La Escuela de Archivología de la FFyH despide con pesar, pero con esperanzada gratitud a María Elsa Fajardo, una de las más brillantes paleógrafas y archiveras que ha producido Argentina.
María Elsa nació en la ciudad de Río Cuarto y tras obtener el título de Bachiller en el Colegio Nacional de su urbe vino a Córdoba, su segundo hogar, para graduarse de Licenciada en Historia en la Escuela de Historia de nuestra Facultad en 1956.
Todavía estudiante, ya tenía seguridad sobre las temáticas que señalarían su derrotero académico, pues en 1953 había entrado como investigadora del Instituto de Estudios Americanistas y, en 1954, como ayudante de la cátedra de Historia de España, dos espacios académicos que hoy ya no existen.
Inmediatamente graduada, entró como profesora adjunta de la cátedra de Paleografía y Diplomática (1957), cargo que obtendría por concurso en 1964. Allí estaba como titular su profesor y maestro Aurelio Tanodi, con quien formarían una dupla académica que se prolongaría en el tiempo.
Becada por nuestra Facultad, realizó estudios de posgrado en Paleografía y Archivología en la Universidad Central de Madrid (hoy Complutense) durante tres años. De allá regresó titulada Archivera, por la Dirección General de Archivos, Bibliotecas y Museos de Madrid.
En la Escuela de Archivología ingresó como profesora en 1964, y siempre estuvieron a su cargo las cátedras de Archivología General y Reproducciones Archivísticas, aunque por algunos períodos se hizo cargo de Clasificación y Ordenación y de Descripción y Catalogación. Igualmente, fue profesora en el Centro Interamericano de Desarrollo de Archivos (OEA- UNC), que formó becarios latinoamericanos por muchos años.
Por sobre todo, su gran vocación fue la docencia y la extensión universitaria. A ella se debe la organización y dictado de numerosos cursos de capacitación para la administración pública provincial y el asesoramiento archivístico a instituciones y empresas de Argentina y Colombia.
Se acogió a la jubilación en 1981 por problemas de salud, sin concluir su doctorado sobre la escritura de los escribanos Pedro de Cervantes y Rodrigo Alonso del Granado (siglo XVII), agentes de singular desafío para cualquier instruido paleógrafo.
Tanto historiadores como archiveros consultan asiduamente dos obras señeras, que se han constituido en clásicas, en las que Elsa tuvo una destacadísima participación: Libro de Mercedes de Tierras de Córdoba (1573-1600), (UNC, 1958) y Guía de los Archivos de Córdoba (UNC, 1968).
Anna Szlejcher, alumna, colega y amiga, la recuerda: “La Lic. María Elsa Fajardo se especializó en la Ciencia Archivística durante tres años en España y, a su regreso, impartió Archivología General y Reproducciones Archivísticas. En febrero de 1965 tuve una entrevista y su diálogo me introdujo a cursar la carrera de Archivera. Era una profesora excelente y mejor ser humano. Su impronta permanece viva en mi trayectoria personal y profesional”.
Por otro lado, Ana María Martínez de Sánchez, su alumna, la rememora de la siguiente manera: “Elsa fue mujer dedicada con amor a su profesión, profesora exigente para que sus alumnos lográramos excelencia en la paleografía, siempre con una sonrisa amable que transmitía afecto”.
Vuela alto y venturosa querida Elsa Fajardo y, por aquí, “un pañuelo de silencio cuando la amiga se va”.