A la comunidad de la FFyH |
Me dirijo a ustedes en esta compleja situación que nos toca vivir como miembrxs de la comunidad universitaria de nuestra FFyH para efectuar algunas consideraciones sobre el momento actual y el proceso que hemos llevado adelante en este tiempo.
Nuestra Facultad asumió las disposiciones nacionales y rectorales en lo que concierne a la suspensión del comienzo de las clases de grado, que en primera instancia fue hasta el 25 de marzo, y luego hasta el 31 de marzo. El inicio de clases bajo la modalidad virtual se pautó para el 1 de abril, en el marco del aislamiento social preventivo por la actual emergencia sanitaria debida a la pandemia del Covid-19, que hasta el momento se ha extendido hasta el 12 de abril.
En los inicios de este proceso, con anterioridad a la medida de aislamiento social preventivo decretada por el gobierno nacional, desde la gestión decanal establecimos una serie de disposiciones específicas, en el marco de las resoluciones rectorales vigentes en la UNC, así como de las disposiciones del gobierno nacional.
En estas especificaciones, del 14 de marzo y 17 de marzo, definimos pautas organizativas y de trabajo tendientes a concretar medidas preventivas suficientes para lxs trabajadorxs de la FFyH, docentes, nodocentes y de gestión, así como para lxs estudiantes.
Las disposiciones asumidas fueron acordadas y primeramente socializadas con lxs directorxs de las diferentes áreas nodocentes, y con lxs directorxs de las Escuelas y Departamentos en las que se imparte la enseñanza de grado en nuestra Facultad.
El lunes 16 de marzo, en la última sesión ordinaria del Consejo Directivo de la FFyH, el decanato efectuó un informe y respondió a observaciones e inquietudes de lxs consejerxs de los diversos claustros y espacios de representación política. En la comisión de Vigilancia y Reglamentos del HCD se receptaron inquietudes y propuestas de lxs consejerxs estudiantiles acerca del régimen de cursada y evaluación.
En el marco de las disposiciones nacionales respecto de población de riesgo sanitario o personas al cuidado de niñxs o familiares que así lo requirieran, el trabajo de las áreas no docentes, no afectado como tal por la suspensión de clases, fue migrando progresivamente al ámbito virtual, según posibilidades y tareas específicas, reduciendo los horarios de concurrencia a las dependencias de la FFyH, e implementando sistemas de rotación del personal.
Desde el viernes 19 de marzo las áreas nodocentes que tienen acceso a formas de trabajo remoto y se ocupan de tareas administrativas cruciales para el funcionamiento de la FFyH se encuentran realizando su labor virtualmente con compromiso y eficiencia, lo cual ha posibilitado que los procedimientos administrativos y académicos indispensables para el funcionamiento de nuestra institución se desarrollen de modo suficiente.
Finalmente, el 20 de marzo, decretado ya el aislamiento social preventivo, se hizo pública la Resolución Decanal 205/2020, que recoge los acuerdos concretados por el Consejo Asesor de Directorxs de Escuelas y Departamentos de la Facultad en reunión con la Secretaría Académica, donde se consensuaron los lineamientos básicos y los requisitos fundamentales para acceder a las diferentes condiciones de lxs estudiantes en el transcurso de la cursada en este período, dada la imposibilidad de impartir las clases de modo presencial.
En los considerandos de dicha resolución se recuerda la motivación de las disposiciones asumidas:
“Que toda la actividad académica de la Facultad de Filosofía y Humanidades se sustenta en el postulado de la Educación como bien público y un derecho individual y social que debe garantizarse.
Que la Facultad de Filosofía y Humanidades debe promover las condiciones que preserven la actividad académica de grado del presente semestre, los derechos de la comunidad de la Facultad con modalidades acordes a la situación excepcional de aislamiento social preventivo que rige en nuestro país.”
Resulta central para nosotrxs manifestar que las disposiciones que hemos propuesto como gestión de la FFyH han tenido, desde el inicio de esta etapa hasta el presente, el objetivo de priorizar formas de cuidado colectivo, en lo que hace a las condiciones de trabajo y de estudio, para garantizar el derecho individual y social a la educación superior.
Es claro que las condiciones en las que se realiza este trabajo son tan excepcionales como las medidas asumidas. Somos plenamente conscientes de las diversas dificultades que plantea la educación virtual, desde el punto de vista de sus condiciones materiales: calidad y acceso a la conectividad, disponibilidad de equipamiento informático, condiciones para el tiempo de trabajo o estudios en el entorno en el que transcurre el aislamiento social, entre otros.
En este marco, queremos expresar que, a lo largo de los años y de las diversas modificaciones en las políticas educativas nacionales y locales, hemos bregado por una comprensión de la educación universitaria concebida como un bien social, y como un derecho que ha de ejercerse en una comunidad de estudio, de trabajo, en una comunidad política, académica e institucional territorializada y atenta a los problemas e inquietudes del medio en el que estamos insertos.
Nuestro modo de entender la inclusión y la democratización de la enseñanza superior ha supuesto siempre el empeño por crear condiciones materiales para la presencia de lxs estudiantes en el espacio y el tiempo de la vida universitaria.
Nuestra gestión ha dedicado también enormes esfuerzos para que el trabajo de lxs docentes y sus condiciones de realización fueran reconocidas y reguladas de modos más justos, dignos y equilibrados, lo cual se concretó en el proceso de formulación y aprobación del nuevo Régimen Docente. Este momento no será una excepción en cuanto a la atención de las diversas situaciones que tengan lugar en el desempeño de nuestra tarea de enseñanza.
Estas observaciones nos parecen de gran importancia para establecer la perspectiva desde la cual asumimos a la educación virtual como una modalidad de trabajo y estudios en la presente emergencia. Se trata de una situación de absoluta excepcionalidad, en la cual tenemos el deber de proveer marcos institucionales que establezcan criterios y fundamentaciones para la actividad virtual, concebida como un modo de sostener un vínculo pedagógico y formativo de manera colectiva.
Es preciso distinguir entonces entre un uso de las herramientas virtuales que, hasta ahora, tenía como función acompañar y complementar la actividad de enseñanza presencial, del que estamos implementando en este momento, de manera excepcional, cuando la virtualidad se ha vuelto el cauce posible para no perder contacto con lxs estudiantes, evitar la deserción, y desarrollar propuestas pedagógicas y formativas que estén a la altura de las circunstancias, reconociendo las limitaciones antes señaladas cuyos alcances iremos determinando y cuya resolución procuraremos implementar en el futuro próximo.
No es posible establecer una equivalencia entre la propuesta virtual y el dictado de clases presencial, que no es reemplazable ni en la realidad ni respecto de nuestras razones y convicciones al respecto, sostenidas a lo largo de los años, pero especialmente en el último tiempo, ante miradas de tipo mercantil, que utilizan o postulan a la virtualidad como ideal de educación superior, mediante proyectos que suponen precarizar la enseñanza, en lo que concierne a la labor docente y a la formación de lxs estudiantes.
En esa perspectiva, y sin menoscabo de las vías por las cuales las cátedras puedan acercar contenidos a lxs estudiantes, insistimos en la importancia de estructurar nuestras propuestas formativas en el marco de las Aulas Virtuales, de la plataforma Moodle, según ha explicitado el área de Tecnología educativa oportunamente, en función de razones que hacen a la accesibilidad, a la protección de datos, y al hecho de que ha sido concebida como una plataforma de uso eminentemente educativo.
Queremos señalar que la FFyH ha seguido conectada a través de su Secretaría de Extensión, con las comunidades y territorios ligados a los diferentes Programas y acciones que desde ella se llevan adelante, aportando saberes e implementando solidaridad concreta en estos momentos, especialmente difíciles para amplios sectores de nuestro pueblo.
De igual modo, hemos estado trabajando intensamente en las exigencias que esta hora demanda para el PUC, Programa Universitario en la Cárcel, respecto de las problemáticas que se han originado ante esta emergencia para las personas privadas de su libertad, mediante acciones en coordinación con la Mesa Interuniversitaria Nacional de Educación en contextos de encierro, de la cual forma parte el Programa Universitario en la Cárcel de la FFyH, y la presentación de un Habeas Corpus Correctivo Colectivo ante la Justicia Provincial junto a otras organizaciones e instituciones, en salvaguarda de los derechos y condiciones sanitarias de lxs internxs.
Sería posible completar este cuadro con diferentes acciones y problemáticas cuyo reordenamiento o resolución está en curso por parte de las correspondientes áreas de gestión, pero valga este panorama para dar cuenta del modo en que venimos enfrentando la coyuntura.
Entendemos que es preciso abordar este momento con compromiso académico y político, capacidad de escucha y de generación de consensos, encontrando y concretando formas de cuidado colectivo que nos permitan sostener nuestro proyecto de Facultad inclusiva y democrática.
Es por ello que afirmamos que las Humanidades, los saberes que cultivamos, las prácticas que los alimentan y enriquecen, constituyen un suelo fecundo para afrontar los desafíos de esta emergencia en el presente, y en sus proyecciones futuras. Continuaremos atentxs, en la búsqueda de soluciones y respuestas para las diversas situaciones, inquietudes y problemáticas que se produzcan en esta etapa.
Deseo, finalmente, expresar de modo personal mi agradecimiento por el trabajo y el compromiso de lxs trabajadores nodocentes y docentes, de lxs estudiantes, y de cada una de las comunidades de enseñanza, investigación, extensión y gestión que constituyen la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC.
Flavia Dezzutto, decana de la FFyH/UNC, y equipo de gestión.
Córdoba, 6 de abril de 2020