Ricardo Piglia recibió el Premio Universitario de Cultura “400 años” y brindó la conferencia “La novela hoy. Diálogo sobre Blanco nocturno” en el marco de la Jornada de equipos de investigación historiográfica de Literatura Argentina, organizada por la Escuela de Letras. El escritor fue distinguido por sus aportes en el ámbito de la cultura argentina y universal.
Ricardo Piglia estuvo en Córdoba. Después de varios años, el autor de Respiración artificial y Blanco nocturno visitó la UNC el pasado 28 de octubre, en el marco de la Jornada de equipos de investigación historiográfica de Literatura Argentina, organizada por la Escuela de Letras de la FFyH. En esta oportunidad, la rectora Carolina Scotto lo distinguió con el Premio Universitario de Cultura “400 años”, que el Consejo Superior le otorgó por sus innumerables aportes en el ámbito de la producción y la crítica literaria y cultural, que le valieron el reconocimiento a nivel internacional como uno de los principales y más influyentes escritores de lengua española.
En la resolución, los consiliarios resaltan el valor de su obra cumbre Respiración artificial, tanto en la actualidad como en el momento de su publicación. “Es su novela más reconocida por la crítica y la que lo impulsó al lugar canónico de la literatura argentina. Mucho de esto tuvo que ver con la lectura especial que provoca esta novela acerca de la última dictadura militar de 1976-1983 y cabe destacarse que fue publicada simultáneamente al mayor momento de violencia represiva del régimen militar”, precisa el texto.
El Consejo Superior también resaltó que Ricardo Piglia ha recibido galardones a lo largo de su carrera. En este sentido, fue destinatario del Premio Planeta por la novela Plata quemada, mención de la Casa de las Américas, Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, Premio de la Crítica en España, Premio Rómulo Gallegos, y en el ámbito del habla anglosajona, el Premio Hammet de narrativa policial.
“Me siento muy orgulloso, porque todos siempre hemos tenido a la Universidad Nacional de Córdoba en un lugar especial por muchísimos motivos, no sólo por su larguísima tradición sino también porque siempre la hemos asociado con la Reforma Universitaria. Muchas de las cuestiones que se discutieron en ese momento hoy se están discutiendo en otros países. En mi caso, y para muchos escritores de mi generación como Saer o Puig, somos todos hijos de la escuela pública y gratuita. No tengo otra cosa que palabras de agradecimiento”, señaló Piglia ante un numeroso público que se dio cita en el aula 17 de las Baterías B para escucharlo atentamente.
Luego de la presentación de Jorge Bracamonte, profesor de la Escuela de Letras y uno de los responsables de su visita, Piglia comenzó con la disertación sobre “La novela hoy. Diálogo sobre Blanco nocturno”.
“La novela nos permite pensar algunos elementos de la cultura contemporánea”, afirmó el reciente ganador del Premio Rómulo Gallegos y del Premio Hammett a la mejor novela policial por Blanco nocturno y advirtió que “es un género muy difícil de definir”. “La novela es el género que nos pone en una tensión verdad-falsedad. Nosotros en el mundo social vivimos esa relación como si estuviera resuelta y no nos paramos a reflexionar sobre los criterios a partir de los cuales podemos considerar algo como ilusorio o imaginario”.
Si bien reconoció que en estos momentos se tiende a pensar que la novela está en “una situación incomoda”, hay que imaginarla “como una forma histórica de una tradición de la narración”. “La relación entre novela y narración sería el punto de partida para reflexionar sobre la novela hoy”, dijo.
A lo largo de 40 minutos, Piglia hizo un recorrido por la historia de este género y destacó algunas obras fundamentales para entender el género. Así, recalcó que Miguel de Cervantes, en El Quijote, fue el primero en poner a un lector en el papel de héroe.
Posteriormente, señaló que “el sistema de circulación de la narración es el contexto mayor de la literatura y de la novela”. “Los novelistas trabajamos con esos relatos sociales y con una realidad que ya viene filtrada por la narración social. Trabajamos sobre la base de esas narraciones, muchas veces anónimas”, subrayó y manifestó que “la novela también es un archivo de las narraciones que circulan anónimamente y que constituyen, en cierto sentido, una de las memorias de la sociedad”.
Para finalizar, se produjo un interesante diálogo con el auditorio sobre su obra, su manera de escribir y también sobre el presente político. “Me interesa la resignificación que se hizo de Avanti morocha de Los caballeros de la Quema”, se limitó a decir frente las sonrisas cómplices de los asistentes.