El lunes 14 de diciembre se realizó el acto de cierre del ciclo lectivo 2015 y se entregaron las medallas de reconocimiento a los docentes y no docentes de la FFyH que se jubilaron este año.
“Estamos muy contentos de recibirlos, amigos, compañeros, para celebrar la finalización de este año que si bien cierra un ciclo académico institucional propio de la vida universitaria, es además un diciembre particular. Todavía repican en nuestros oídos y corazones los aplausos y emociones del sábado pasado en la Asamblea Universitaria donde con alegría y orgullo la UNC hizo justicia con una asignatura pendiente, una deuda histórica con Córdoba y con los hombres y mujeres que desde la vuelta a la democracia lucharon para que hoy sea una realidad: la creación de las Facultad de Ciencias Sociales y de la Facultad de Comunicación Social”, comenzó Silvia Lonatti, que desde hace unos años oficia de Maestra de Ceremonias en los actos de la FFyH.
Lonatti también hizo referencia a los resultados de las últimas elecciones nacionales y señaló que “los derechos conquistados serán el umbral hacia nuestro futuro, cada uno desde su lugar, aportando a que nuestra comunidad universitaria toda continúe afianzándose en los principios de la universidad pública y gratuita, democrática e inclusiva, en ese camino está el compromiso inclaudicable de esta Facultad de Filosofía y Humanidades, al decir de Benedetti, defendiendo la alegría”.
Antes del reconocimiento a los trabajadores docentes y no docentes que se jubilaron en 2015 y como homenaje, Emiliano Cosacov deleitó al público con su guitarra.
A continuación, Rodrigo Saguas, director del Área de Profesorados y Concursos de la FFyH, dirigió un mensaje para los jubilados no docentes. “Más que palabras de despedida, es justo en esta oportunidad reconocer el desempeño, compromiso e idoneidad con el que han desarrollado sus tareas a lo largo de varios años en nuestra Facultad. De todos ellos hemos aprendido no sólo cuestiones técnicas referidas a la administración, sino también lecturas acerca de lo que significa la educación pública y gratuita y el compromiso que debe asumir nuestro trabajo ene se sentido”.
“Transitar la vida y la vida laboral con estos compañeros ha dado lugar a un encuentro entre generaciones que ha posibilitado incorporar y desarrollar en los que hoy tomamos la posta, las más potentes formas de pensar y hacer la Universidad y nuestra Facultad”, añadió Saguas.
Después fue el turno de Ana Beatriz Flores, docente de la Escuela de Letras, que brindó unas palabras de reconocimiento (“que no es despedida”, aclaró) a sus colegas que acogieron el beneficio de la jubilación. “Para esta Facultad y este ámbito es mejor la palabra compañeros, quizás en un sentido previo a los usos políticos que se le han dado, empezando por el etimológico: aquellos con quienes compartimos el pan. Porque colega es aquel profesor que pertenece a la misma institución y que está bajo la misma ley, y que puede ser de otras Facultades. Pero un compañero es aquel con el que coproducimos, aquel que está al lado en nuestras actividades de la enseñanza, pero también en la elaboración de proyectos”.
“Esta Facultad ha propiciado a lo largo de su historia una participación activa y protagónica de todo aquel que quisiera tenerla. En ese sentido, el compañero es también el que comparte el trabajo con placer. Creo que es lo que hemos hecho todos y lo que seguimos haciendo”, prosiguió Flores.
Por último, el decano Diego Tatián indicó en su discurso que “el momento en que cerramos un año suele ser aprovechado para un recuento de lo que hemos hecho durante su transcurso, para tratar de exponer, en una forma resumida, lo que consideramos más relevante de todas las cosas realizadas”, pero que en este caso se refirió a algo “que excede a la Facultad, de lo que nuestro Consejo Directivo ha sido protagonista, y que ha hecho que la Universidad sea mejor de lo que era hasta la semana pasada”. “Me refiero a que desde el sábado contamos con dos nuevas facultades hermanas que sin duda van a significar una gran contribución democrática para Córdoba, además de permitir el estudio de la sociedad y de la comunicación a miles de chicos y de chicas que se ven atraídos por ese campo de las ideas”, señaló.
“Ha sido hermoso cerrar este año académico y político con la creación de facultades nuevas (siempre lo es que se produzca una creación, en cualquier aspecto de la vida), que en este caso el Consejo Directivo de Filosofía votó en pleno. Esta convergencia no es casual sino el resultado de una forma -que voy a llamar con una palabra simple- democrática en el tratamiento de los asuntos académicos, laborales y políticos por parte de los consejeros de los diferentes claustros y de las distintas agrupaciones a las que pertenecen. Con este hecho institucional de enorme trascendencia para la Universidad quiero en realidad destacar, y agradecer, el compromiso de todos los consejeros sin excepción de ninguno a lo largo de todo este año”, continuó.
Después, Tatián dedicó unas palabras a los docentes y no docentes homenajeados. “El tiempo que designamos con la palabra ‘jubilación’, después de los trabajos y los días, puede ser justamente el ‘tiempo recobrado’; la recuperación de una manera de experimentar el tiempo en la que ya no es necesario apurarse por nada. La posibilidad de perder el tiempo, otra vez, sin querer ganarlo, y así recobrarlo”.
“La jubilación, según la imagino, puede ser una posibilidad de recobrar el tiempo y una posibilidad de encontrarle sentido a las cosas, a las que sucedieron, a las que hicimos -sin saber en realidad qué estábamos haciendo- y a las que van a venir. La jubilación es un derecho al tiempo, un derecho que permite recobrarlo después de haberlo perdido en querer ganarlo (la vida es eso)”, subrayó el decano. “La Facultad, en tanto, seguirá su marcha. Pero no sin ustedes que desde hoy van a transitar el tiempo en otro lado y de otra forma (que desde hoy van a estar ocupados en recobrar el tiempo). No sin ustedes porque, a fin de cuentas, además de un conjunto de personas que la componen y que la habitan todos los días, una Facultad es un conjunto de trabajos, y el de ustedes durante tantos años ha quedado impreso en ella para siempre”.
Finalmente, Tatián, junto a la vicedecana, Alejandra Castro y la directora del Área Operativa, Mariana Saife, entregaron las medallas a los flamantes jubilados: Gladys Ambroggio, Judit Antonello, Martha Ardiles, Ana Inés Ferreyra, María Clemencia Jugo Beltrán, Dora Laino, Graciela Lascano, Antonia Esther Minguell, Danuta Teresa Mozejko, Maristella Mungi, Felisa Reisin, Marta Sagristani, Mario Simpson, Beatriz Solveira y María Teresa Toniolo.