Quebrar el consenso conservador

“Libros que interpelan la historia” fue el título de la charla, desarrollada  el 14 de junio en el Auditorio Hugo Chávez del Pabellón Venezuela, y que tuvo como panelistas a los periodistas Juan Cruz Taborda Varela, Alexis Oliva y Camilo Ratti, autores de los libros de “La Ley de la Revolución”, “Todo lo que el poder odia” y “Cachorro”, respectivamente.  Bajo la moderación de la coordinadora del Programa de Derechos Humanos, Carol Solis, la charla repasó estas tres biografías que tienen como escenario la historia política de Córdoba, de las últimas décadas.

Desde el comienzo de la charla, los integrantes de la mesa coincidieron en un eje central: que en Córdoba la última dictadura cívico-militar había cercenado buena parte de la cultura y organizaciones políticas de izquierda y sus rebeliones populares. Y que una  vez recuperada la democracia  (1983) lo que triunfó y subsiste es el consenso entre los sectores políticos más conservadores del peronismo y el radicalismo. Una característica que bloquea cualquier intento de transformación social, política y económica que rompa con una estructura de base neoliberal.

“Uno de los aportes que hacen estos tres libros es que si bien son biografías –inclusive de personajes bien diferentes–, los autores logran reconstruir y presentar al lector toda una trama social que habla de la historia política de Córdoba y del país”, propuso Solis en la apertura de la charla. “Los tres libros son una clara invitación al debate, no sólo de nuestro pasado reciente, sino  que nos ayuden a comprender el momento político actual que vivimos los cordobeses”.

En este sentido, Taborda Varela, autor de la biografía política de Gustavo Roca, hijo del mítico Deodoro, señaló que “lo que queda claro después de investigar la historia de Córdoba es que ya no existen la Córdoba revolucionaria y la Córdoba conservadora. Es más, creo que nunca existieron esas dos Córdobas así, tan claramente, sino que existieron muchas Córdobas, pero lo que sí está claro hoy, después de Menéndez y 30 años de democracia, es que la que triunfó fue la Córdoba del consenso entre los dos partidos políticos que gobiernan esta provincia desde 1983 a esta parte. Un acuerdo entre el peronismo y el radicalismo para repartirse el poder e impedir que surja cualquier otra alternativa que pueda romper ese status quo que se sostiene hace décadas”.

Camilo Ratti tomó el eje de Taborda Varela y planteó que “Menéndez llegó a Córdoba en 1975 para arrasar con la cultura de la organización popular y destruir al movimiento obrero más poderoso y mejor organizado de América Latina. Quien es el militar más condenado de la  historia de la humanidad, fue y es una pieza central de la Córdoba actual, porque la política del terror menendista sigue latiendo en esta provincia  de características reaccionaria y sistemas represivos. Menéndez sigue estando en la aplicación de políticas públicas conservadoras, en la policía que tortura y mata, en un poder judicial clasista, en un modelo productivo concentrado, en una iglesia ajena a lo social, y en la consolidación –después de algunos intentos que naufragaron- del Partido Cordobés: ese pacto de no agresión entre los sectores más conservadores del peronismo y el radicalismo, que gobiernan la provincia desde hace 30 años.”

Alexis Oliva por su parte, narró la trama de su libro "Todo lo que el poder odia". La biografía de Viviana Avendaño (1958 – 2000): una mujer que vivió con rebeldía y murió en su ley. Hija y nieta de madres solteras, hermana de una desaparecida, precoz guerrillera urbana, presa política adolescente, militante comunista, lesbiana feminista, educadora popular y líder piquetera, fallecida en el contexto de un conflicto social y al día siguiente de haber sido amenazada por la policía. “Su historia –dijo – atraviesa los contextos más dramáticos del pasado reciente del país y pone al descubierto la represión de las diversas formas de lucha por una sociedad más justa”.

A pesar de todo el peso de las injusticias que se pueden leer en los tres libros, Oliva dijo que no deseaba que las lecturas tengas cierto efecto “barroco” de parálisis o de pesimismo.  Y rescató que las militancias más puras – estas que se movilizan por los ideales colectivos – generan también una alegría genuina.

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