una foto que quedará en la memoria de millones, como las que en distintas ciudades argentinas salieron a ejercer su ciudadanía y defender las universidades públicas, un patrimonio nacional conquistado en décadas de luchas políticas y sociales, ejemplo en el mundo por su gratuidad, masividad y calidad académica.
No sólo marchamos
Culminada la movilización alrededor de las 14.30, la jornada continuó con semaforeadas en la zona de Patio Olmos, para luego trasladarse a la plazoleta Vélez Sarsfield, el epicentro de las actividades que contó con una clase pública en defensa de las universidades, una radio abierta de la que participaron todos los claustros, el panel “Educación y Ciencia para el Futuro”, con representantes de universidades nacionales, ATE-Conicet y centros de estudiantes, y el festival solidario en defensa de la universidad en el Museo de Antropologías, que cerró una jornada inolvidable.