“El trabajo público es un trabajo para todos”

La Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC entregó 122 diplomas de Grado y 25 de Posgrado en el primer acto de colación de 2016, que se realizó el viernes 10 de junio en  la Sala de las Américas del Pabellón Argentina. Además,  se homenajeó a María del Carmen Cenizo, directora del Área de Enseñanza de la FFyH, que se jubiló este año.

Los actos de colación son siempre emotivos: para los estudiantes que terminan una carrera de Grado, para sus padres y familiares, que esperan con orgullo sacarse la foto con su hijo/a y el título. Para los egresados de Posgrado, porque profundizan su formación dentro de un saber especializado. Pero también es un motivo de festejo para las instituciones y sus trabajadores. En este caso, el 10 de junio fue el último acto de colación de María del Carmen Cenizo (Mary, como la conocemos en la FFyH) como directora del Área de Enseñanza, que abarca también a Despacho de Alumnos y la Oficialía, espacios que llevan adelante la organización del evento.

En ese sentido, el decano, Diego Tatián, en su discurso hizo una revalorización del empleo público y se lo dedicó a la flamante jubilada no docente, quien subió a agradecer el reconocimiento y recibió un ramo de flores.

“Quienes hoy reciben su diploma universitario después de un tiempo de estudios, que ojalá haya sido pleno en sí mismo, obtienen con ello una habilitación para realizar trabajos –y por tanto para realizarse a sí mismos a través de esos trabajos. Y muy probablemente, por la naturaleza del conocimiento impartido en la Facultad de Filosofía, muchos de esos trabajos serán públicos (es decir, serán retribuidos con la riqueza socialmente producida): como docentes en la enseñanza media o en la Universidad, como investigadores que para realizar su tarea reciben financiamiento de organismos nacionales de Ciencia y Técnica. Dada esta circunstancia, que concierne a la naturaleza del saber en el que hemos sido formados, quisiera hacer ahora un breve elogio del empleo público -es decir, el empleo con el que el Estado devuelve a la sociedad lo que recibe de ella en un conjunto de actividades y desempeños necesarios (en este caso relativos a la educación pública), en vez de transferir esa riqueza socialmente producida a la ganancia privada”, señaló Tatián.

Luego afirmó que “el trabajo público es un trabajo para todos. Por ejemplo el trabajo universitario, está formado por empleos públicos de enseñanza que desempeñan los docentes pero también por electricistas, herreros, bibliotecarios, archiveros, trabajadores que limpian los espacios en los que la enseñanza se produce, que cuidan los edificios, que atienden museos, que administran la información de los estudiantes y de los profesores, etc.  Decenas de trabajadores cuyo trabajo no siempre es del todo visible forman parte, de una u otra manera, de esa compleja dimensión de la vida social que es la producción y la transmisión del conocimiento”. “Trabajo público, que no podría sin un enorme deterioro ser sometido a un tratamiento puramente eficientista y economicista como es el caso de una empresa privada, porque una sociedad no es una empresa ni puede ser administrada según los mismos criterios por los que ella se regula, pues sus objetivos, la organización de sus vínculos y la naturaleza de las miles de pequeñas actividades que la forman no son equiparables”, continuó.

Para finalizar, destacó que “las instituciones son lugares de aprendizaje, sobre todo cuando se transita por ellas durante muchos años”. “Quisiera concluir con un reconocimiento personal, pero que estoy seguro expresa a muchos otros compañeros. Reconocer el aprendizaje con el que me he beneficiado desde estudiante, de una persona que tal vez nunca se propuso enseñar nada y que sin embargo, acaso sin proponérselo, nos enseñó muchas cosas: a querer un lugar, a disfrutar del trabajo -sin dejar de pelear por todos los derechos que faltan- porque en el trabajo se va gran parte de la vida; a transmitir a otros –compañeros de tareas, estudiantes o docentes- una sabiduría y una alegría de estar donde se está y con quienes se está. Esa sabiduría enseña que es menos importante hacer lo que uno quiere que querer lo que uno hace –enseña a ser capaces de hacer algo con lo que quizá no hemos elegido. Gracias María Cenizo, por el trabajo de tantos años y por toda la generosidad que la Facultad va a seguir atesorando aunque estés haciendo otras cosas, en otra parte”. (Descargar discurso completo)

Por otro lado, la encargada de brindar el discurso por los egresados fue Camila Tagle, de la Escuela de Historia. “Somos egresados de la Universidad Pública; egresados de Filosofía y Humanidades; protagonistas de un mundo que insiste en querer convencernos del fin de la Historia: una suerte de “triple condición” que compartimos todos y sobre la cual debiéramos reflexionar más seguido; ¿Cuáles son los límites, pero también las potencialidades de esa condición?; ¿de qué manera Universidad, Humanidades y Mundo se relacionan? Para empezar, creo que de una manera poco transparente, es decir, que no podemos dar por sentada. Por eso las preguntas no pierden su vigencia, porque el presente nos reclama siempre nuevos interrogantes, e imaginación para inventar nuevas respuestas”, comenzó.

Tagle subrayó que “la universidad pública es también un territorio de saberes que tiene que ser defendido en su calidad científico-crítica y en su apertura democrática. Si acaso algo nos diferencia de las universidades privadas es que la pregunta por el afuera debiera ser constitutiva de nuestra propia condición. Y esta pregunta lo cambia todo. Mejor dicho, tiene la potencia para cambiarlo todo, siempre y cuando esté formulada en un tono crítico, cuestionador de lo existente. Y me sigo refiriendo a la distancia que nos separa de las instituciones privadas. No haríamos mal en reconocer que la capacidad de preguntarse a sí misma e interrogar a la sociedad no es una cualidad inherente a la intelectualidad, tal como hoy la conocemos. La incógnita gira, entonces, sobre qué hacemos con nuestras herramientas intelectuales en la sociedad en que vivimos”. (Descargar discurso completo

Antes de la jura y entrega de los títulos, fue el turno de la orquesta popular El Chingolo, dirigida por Guillermo Zurita, con niños/as y jóvenes de Barrio El Chingolo, que tocó tres tangos. “Si se apuesta a la cultura, los sistemas represivos van a ser más débiles y nosotros más fuertes”, dijo Zurita.

Además, entre el público estaba presente Sonia Torres – presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Córdoba-, quien subió a entregar un título. Otro de los momentos más emotivos y aplaudidos dentro de la ceremonia.

En esta ocasión, se entregaron 122 títulos de Grado y 25 de Posgrado.

  • Lic. en Antropología: 5
  • Lic. en Archivología: 3
  • Técnico/a Profesional Archivero/a. 9
  • Bibliotecólogos: 7
  • Lic. en Bibliotecología y Documentación: 4
  • Lic. en Ciencias de la Educación: 10
  • Prof. en Ciencias de la Educación: 7
  • Lic. en Filosofía: 5
  • Prof. en Filosofía: 6
  • Lic. en Geografía: 5
  • Lic. en Historia: 5
  • Prof. en Historia: 23
  • Prof. en Letras Clásicas: 1
  • Lic. en Letras Clásicas: 1
  • Lic. en Letras Modernas: 15
  • Prof. en Letras Modernas: 1
  • Correctores Literarios: 15

Posgrado:

  • Doctorado en Ciencias Antropológicas: 3
  • Doctorado en Ciencias de la Educación: 2
  • Doctorado en Filosofía: 2
  • Doctorado en Historia: 5
  • Doctorado en Letras: 1
  • Maestría en Antropología: 3
  • Maestría en Patrimonio Cultural, Material, Administración, Conservación y Legislación: 1
  • Especialización en Adolescencia con mención en Educación: 1
  • Especialización en Antropología Social: 1
  • Especialización en Pedagogía de la Formación: 3
  • Especialización en Enseñanza de la Lengua y la Literatura: 3

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *