La FFyH, a través del Programa de Género, Sexualidades y ESI, expresa su profundo pesar y repudio ante los recientes femicidios de Morena, Brenda y Lara en Florencio Varela, Buenos Aires, así como un enérgico rechazo al tratamiento mediático sensacionalista que revictimiza a las víctimas y a sus familias.
El entramado de violencias que atraviesa el campo social se ensaña en los cuerpos de las mujeres y disidencias, especialmente las más vulnerables en términos sociales y económicos, con particular crueldad y ferocidad. Femicidios, lesbicidios, transfemicidios y crímenes de odio buscan disciplinar a todas, todos, todes. El Estado no sólo se retira de las políticas de protección de derechos, sino que habilita en su discurso la naturalización del odio, la exclusión y la destrucción de les otres.
Una vez más, como suele suceder ante estos hechos, la mirada de los medios se centra en las víctimas, juzgando sus acciones y sus decisiones desde una postura moralizante. No hay víctimas buenas o malas, hay víctimas de la violencia patriarcal naturalizada que ya no pueden reclamar más que respeto y justicia. Queremos saber quiénes son los asesinos femicidas, pero también hubiéramos preferido saber si nuestras compañeras alguna vez fueron felices. Eso es lo que importa hoy, y mañana, porque les arrancaron sus vidas de 20 y 15 años, vidas cuyos derechos y cuya vulnerabilidad deberían haber sido protegidos.
Pero sabemos que no es un hecho aislado. No necesitamos mirar muy lejos. De acuerdo a la información disponible, en nuestro país se registra un femicidio cada 30 horas, 164 en lo que va del año. En la provincia de Córdoba, este año, en el mes de marzo los medios cubrieron tres femicidios en una semana en Sierras Chicas; en julio, el caso de Brenda Torres. Seguir enumerando se hace difícil, porque algunas de las víctimas pasan a ser nombradas solo por las violencias o el olvido ejercidos sobre ellas. Muchos casos más pasan casi desapercibidos, no llegan a ocupar la atención mediática. No por eso son menos importantes, menos crueles, menos dolorosos. Debemos llevarlas a todas en nuestros reclamos, en la calle, en la memoria, en el pedido de justicia pero también en el trabajo de crítica y recomposición de un tejido social roto.
Como comunidad, asumimos el compromiso de denunciar y luchar contra toda forma de violencia que se ejerza contra la integridad de mujeres, disidencias y otras identidades excluidas y vulneradas.
En este marco, la FFyH invita a participar de la marcha convocada por la asamblea Ni una menos Córdoba el sábado 27 de septiembre, a las 17 hs., desde Colón y Cañada.
Fotografía: La Mañana de Córdoba
