El miércoles 16 de octubre, en una sesión especial, reconoció el legado académico y político del Decano. Los consejeros, la Decana Flavia Dezzutto y personas del público que hicieron uso de la palabra, destacaron su trayectoria intelectual y la defensa inclaudicable de la educación y la universidad pública.
Gestos conmovidos y pensantes, recuerdos que van y vienen, palabras emocionadas y un sentido reconocimiento a la trayectoria intelectual y al compromiso político y académico, fueron algunas de las sensaciones que atravesaron las salas A y B del Pabellón Residencial de la Facultad de Filosofía y Humanidades, colmadas de público para la sesión especial que el Consejo Directivo realizó en homenaje al Decano Juan Pablo Abratte, fallecido el 29 de septiembre pasado.
Leandro Inchauspe, secretario de Coordinación, fue el encargado de abrir la sesión y dar la palabra a la actual Decana, Flavia Dezzutto, y luego a lxs consejerxs que habían solicitado el micrófono para recordar y valorar los espacios y el tiempo compartido con Juan Pablo. “Hay una historia que me precede para hablar de Juan y la idea fue que el máximo órgano de gobierno de la Facultad, su comunidad, pudiera tener una palabra de memoria, de homenaje ante este acontecimiento inesperado y triste”, señaló la Decana.
“Julio Cortázar escribió que no se puede conjurar la muerte con palabras, pero las palabras nos ayudan a transitar como comunidad la memoria de quien tuvo un incansable compromiso con la educación pública y la Facultad. Las palabras como compañía y espacio de esa memoria que nos ayuda a caminar y a la vez nos desafía”, completó Dezzutto, antes de que los consejerxs docentes, estudiantiles, egresadxs y nodocentes dijeran la suyo.
El primero fue Javier Moyano, consejero docente por Proyección Cambio Universitaria, quien en nombre de su claustro sintetizó todos los aportes que hizo Juan Pablo en el plano académico, tanto como docente en la Escuela de Ciencias de la Educación, como desde su rol de gestión en la Secretaría Académica y como Decano. Moyano repasó cada uno de sus aportes, remarcó el “exhaustivo conocimiento de la administración universitaria” y al final sostuvo que “Juan Pablo alentó siempre la profundización de la horizontalidad en la toma de decisiones y no renunció al patrocinio de derechos en un contexto nacional y universitario hostil”, a la vez que reconoció su “compromiso diario con el funcionamiento de la Facultad aún a costa de su salud”.
Roxana Cattáneo, consejera docente por la lista La Pública, recuperó la idea de inclusión que promovió Abratte a lo largo de su vida académica y política: “Valoramos su defensa por la universidad pública, la preocupación por la inclusión de quienes no les es fácil ingresar y permanecer en nuestras carreras, el valor común de las ciencias sociales y las humanidades en nuestras sociedades y la causa común con los oprimidos como decía José Martí”.
Luego fue el turno de la consejera nodocente, Cecilia Richelli: “En el contexto actual del país, que desde que gobierna Cambiemos viene sufriendo ajustes neoliberales, el posicionamiento de Juan Pablo y el de la comunidad de Filosofía ha sido en defensa de las trabajadoras y los trabajadores, sus condiciones laborales y salario. Como decano permitió que pudiéramos tener cobertura para el cambio de actividades, a fin de manifestarnos en las calles contra el ajuste de un gobierno nacional que malogró las condiciones permanentemente. En esas calles siempre lo encontramos bajo la bandera de Filo como insignia compartida. Sabemos que lo que sigue al duelo es continuar trabajando en esta línea, junto a la Vicedecana y el equipo de gestión”.
La palabra continuó con la consejera egresada, Julieta Almada, quien lo definió como “lúcido académico, hijo de la educación pública, de compromiso permanente con los derechos humanos. Rescatamos su generosidad política, su modestia y sencillez, un verdadero militante de la Universidad Pública”.
Francisca Mattoni, consejera estudiantil, recordó a Abratte como “un ejemplo de lucha, por eso hoy despedimos a un compañero, que siempre batalló para que la universidad se llene de pueblo. Lo hizo como militante estudiantil, como egresado, como docente y como Decano. Frente a un neoliberalismo que destruye las redes sociales, los vínculos, aprendimos de él la construcción colectiva y afectiva”.
Mattoni pidió autorización al Consejo para que otras personas que acompañaban la sesión pudieran expresarse también, y cedió el micrófono a Lucas Magallanes, integrante de la agrupación La Freire, de Ciencias de la Educación, quien definió a Juan Pablo como “El Profe”. “Destacamos su rol como profesor, su labor ética, su compromiso social y su defensa de la educación pública. Para nosotros fue un pedagogo inigualable”, dijo Lucas, quien citó los textos que Juan Pablo llevó a un Congreso en Paraná denunciando las políticas neoliberales del macrismo sobre educación, y un texto de Pepe Mugica sobre qué es ser un militante. “Se hace difícil encontrar la palabra justa para despedirte Profe”, cerró el joven muy emocionado.
En un clima de respeto y lágrimas contenidas que recorrían la sala de una punta a la otra, Silvia Servetto leyó un texto elaborado con Guadalupe Molina, que recupera el compromiso de Juan Pablo por las tareas que signaron su vida: la defensa de la educación pública y la revalorización de la tarea docente. Tanto que la Sociedad Argentina de Historia en la Educación, de la cual Juan Pablo era miembro de su comisión directiva, y Chela Herrera, colega y amiga que no pudo asistir a la sesión, también enviaron palabras de reconocimiento al compañero que está en la memoria de quienes caminaron junto a él.
Una de ellas es Silvia Avila, consiliaria, docente de Ciencias de la Educación, amiga y compañera de Juan Pablo en su largo derrotero académico, quien hizo hincapié en “la coherencia en función de las elecciones que adoptó en su vida. Elección por la educación pública, por la defensa de lxs estudiantes, por lxs compañerxs como lugar colectivo contra la lógica individualista y competitiva del mundo académico. Y también elección para no quedarse sólo en la universidad, sino en vincularse y trabajar con las organizaciones sociales. Ese reconocimiento quedó expresado en las múltiples salutaciones que recibimos por su fallecimiento. Juan Pablo acompañó las luchas docentes, sindicales, las luchas por la justicia social y por un país inclusivo. Dejó una huella para continuar y es lo que vamos a hacer”.
La sesión culminó con el agradecimiento de Dezzutto a todxs lxs presentes por el homenaje, y retomó una idea que ya había expresado en otra instancia: “Insisto en la figura de la promesa, de los vínculos y los colectivos que sostuvo Juan Pablo, en la confianza que expresan esas promesas y esos vínculos. En esa huella podemos tener fundamento para nuestro trabajo a seguir”.