Marea verde

El 13 de junio, los diputados del Congreso de la Nación tendrán la posibilidad de darle la media sanción al proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. En las calles, una marea feminista de pañuelos verdes recorre el país y reclama el derecho a decidir, en un marco de salud pública. Rompe el silencio y se escucha: “ahora que estamos juntas y ahora que sí nos ven… Abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer”.

Una imagen llega a mi celular. Hoy, en plena marcha de docentes universitarios diciendo no al ajuste y al FMI (una vez más), a las políticas del gobierno actual, encuentro en mi teléfono una imagen. Una imagen que me llena de gozo: los pañuelos verdes, esa marea verde de la que tod*s hablamos, que no deja de asombrarnos y que nos contagia de energías, de alegría, esa marea verde se alza sobre el Congreso de la Nación Argentina. No es una imagen sobrecogedora a la manera de las películas catástrofes hollywoodenses, no da temor. Es la marea que se convierte en ola, una ola que abraza, que envuelve, que supera las sorderas, las paredes que dividen y aíslan a ese Parlamento. Porque es una marea que trae vida. Trae cánticos, trae baile, trae alegría, trae poder; nos arrima, nos encuentra. Nos da palabra y también espacio para que irrumpan las palabras, de forma tal que rompan el silencio impuesto desde los sepulcros patriarcales.

Otras sensaciones recorrieron mi cuerpo hoy. La memoria se hizo activa, las voces y las imágenes llegaron, ¡tantas! en forma desordenada. Recordé a algunas compañeras, aquellas que me permitieron encontrar palabra ya construida por otras feministas para pensar el derecho al aborto, para escuchar en la clandestinidad de los acompañamientos a mujeres que abortaban o no habían podido decidir el aborto y proseguían un embarazo con muchas dudas y bastante infelicidad. Fue después que apareció lo de “seguro, libre y gratuito”. Pero en ese momento, era así, “aborto”. Sin adjetivos, sin otra característica agregada. Derecho al aborto, así de contundente. La Comisión por el Derecho al Aborto, poquitas aún pero ¡con qué potencia! Las recuerdo en el Encuentro Nacional de Mujeres de Neuquén en 1992. Zulema Palma y Safina Newbery, una médica y otra antropóloga y teóloga, que iban adonde las llamaran para conversar, para argumentar, para explicar, conversando con médicas del Hospital Rawson en Córdoba en ese misma época. Lili Vázquez, de Católicas por el Derecho a Decidir, yendo a comprar metros y metros de tela verde para los pañuelos que se estrenarían en el Encuentro Nacional de Mujeres de Rosario en 2003. ¡Y tantas compañeras más!! La Campaña Nacional por el Derecho Seguro, Libre y Gratuito cobró forma en el año 2005. Otro tipo de trabajo: firmas y firmas en los espacios públicos; la presencia de varias personas y familias que pasaban y se detenían a firmar. Pedir adhesiones, construir el proyecto de ley, darse estrategias, presentar el proyecto de ley durante siete veces consecutivas. Y a lo largo de estos años, en cada encuentro, más y más mujeres pidiendo con ansiedad el pañuelo verde, para que las acompañara, para que las hiciera sentir parte de esa marea que ya encontrábamos en los encuentros nacionales de mujeres y que se fue multiplicando día a día en los ámbitos barriales, universitarios, partidarios, gremiales. Hoy son miles y miles de jóvenes. La marea feminista, la marea verde tiene una marca generacional innegable: sus cuerpos son bandera, sus voces se alzan decididas.

El miércoles 13 de junio será una jornada histórica. Estaremos en vigilia, atent*s a que no nos ignoren más como sujetos de derechos como ciudadan*s, ni menoscaben nuestra capacidad de decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas, atent*s a las responsabilidades que asumirán l*s diputad*s frente a distintas generaciones de mujeres y personas con capacidad gestante cuando emitan sus votos. Ahí estaremos juntas, con nuestros pañuelos, acuerpándonos, haciendo masa, porque de ahí viene esta alegría, de ser con otras, porque, como nos vuelven a recordar y enseñar las jóvenes feministas en sus cantos, “ahora que estamos juntas y ahora que sí nos ven… Abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer”.

Texto: Dra. Maite Rodigou Nocetti
Investigadora del Área “Feminismos, Géneros y Sexualidades” (FemGeS)
del Centro de Investigaciones de la FFyH

Fotos: Colectivo Manifiesto / La tinta
Prensa Obrera