Después de 4 años, vuelven el encuentro, los debates y las reflexiones desde los feminismos y activismos de la disidencia. Desde el 21 al 23 de septiembre, de 9 a 20, la Universidad Nacional de Córdoba será sede de esta nueva edición con más de 50 mesas y más de 400 ponencias de toda la Argentina y de países vecinos. Ante los muchos y variados problemas, el Congreso es una nueva oportunidad de reencontrarnos y traer a la universidad más feminismos.
“Pese a la ciudadanía que ya tienen los estudios de género dentro de las universidades en Argentina y dentro de la academia científica en particular, la universidad sigue siendo reluctante, reactiva y difícil de conmover en sus formas patriarcales de construir conocimiento, de manejar el poder y evaluar sus resultados. Hay un montón de cuestiones que aún no se cambian. Aunque dicte cursos de género, tenga doctorado y proyectos de investigación y extensión sobre género, los feminismos tienen mucho para decir y hacer en la universidad, por eso es tan importante el encuentro en este congreso, entre gente de todo el país que plantee la variedad de problemáticas en agenda que todavía hay que visibilizar”, expresa Eduardo Mattio, director del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades, e integrante de la Comisión organizadora del Congreso de Género y Sociedad. Desplazar los centros: cuerpos, territorios y saberes en Nuestramérica.
Llega la 6° edición del Congreso de Género y Sociedad. Desplazar los centros: cuerpos, territorios y saberes en Nuestramérica. Un espacio de encuentro y escuela de formación para investigadores, docentes, estudiantes, organizaciones sociales y activismos. Organizado por el Área Feminismos, Género y Sexualidades (FemGeS) del Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichon (CIFFyH), la Facultad de Filosofía y Humanidades, el Centro de Estudios Avanzados junto al Programa Interdisciplinario de Género y Doctorado en Estudios de Género, y el Programa de Extensión Feminismos, Sexualidades y Derechos de la Facultad de Ciencias Sociales.
Este congreso da lugar a las diferentes formas de manifestar y expresar el conocimiento, el formato ponencia es uno entre otros, los lenguajes artísticos tienen un lugar destacado, porque se reconocen otras modalidades además de lo escrito. “Convocamos desde un modo de hacer diferente, de trabajar colectivamente. Son días festivos, de encuentro, debate e intercambio entre quienes se asoman por primera vez, quienes son expertas y llevan muchos años en estos campos de saber, quienes están pensando sus tesis de grado y quienes vienen desde los territorios a sumar sus agendas. Es un espacio de horizontalidad, deseado y valioso para el activismo académico”, afirma Alejandra Martín, docente del Centro de Estudios Avanzados y organizadora del Congreso desde sus inicios.
El entusiasmo de volverse a encontrar, lo demuestra la cantidad de personas inscriptas de todo el país y los más de 400 trabajos presentados en cada uno de los 6 ejes temáticos: Prácticas, discursos y tecnologías artístico-culturales en la producción de cuerpos, géneros y sexualidades; Militancias cruzadas: tensiones y desafíos en la articulación entre feminismos, colectivos sexo-disidentes, otros movimientos sociales y el Estado; Economías del trabajo y sus tramas; Violencias: interpelaciones feministas; Cuerpos y territorios: racialización, enclasamiento y generización; Políticas sexuales: cuerpos, identidades y afectos.
A lo largo de los tres días, habrá más de 50 mesas con presentaciones de ponencias, 3 talleres, 3 foros y la muestra permanente “Archivos Itinerantes Transfeministas: Una muestra cordobesa”. Consulta aquí el programa completo.
“Nos volvemos a encontrar con abrazos, nuevas discusiones y producciones, después de todos los impactos que significó la pandemia; la agudización y profundización de la crisis económica y social, la cuestión ambiental y las formas de ecocidio que han impactado en los cuerpos. Cada encuentro ha tenido distintas variantes, propiciando los diálogos de quienes participamos en este espacio. ¿Qué voces se privilegian? En esta edición, propiciamos el desarrollo de 6 mesas temáticas y el encuentro con las organizaciones sociales”, detalla Alejandra Domínguez, docente de la Facultad de Ciencias Sociales.
Los estudios de género, en la década del 2000, tuvieron que hacerse su lugar y lo hicieron a través de un trabajo muy serio y sostenido en el tiempo, fue un momento histórico y teórico en el que costó mucho más que otras problemáticas y campos hacerse visible y creíble. Para Alejandra Martín, la particularidad que tiene este Congreso es el trabajo colectivo y colaborativo, por eso, no le resulta una tarea simple hacer memoria en primera persona. “El primer antecedente importante fueron las Jornadas de Discurso Social de Mujer y Género en sus tres ediciones desde el 2000 al 2005, organizadas desde el Programa de Discurso Social del CEA. Ese germen mostró la necesidad de espacios de encuentro para quienes estaban trabajando en temáticas relacionadas al género; vale aclarar que, para ese entonces, había categorías diferentes a las que manejamos hoy. Se estaba abandonando la noción de mujeres de los 90 para darle lugar a las cuestiones de género. Otro antecedente fue la organización desde el PIEM de la UNC de las 8° Jornadas de Historia de las Mujeres y el 3° Congreso Iberoamericano de Estudios de Género en el 2006 en Villa Giardino. El cual puso en un escenario mayor a la universidad y dejó en claro la centralidad de la articulación interinstitucional. El 2006 nos mostró la capacidad organizativa, de convocatoria y nos dio la posibilidad de validar un espacio de reflexión y de convertir las reflexiones en prácticas y posicionamientos políticos y teóricos, que permitió desde distintas vertientes e intereses generar proyectos en común”.
La historia de los congresos da cuenta de la relación indiscutida, entre militancia y academia desde prácticas y experiencias feministas que permitieron construir un escenario diferente donde la universidad pública, se puebla de reflexiones teóricas, políticas y desde las prácticas de los más diversos sectores. Cada edición tiene un eje, que es una invitación a pensar y que son las líneas políticas, una muestra desde donde las comisiones organizadoras están pensando y marcando la actualización permanente de las agendas.
Este año, “Desplazar los centros” es una síntesis de la época en que estamos y que nos desafía a pensar. “Con este juego de palabras, queremos remarcar una de las tareas específicas que han tenido los feminismos a lo largo de su historia, que es poner en entredicho los lenguajes que ocupan el centro y llevar de los márgenes al centro otras cuestiones invisibilizadas. Y no solo atañe a los discursos sociales en general, sino también a las expectativas, a la agenda y metas que el mismo feminismo se propone, y a los discursos que el mismo feminismo produce para sí mismo, pensar lo no alojado y lo que falta realizar y producir. Descentrar los centros es una perspectiva que atienda a la interpelación latinoamericana, decolonial, comunitaria y popular, a los feminismos que, desde los márgenes, están haciendo posible otra vida en común”, explica Mattio.
Es el primer congreso con aborto legal, destaca Alejandra Domínguez, “y si bien siempre hubo mucho diálogo con los activismos e instancias para que las organizaciones presenten sus experiencias, en esta edición, tenemos la convicción de que necesitamos profundizar esos vínculos entre el activismo y las organizaciones sociales. Necesitamos fortalecer esas relaciones porque a la academia le hace muy bien el movimiento feminista y disidente, porque han corrido los límites del patriarcado en las universidades, han facilitado y promovido que la academia cuestione las propias violencias y que se ponga a pensar y crear mecanismos, cátedras, seminarios y transversalización de las cuestiones de género en todos los ámbitos de la universidad, y eso ha sido gracias a los movimientos feministas de mujeres y de la diversidad”.
Contra las lógicas de confrontación, donde se mide cuánto se sabe o se visibiliza el privilegio epistémico, este congreso es un espacio horizontal y de mucho cuidado, que busca visibilizar un estado de la cuestión en los estudios de género y que construye redes entre el activismo, la academia y quienes están en la función pública. Es un espacio que debería reproducirse en otras disciplinas. Es una apuesta a construir una sociedad antipatriarcal, anticolonial antiespecista, anticapacitista, antisexista y antilesbotransodiante.
Redacción: La tinta
Imagen de portada: Facebook Congreso Género y Sociedad.