A través de una declaración aprobada en su sesión del 10 de septiembre, el Consejo Directivo de la FFyH hizo suyas las palabras de un grupo de docentes – investigadores de la Facultad de Filosofía y Humanidades, que realizaron distintas experiencias de formación en el Museu Nacional de Río de Janeiro. “Han sido días de profunda tristeza. No sólo para ellxs, la pena ha sido ampliamente compartida”.
El Museu, que celebró en junio sus 200 años de vida, sufrió el domingo 2 de septiembre la destrucción de casi la totalidad de su acervo producto de un voraz incendio que se extendió durante horas. “Esta mal llamada ‘tragedia’ sobrevino como consecuencia de los recortes en el presupuesto destinado a la educación pública en Brasil, y particularmente a dicha institución, que depende de la Universidad Federal de Río de Janeiro”, dice la declaración.
“Si bien la falta de inversión se aceleró durante los últimos años, ciertamente provenía desde mucho antes. Contra el deterioro de ese importante patrimonio cultural y la indiferencia de los gobernantes de turno pelearon todos los empleados y funcionarios del Museu, quienes se esforzaron, durante décadas, en la presentación de proyectos para obtener subsidios de agencias públicas y privadas, sin éxito”, señala la carta firmada por los investigadores de la FFyH y refrendada por el Consejo Directivo.
También se destaca que “los devenires de la Antropología Social en la UNC están indisolublemente unidos al Programa de Posgrado en Antropología Social (PPGAS-MN), creado en 1968 y que forma parte del Museu desde su gestación”. “En sus aulas, ubicadas en lo que fueran las antiguas caballerizas del Palacio Imperial, se formaron distintas generaciones de antropólogos y antropólogas egresados de nuestra universidad. Durante la década de 1970, Beatriz Alasia fue la primera alumna “cordobesa” del programa. Por esos mismos años, antes de continuar su exilio en Francia, pasó por la institución carioca Facundo Ortega, quien en 1992 creó la Maestría en Investigaciones Educativas con orientación socio-antropológica en el Centro de Estudios Avanzados”.
“Los diálogos entre la UNC y el PPGAS se renovaron luego del silencio de los años ochenta. Destacados profesores, como Beatriz Alasia, radicada en Rio de Janeiro, Moacir Palmeira y Antônio Carlos de Souza Lima dictaron cursos en la Maestría del CEA que dirigía Ortega. El PPGAS se convertía en un faro para quienes buscaban formarse en Antropología, y las fotocopias de los libros de la biblioteca Francisca Keller eran tesoros preciados, en una era pre-digital. Siguiendo esas pistas, se convirtieron en alumnxs del PPGAS, Gustavo Blázquez, María Gabriela Lugones, Andrea Lacombe, todxs en la actualidad profesores de nuestra Universidad”, continúa la declaración.
Las redes se extendían y los intercambios se hicieron más fluidos. “Egresadxs del PPGAS como Gustavo Sorá se incorporaron a la planta docente de la Licenciatura en Antropología, carrera que surge en 2010. Otrxs, como Julieta Quirós, Fernando Balbi y Octavio Bonet, dictan cursos en la Maestría y el Doctorado en Antropología de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Una pléyade de doctorandxs en Antropología realizaron cursos y tomaron clases en el Museu, en el marco de convenios UNC – UFRJ. Profesores de la institución carioca, João Pacheco de Oliveira, Marcio Goldman y Adriana Vianna visitan nuestras aulas, mientras que egresados locales, como María Cecilia Díaz y Nahuel Blázquez, continuaron su formación de posgrado en el PPGAS que, cada vez más, polinizaba las investigaciones que se hacían en Córdoba”.
Finalmente, lxs docentes e investigadores enfatizaron que “a partir del reconocimiento de esa herencia y de nuestra profunda gratitud hacia el PPGAS-MN (o ‘el Museu’, como le decimos los argentinos), reafirmamos nuestro compromiso con la producción de conocimiento en el marco de universidades públicas de América Latina. Junto a nuestrxs maestrxs y colegas brasileños, alertamos hoy, más que nunca, acerca de la necesidad de la inversión estatal en educación, ciencia y tecnología. Estamos na luta, con el Museu y la Universidad Federal de Río de Janeiro, implicados activamente en la preservación de su legado y en la colaboración para su reconstrucción”.