El día 27 de junio, un grupo de estudiantes y docentes de la Escuela de Letras colgó una serie de cuadros de escritoras, escritores y disidentes en el Aula Verdugo del Pabellón Francia. La actividad se enmarcó en el contexto del Día Internacional del Orgullo LGBTTIQ+.
La propuesta fue coorganizada por el Seminario de Estudios de Género a cargo de la profesora Magdalena Uzín y del profesor Facundo Boccardi, por el Seminario “Las chicas del 2000”, a cargo de la profesora Cecilia Pacella y por la Dirección de la Escuela, actualmente a cargo de las profesoras Candelaria de Olmos y María Soledad Boero.
La misma tuvo por objeto reemplazar algunos de los cuadros que desde hace años adornaban las paredes de ese espacio y que eran de escritores que alguna vez obtuvieron el Premio Cervantes.
Como es sabido, el Premio Cervantes es un premio de literatura en lengua española concedido anualmente por el Ministerio de Cultura y Deporte de España. También es sabido que, desde su creación en 1976, sólo seis mujeres lo han obtenido: María Zambrano (1988), Dulce María Loynaz (1992), Ana María Matute (2010), Elena Poniatowska (2013), Ida Vitale (2018) y, últimamente, Cristina Peri Rossi (2021).
Entre los muchos cuadros de escritores premiados con el Cervantes que hasta ayer colgaban en el Aula Verdugo, solo el María Dulce Loynaz hacía honor a una mujer.
Sin reemplazar todos los retratos (allí quedaron el de Borges, el de Octavio Paz, el de Bioy Casares, el de la propia María Dulce Loynaz, entre otros), ayer se agregaron veinte, mayoritariamente de escritorxs mujeres y disidentes, no necesariamente galardonados con el Cervantes.
Elles son: Sara Gallardo, Alfonsina Storni, Manuel Puig, Elena Garro, Néstor Perlongher, Oscar Hermes Villordo, Gabriela Mistral, Clarice Lispector, Delmira Agustini –que, hoy diríamos, fue víctima de femicidio–, Marosa di Giorgio, Diana Bellessi, Susy Shock, Pedro Lemebel, Silvina y Victoria Ocampo, Norah Lange, Alejandra Pizarnik , Reinaldo Arenas y las cervantinas (ellas sí), Elena Poniatowska y Cristina Peri Rossi.
Para los nuevos cuadros, se decidió intervenir algunas fotografías de les escritorxs mencionades con la técnica del collage digital evitando la solemnidad del retrato en blanco y negro que tenían las fotografías anteriores.
Respecto de estas últimas, Magdalena Uzín señaló que: “esos rostros constituyeron un canon en un momento determinado y, a lo mejor, en un futuro, estos que hoy agregamos también deban ser reemplazados o haya que añadir otros nuevos”.
La actividad se desarrolló en el marco del último encuentro del Seminario de Género y convocó a un grupo de estudiantes y profesores que, tijeras, plasticola, papeles, clavos y martillo en mano, armaron y colgaron los nuevos cuadros. Una vez completada esa tarea, se leyeron poemas y textos narrativos elegidos al azar y pertenecientes a les escritorxs que ahora han quedado en el Aula Verdugo.
De la jornada también participaron como invitadas Natalia Armas (estudiante de Letras) y Mariana Lardone (egresada de la licenciatura), ambas impulsoras del Diccionario Descritoras que se sumaron a las lecturas y contaron la experiencia de gestionar un proyecto que procura ir a contrapelo de los recortes reduccionistas del canon, durante mucho tiempo regido por una concepción de la literatura esencialmente masculina y heteronormada.
La directora de la Escuela, Candelaria de Olmos, puntualizó que esta iniciativa, además de enmarcarse en el contexto del Día del Orgullo, “forma parte de las muchas que se vienen realizando desde la Escuela –siempre de manera colectiva–, para efectivamente volver a habitar y significar los espacios físicos tras el regreso a la presencialidad que ha sido el gran desafío que todes hemos afrontado este primer cuatrimestre de 2022 que ahora va terminando”.