La UNC entregó esta distinción a la escritora cordobesa, que meses atrás fue homenajeada con el premio “Hans Christian Andersen”, en el marco de los festejos por los 10 años del Programa en Promoción y Animación a la Lengua y la Escritura (Propale) de la FFyH. [15/11/2012]
La Universidad Nacional de Córdoba brindó un sentido homenaje a María Teresa Andruetto, con la entrega del Premio Universitario de Cultura “400 años”. Su candidatura a esta distinción –que la Casa de Trejo creó en el marco de los festejos por su cuarto centenario- fue elevada por el Programa en Promoción y Animación a la Lengua y la Escritura (PROPALE) y el Centro de Difusión e Investigación de la Literatura Infantil y Juvenil (CEDILIJ), y contó con el respaldo de las facultades de Artes y Filosofía y Humanidades.
Andruetto, creadora de obras como Veladuras, El País de Juan, La Mujer Vampiro, El caballo de Chuang Tzu, entre otras, fue homenajeada recientemente con el premio “Hans Christian Andersen”, también conocido como el "pequeño Nobel de la Literatura." Representa la mayor distinción a nivel mundial a un autor de literatura infantil y es la primera vez –desde que se instituyó en 1956– en recaer en un autor argentino.
La ceremonia se llevó a cabo en el Auditorio de la Facultad de Lenguas. Durante la presentación de la homenajeada, Susana Allori, directora del CEDILIJ, apuntó que el aporte de Andruetto ha sido “permanente, sólido, motivador e indispensable”. Remarcó que su mirada crítica y reflexiones han abierto nuevos caminos y que la impronta de su escritura la convirtió en un referente en el campo de las letras argentinas.
Allori valoró en Andruetto el sostenimiento de una línea de producción fuertemente centrada en lo estético, capaz de evitar los mandatos del mercado, creando obras únicas y originales.
“La condición humana, un tejido de generosidad, ética personal y profesional, humildad, sencillez, valentía y compromiso social. Con afecto y con hondura, va dejando huellas que se manifiestan en los vínculos y en el reconocimiento de las personas que la conocen y la leen”, afirmó Allori para completar la semblanza de la literata.
Tras esas sentidas palabras, la rectora de la UNC, Carolina Scotto entregó a Andruetto el Premio Universitario de Cultura “400 años”.
Argentina y las universidades públicas
Claramente embargada por la emoción, la escritora cordobesa centró sus palabras de agradecimiento en su relación con la Universidad. Recordó que el castellano fue la segunda lengua de sus padres. Su madre, hija de inmigrantes italianos, habló piamontés hasta los seis años y aprendió el español cuando comenzó la escuela. Su padre, lo incorporó poco antes de cumplir 30 años, en el barco que lo trajo a Argentina, con un diccionario de tapas de tela roja que ella todavía conserva.
“`Este país generoso recibió a tu padre´, fue la frase persistente de mi casa, para que nunca olvidáramos que éramos hijos de foráneos, bien tratados aquí, por generosidad del país y de su gente, ya que fue aquí donde mi padre había encontrado refugio después de la guerra. Aquí, donde había encontrado trabajo, compañeros, razón de vivir y donde nosotros, sus hijos, podíamos acceder a una buena educación”, apuntó Andruetto.
Retomó esa frase, para volver a una pregunta que a lo largo de los años ha vuelto sobre ella: “¿Hemos sido, como sociedad, capaces de dar todo a ciertos quienes, que siendo desde siempre de aquí fueron también migrantes, emigrados o expulsados sociales?”.
Andruetto optó por resignificar las palabras de su madre y comprendió que vivir en un país que le abrió a la hija de un inmigrante sus casas del saber no es algo que suceda en todos los países.
Entre lo íntimo y lo público
En un pasaje, la escritora se devolvió a su infancia en el pueblo y, más tarde, a los albores de los años ´60, cuando sus padres comenzaron a imaginar que sus hijos podrían ir un día a la universidad. “Al terminar la secundaria, algunos de nosotros, unos pocos, a razón de tres o cuatro por curso, ciertamente privilegiados por algo más de holgura o por mayor apetencia de saber o por cierta pretensión de ascenso social, llegamos a esta casa. Nada de esto hubiera sido posible de no haberse tratado de este país, de su universidad pública gratuita”, se sinceró.
Andruetto recordó que fue en la UNC donde aprendió que un escritor es la expresión de la sociedad que lo contiene, que es una conciencia dialogando con el mundo. “Entendí que la subjetividad de quien escribe y lee son siempre caja de resonancia de lo social”, se explayó.
Su relato también rescató de la memoria sus vivencias durante los años aciagos del país y recordó cómo el contexto que en algún momento había facilitado la llegada de chicos y chicas del interior de la provincia a las aulas de la Universidad, hacia fines de 1975, propició también su alejamiento. “Inminencia del golpe de Estado, diáspora de profesores y alumnos, secuestro persecución o simplemente repliegue individual por temor a la visibilidad que habían tomado nuestros posicionamientos políticos”, rememoró.
“Es probable que la escritura misma, esto que se fue convirtiendo en el centro de mi interés y de mi hacer, obedezca como casi todas las cosas en la vida de todos, a la encrucijada histórica que hizo que ciertos otros deseos no pudieran cumplirse”, se sinceró.
Tras esos años que evocó “tan tristes y llenos de miedo”, el retorno de la democracia la encontró inmersa en los proyectos de Cedilij, trabajando en la construcción de lectores.
“He visto siempre la escritura como un territorio para comprender y ser comprendidos, como una inmersión en nosotros para conocernos y conocer algo de la sociedad de la que formamos parte (…) Para eso trabaja quien escribe, con ese patrimonio común que es el lenguaje, sin otro deber u obligación que mirar y escuchar con atención, persistencia, imprudencia, desobediencia, no para dar respuestas sino para generar preguntas”, sostuvo y completó: “Considero que en esa ligazón entre lo más íntimo y lo público reside el lazo sagrado entre un escritor, su lengua y su sociedad”.
Luego se refirió a la postura según la cual los estudios sistemáticos obstaculizan la creación artística y obstruyen el imaginario. “No sé cómo se ha instalado es mito. Por mi parte, nunca sentí que esos estudios sobrarán, más bien intenté, hasta donde pude, estimularlos, desarrollarlos para mí y para mis espacios de docencia”, explicó.
Finalmente, extendió su agradecimiento, no sólo por el Premio “400” años, sino por su paso por la UNC: “Agradecerlo no sólo para mi persona, sino también para mi camino de escritura, para el que ha sido de medular importancia el paso por acá, por esta Universidad, a la que debiéndole yo tanto, hoy me honra de este modo”.
La ceremonia estuvo presidida por la rectora de la UNC, Carolina Scotto. Estuvieron presentes los decanos Diego Tatián (Filosofía y Humanidades), Ana Yukelson (Artes) y Silvia Barei (Lenguas), así como la directora del Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil (Cedilij), Susana Allori; y la coordinadora del Programa en Promoción y Animación a la Lectura y a la Escritura, Susana Gómez, entre otras autoridades. Entre los invitados, también estuvo Sonia Torres, la Abuela de Plaza de Mayo.
PERFILMaría Teresa Andruetto pasó su infancia en Oliva, una localidad del interior de Córdoba. Se formó como Licenciada y Profesora en Letras Modernas en la UNC. Ha publicado novelas, libros de cuentos, poemarios, ensayos y obras de teatro para niños, jóvenes y adultos. Su producción artística e intelectual se destaca por el posicionamiento crítico y la defensa de la dignidad humana, la equidad y la justicia. La construcción de la identidad individual y social, las secuelas de la dictadura en su país y el universo femenino son algunos de los ejes de su obra. Ha obtenido numerosos premios y distinciones en Argentina y en ámbitos internacionales, entre los que se distinguen: Premio Novela del Fondo Nacional de las Artes; Lista de Honor de IBBY; Becas de Internationale Jugendbibliotek (Munich-Alemania) de la Secretaría de Cultura de la Nacion Argentina; Beca Anual para Proyectos Grupales de Creación del Fondo Nacional de las Artes, seleccionada para la Beca Writer in Residence/lBBY Congreso y Basel Literaturhaus; Premio Iberoamericano a la Trayectoria en Literatura Infantil/Juvenil SM/Mexico 2009; seleccionada por COFRA/Cancillería argentina como uno de los 45 autores a traducir en Frankifurt 2010, y Premio Hans Cristian Andersen 2012. |
Fuente: Portal UNC