Volver a situar la enseñanza como acto político

El 24 de octubre se llevó cabo el ateneo “Derecho a la escuela”, a cargo de Patricia Redondo, docente e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata y especialista en temas de infancia, educación y pobreza. En ese marco, también se presentó su último libro “La escuela con los pies en el aire: Hacer escuela, entre la desigualdad y la emancipación”.

La Escuela de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades desde el año 2015, bajo la dirección de Silvia Servetto, desarrolló un ciclo de Intercambios Pedagógicos, que en 2019 tomaron la forma de “Ateneos”, una serie de encuentros sobre problemáticas educativas actuales. En este caso, el 24 de octubre, Patricia Redondo, Doctora en Ciencias de la Educación y profesora adjunta de la cátedra “Fundamentos de la Educación” en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, participó en el ateneo “Derecho a la escuela”.

Esta actividad fue propuesta y coordinada por un grupo de consejerxs docentes de Ciencias de la Educación: Adela Coria, Jorge Lorenzo, Silvia Servetto y Jessica Arévalo. “Abordar hoy el tema de la escuela como derecho honra las luchas docentes día a día defendiendo las aulas y los chicos y las chicas y honra la memoria de Juan Pablo Abratte, quien también defendía con palabras y actos la escuela pública”, dice la fundamentación del evento. “Es también un pequeño homenaje a nuestro querido decano Juan Pablo Abratte, que estaba entusiasmadísimo con la visita de Patricia Redondo”, apuntó Adela Coria, coordinadora de la actividad.

La iniciativa fue aprobada por el Consejo Asesor de Escuela y su directora Liliana Abrate y vicedirectora Nora Lanfri, quienes junto a docentes, estudiantes y egresadxs se movilizaron especialmente con esta propuesta, la hicieron propia y participaron activamente en sus distintas instancias.

La Directora de la Escuela de Ciencias de la Educación destacó el valor de los ateneos como espacios de diálogos, espacios formativos diferentes, interactuando de una manera especial con especialistas que están estudiando problemáticas educativas actuales.

Por su parte, Vanesa López, secretaria Académica de la FFyH, manifestó que “como Facultad celebramos esta posibilidad de encuentro, que es fruto del trabajo colectivo de diferentes actores de la comunidad de la Facultad. Hubo una decisión política de la gestión por apostar a espacios de reflexión colectivos acerca, en este caso, del derecho a la educación  y el sentido de la escuela, sobre todo en este contexto de políticas orientadas por lógicas neoliberales, donde el derecho a la educación como derecho universal es puesto en cuestión”.

Posteriormente, Patricia Redondo también recordó a Abratte: “A Juan Pablo lo vi por última vez en mi Facultad, en un jurado de tesis doctoral que compartía con Sandra Carli. Lo escuché con esa extraordinaria generosidad, donde devolvía sus puntos de vista sobre la tesis con una mirada aguda, lúcida. Por supuesto, nadie es imprescindible pero a veces perdemos a quienes son muy necesarios. Creo que Juan Pablo no es sólo necesario aquí en Córdoba, es necesario en estos tiempos urgentes, en nuestro país y también en América Latina”.

Enseñar es un acto de resistencia

Además de ser docente en la Universidad Nacional de La Plata, Patricia Redondo es co-directora Académica del Diploma Superior “Infancia, Educación y Pedagogía” y del Curso de Posgrado “Educación Inicial y Primera Infancia” de FLACSO, Sede Argentina.

También es investigadora en el proyecto “Educación y Género: un abordaje de las políticas educativas de la provincia de Buenos Aires en perspectiva de género” del Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS) de UNLP/CONICET y fue asesora pedagógica del canal Paka Paka entre 2009 y2015.

Especialista en temas de infancia, educación y pobreza, sus publicaciones abordan estas temáticas, como su último libro “La escuela con los pies en el aire: Hacer escuela, entre la desigualdad y la emancipación”, que presentó después del ateneo junto a Marcela Sosa.

“Este ateneo es justo y oportuno, necesario e importante por los tiempos que atraviesa nuestro país y la región. Son tiempos urgentes en América latina y pensar en el derecho a la educación es pensar en un tema de una profunda densidad, complejidad que requiere una contracara que es saber cuáles serán las políticas para poder garantizarlo. En estos tiempos aciagos, en los cuales los maestros y las maestras son golpeados por patotas, enseñar en sí mismo es un acto de resistencia”, comenzó Redondo  en su disertación.

Después habló sobre la situación de lxs docentes y la influencia de las fundaciones y métodos desde las neurociencias. “Hay un derecho a enseñar que intentan borrar con un énfasis en el aprender como una modalidad instrumental y hay que pensar el derecho a la educación no como algo declamativo, deben ponerlo en cuestión incluso desde el progresismo aquellos que lo declaman como una retórica igualitaria y poner el mantel sobre la mesa en términos colectivos con los sindicatos, los movimientos sociales y las universidades. Establecer cuál es la relación entre la educación y la democracia, porque será y es la disputa central, porque hoy la disputa de América Latina es revertir la desigualdad, la disputa es por la igualdad y por una democracia que efectivamente sea democrática”.

En ese sentido, aclaró que “no podemos hablar de democracias que dejen excluida a la mitad de la población, no podemos hablar de democracias cuando se concentra la riqueza, cuando la soja está hasta la ventana de las escuelas rurales y los niños pasan hambre”. “Tenemos que pensar en clave regional el derecho a la educación. No alcanza en términos nacionales. Tenemos que discutir con otras organizaciones en clave latinoamericana”.

Emergencias de la escuela pública

En 2017, durante la presentación de los resultados de la prueba “Aprender”, para evaluar el nivel educativo a nivel nacional, en su discurso y en medio del conflicto docente que había en la provincia de Buenos Aires, el presidente Mauricio Macri dijo que había una “terrible inequidad entre aquel que puede ir a una escuela privada versus aquel que tiene que caer en la escuela pública».

Redondo propuso “estar atentos a qué es lo que se ha inoculado en nuestro sentido común y atender que se ha dejado de alguna manera deslizar que la escuela pública es una escuela para los más pobres” y que “la escuela pública en relación a la escuela privada es aquella adonde van los que no pueden pagar la escuela privada, pero que si pudiesen hacerlo intentarían ir a los circuitos privados de escolarización”.

Además, señaló que en un contexto de crisis y retracción de la actividad económica hay que “pensar si en las escuelas se atenderá solo la emergencia alimentaria o pondremos a discusión las emergencias políticas, geográficas, matemáticas, poéticas”. “¿Cuáles son las emergencias que atraviesa hoy la escuela pública?”, se preguntó y a continuación aclaró: “El derecho de enseñar y aprender se vincula con el reparto, con la distribución y el reconocimiento, con la distribución de saberes que nos permitan no sólo atender las urgencias en términos alimentarios si no comprender, aprender y enseñar en las aulas porqué en un país con capacidad alimentaria para 400 millones de personas, el 48 por ciento vive bajo la línea de pobreza”.

Disputar los sentidos de la enseñanza en las aulas

Finalmente, Patricia Redondo se refirió a las prácticas en las aulas y destacó que se debe “discutir la relación entre la infancia y la igualdad en términos emancipatorios”. “Necesitamos disputar los sentidos de la enseñanza en las aulas, como lo hemos venido haciendo pero sistematizar más las propuestas de enseñanza, de esa enseñanza como acto político, como bien común, como destino de un país con derechos sociales, culturales y económicos arrasados para amplias mayorías”.

Y subrayó que es necesario transformar el orden instituido: “El derecho a la educación también requiere pasar en limpio nuestras obediencias en las escuelas. Poder argumentarle a un director que no es así como enseñamos en nuestras aulas y que un maestro tiene derecho a enseñar en términos de lo común y lo público, en términos de la democracia, en términos de los derechos a la educación de los niños pero también del derecho a enseñar, no como obligan a enseñar sino como aprendió, se formó y pone en común con sus colegas y sus compañeros, pero no responder a las lógicas autoritarias que perduran todavía en el sistema educativo”.

Para eso, destacó, es necesario “legitimar las prácticas democráticas en el sistema educativo” y “reclamar las normas que acompañen la democratización del sistema educativo argentino”. “Creo también que para pensar el derecho a la educación es necesario volver a visitar y discutir la relación entre la infancia y la igualdad en términos emancipatorios. Es necesario volver a situar la enseñanza como acto político, exigir las políticas requeridas no sólo en términos salariales sino en términos de redistribución y reconocimiento. Llegar allí donde hay que estar primero”.

Redondo también enfatizó el valor de la educación pública en Argentina como lugar de igualdad de oportunidades y de ascenso social. “Hay que reivindicar que en nuestro país cada día 10 millones de niños, adolescentes y jóvenes adultos asisten a la escuela y podemos decir que el derecho a la educación, el derecho a la escuela es asumido, en muchas situaciones, por las comunidades, por los colectivos docentes, pero que ello tiene que transformarse en políticas públicas y las voces de esas comunidades tienen que estar representadas”.

La escuela con los pies en el aire

El último trabajo de Patricia Redondo se titula “La escuela con los pies en el aire. Hacer escuela, entre la desigualdad y la emancipación” y fue publicado por la editorial Homo Sapiens en 2019. La autora fue la encargada de presentarlo en la Facultad de Filosofía y Humanidades junto a Marcela Sosa, docente e investigadora de reconocida trayectoria en la FFyH.

Se trata de un libro tesis de esta pedagoga que se propuso investigar los sentidos del trabajo educativo de una escuela pública en el partido de La Matanza, la escuela 516 de Villa Scasso. “Redondo nos pone frente a un partido de La Matanza sus villas y barrios, que se distancian de las visiones mediáticas y se inscriben en la historia de territorios a 30 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, que dibujan el inventario de políticas públicas y privadas, mientras sale al encuentro de la escuela especial del fondo, del fondo. Atraviesa murallas de prejuicio, reconociendo la vitalidad de un conurbano conurbanizado por la ciudad capital como metáfora de la fragmentación social”, señaló Sosa en la presentación.

Sosa después comentó que la narración de la obra se hace como en una “película de viajes”, con “una voz en off, o mejor dicho en infra”. “En los pies de página que nos brindan la información y las referencias necesarias, geográficas, demográficas, políticas y sociales, para alcanzar la comprensión de lo contado y hecho y también dimensionar la pobreza y la desigualdad, así como las resistencias y luchas que pujan por otra vida”.

“Redondo se le anima a los nuevos viejos espacios, nuevos y viejos textos y autores, articula saberes, se nutre de otras interlocuciones que amplían los horizontes del pensamiento y de la comprensión de lo que acontece en la escuela -de colores, la de los pies en el aire, la de la puerta abierta, la del barrio”, expuso Sosa, quien destacó que en el libro “se busca un registro diferente, se abandona el canon académico, se intercala una escritura sensible. Intenta una reflexión teórica de la propia investigación educativa, que reconoce la herencia de la antropología y la etnografía y los sacudones de la filosofía para pensar lo dado y abrir a nuevas preguntas, para ligar política, escuela y cultura”.

En ese sentido, afirmó que “después de haber explorado durante varios años las Corrientes Pedagógicas Contemporáneas, a medida que leía, encontraba parentescos de esta experiencia con otros rasgos del pensamiento de Freire, pero más Freinet, Luis Iglesias, las Cossetini, el maestro Jesualdo, la señorita Luz Vieyra, Maud Mannoni, y los pedagogos institucionales, Meirieu y la pedagogía diferenciada, pero hay aquí un plus, un giro: una pedagogía social, que establece una red cuyo nodo central, más potente, más permanente, más creíble, más confiable, es la escuela. Tal vez un rasgo del espacio social y simbólico de la escuela argentina. Una escuela que se inventa todo el tiempo”.

“Me quedé pensando en ese movimiento y fueron los maestros que me dieron la pista, más precisamente un fragmento de entrevista, cuando se relata el sentido otorgado al momento de la comida y a todo lo que ocurre en el comedor como lugar de encuentro. Hay un deseo, un imperativo de dignidad para los chicos y para los maestros. Estar bien, comer bien, comer rico, elegir lo que se hace, pensar antes de hacer, la invención como salida, la autorización a hacer, iniciar la actividad en la ronda de conversación, los talleristas y los modos de construcción de objetos mediadores, la escuela como fábrica de sorpresas para interrumpir lo desigual”. Sin dudas, Marcela Sosa nos deja una invitación a una lectura necesaria de cómo “se hace escuela” pública.

Texto y fotos: Pablo Giordana


Antes del ateneo y la presentación del libro, Patricia Redondo participó de un encuentro con equipos de la Escuela de Ciencias de la Educación, cuyas propuestas se desarrollan conjuntamente con la Secretaría de Extensión, como Seminarios o Prácticas Sociocomunitarias desplegadas en distintos sectores de la ciudad de Córdoba. En un espacio de socialización y de diálogo profundo, participaron de la actividad tres equipos, junto a otrxs profesores de la Escuela y Flavia Romero, del Área de Vinculación con la Enseñanza y la Investigación de la Secretaría de Extensión de la FFyH.

  • Seminario “Procesos Comunitarios e Intervenciones pedagógicas”, a cargo de Silvia Avila, Marisa Muchiut y Marina Yazyi, ha llevado a cabo la Práctica Sociocomunitaria “Niñez y comunidad en Villa Cornú. Recorridos y reflexiones junto a la organización comunitaria El Vagón”, realizada durante tres años en el Centro Comunitario El Vagón localizado en Villa Cornú.  En la actualidad ha centrado su trabajo en escuelas primarias y secundarias de la Ciudad de Córdoba capital y zonas cercanas (Alta Gracia y Unquillo) reconstruyendo la historia y vínculo con la Comunidad, se han realizado trabajado en seis escuelas. Participaron también docentes e investigadores integrantes del equipo, que realizan trabajos de investigación colaborativa y extensión en escuelas primarias de Córdoba Capital, y promueven diversas modalidades de intercambio de saberes con los/as actores/as escolares.

  • Práctica Sociocomunitaria “Hacer Escuela: Infancia(s), contextos y derechos” (Seminario/Taller de la Escuela de Ciencias de la Educación, FFyH, UNC), a cargo de Marina Yazyi, realizó talleres en el primer cuatrimestre de 2019: “encuentro en/con territorios” (en la universidad, en el barrio) con educadoras y docentes del Jardín Maternal Comunitario El Vagón (B° Cornú) y de la Escuela Domiciliaria y Hospitalaria Atrapasueños (Ministerio de Educación, Provincia de Córdoba), desde allí se reconstruyeron «escenas» en torno de los derechos y las experiencias cotidianas de las infancias en esos espacios sociopedagógicos. Esta Práctica Sociocomunitaria tiene continuidad en el Proyecto de Extensión “Niñez y derechos en territorio: espacio sociopedagógico de acompañamiento a las trayectorias educativas en Villa Cornú», realizado en articulación con la Red de Villa Cornú (Córdoba).

  • Seminario «Infancias y territorios en movimiento…», a cargo de Paula Basel, recupera una experiencia de intervención pedagógica que se viene desarrollando desde 2015 a través de una Práctica Sociocomunitaria (PSC) entre la Facultad de Filosofía y Humanidades y dos escuelas primarias de una barriada popular de la ciudad de Córdoba, en un campo relacional muy sensible: en el cruce entre infancias, narrativas, cultura y escuela, promoviendo el encuentro entre docentes y estudiantes de la UNC y maestras de escuelas públicas. En palabras de Alicia, maestra comunitaria de una de las escuelas: “Hemos desdibujado las líneas y las fronteras entre la universidad y nuestra escuela”. A partir de 2017, el equipo de esta PSC participa activamente en una red territorial más amplia con una historia de construcción colectiva en la zona: la Mesa de organizaciones de IPV de Argüello, tramando voces de niños y niñas y otros actores organizaciones sociales, a partir de la producción de cartografías de lo comunitario y de diversas formas narrativas.