Dossier «Desde Terezin hacia la memoria: tópicos de la guerra en la literatura destinada a la infancia»

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En Buchenwald, Jorge Semprún participa de alguna conversación con el músico Yves Darriet, quien le ofrece subirse a uno de los trenes de “repatriación” a París que, anunciaban que la guerra había terminado. Se preguntan cómo narrarían lo que sucedió, quién les creería. Conversan. Semprún dice: “Contar bien significa: de manera que sea escuchado. No lo conseguiremos sin algo de artificio, ¡el artificio suficiente para que se vuelva arte!” y en lo que sigue de la charla, otro sobreviviente se suma. Es un “universitario” de Estrasburgo, quien habla:

“-Me imagino que habrá testimonios en abundancia…Valdrán lo que valga la mirada del testigo, su agudeza, su perspicacia… Y luego habrá documentos, más tarde los historiadores recogerán, recopilarán, analizarán unos y otros, harán con ello obras muy eruditas… todo se dirá, constará en ellas… Todo será verdad… salvo que faltará la verdad esencial, aquella que jamás ninguna reconstrucción histórica podrá alcanzar,, por perfecta y omnicomprensiva que sea.

Los demás le miran, asintiendo con la cabeza, aparentemente sosegados viendo que uno de nosotros consigue formular con tanta claridad los problemas.

-El otro tipo de comprensión –dice este universitario-, la verdad esencial de la experiencia, no es transmisible o mejor dicho, sólo lo es mediante la escritura literaria…”

Este fragmento de la obra autobiográfica La escritura o la vida, ha sido citado muchas veces y de alguna manera muchas otras obras confluyen en este punto  en que la capacidad de narrar lo innombrable que atraviesa la vida de quienes sufrieron la Shoah  encuentra en la literatura ese “artificio” que le permite volverse verosímil y con ello, de alguna manera memoria.

La literatura para la infancia y la adolescencia reenvía a este punto donde se anuda la experiencia en lo narrable hacia la mirada de los niños y niñas, de los jóvenes.

¿Cómo la infancia logra percibir la guerra más allá –o a contrapelo- de los juegos, de los medios, de las imágenes despojadas de humanidad de muchos de los productos culturales a ellos destinados? ¿Son el soldadito de plástico, es el arma de juguete o el videojuego persecutorio una manera de vaciar de contenido estas guerras que sí existieron, que sí determinan hoy la humanidad?

La literatura ha tomado este tema desde los años 70, con la paradigmática novela de Judith Kerr Cuando Hitler se robó el conejo rosa. Luego, lentamente, comienzan a aparecer los libros sobre el Holocausto, sobre la guerra como concepto en el aprendizaje de la paz. Pero en Argentina, el estado de horror impide que lleguen a conocerse, mientras otros discursos –de la Junta Militar del Estado de Terror- usa la noción de guerra como justificativo para lo que sabemos que sucedió. La Literatura argentina tardó una década luego del regreso de la democracia para lograr narrar, peses a algunas obras que habían sido editadas pero no legibles por la crítica o por lectores masivos. La herida estaba abierta –sigue estándolo- pero sólo a partir de esta distancia temporal se pudo abrir  a un centenar de obras que nos narran. En la literatura para los niños y jóvenes, sólo hace unos años fue posible conformar un corpus en que guerra no fuera  dictadura,  recuperando así este tópico universal un lugar en las lecturas y en los contenidos de los aprendizajes ciudadanos, gracias a la literatura.

Por eso esta charla, esta lista y este dossier en el Fondo Malicha.

Terezin, un pueblo tomado por los nazis en 1940 rodeando la fortaleza que lleva su nombre, cercana a Praga, fue un “experimento” cruel en que las personas parecían vivir en un estado de excepción, en lo que fue la vida en los campos de concentración. Este, Terezin era también un campo de concentración, sólo que se levantó un orfanato en que un grupo de niños y niñas eran “cuidados” en un intento por hacerles olvidar la guerra, pero también y más precisamente, su origen, su lengua, sus padres, su memoria cultural judía o dejarles la idea de que estaban a salvo. Muchos, sin embargo, iban a los campos de exterminio, luego. Sólo regresaron cien entre 1500 niños y niñas, jóvenes. Este lugar, situado en una antigua fortaleza fue una escenografía que se creó para dar una imagen falsa de “buen trato a los judíos” ante la Cruz Roja, que fue de hecho en 1944 a visitarlo. Los niños hasta los 14 años podían tener una “escuela”, “aprender”, comer mejor, tener clases de música, aprender a cantar, un teatro. Falso decorado que encerraba el mismo horror y la misma muerte como destino común ante el exterminio planificado por el nazismo.

Una experiencia anterior es igualmente dolorosa: a comienzos del siglo XX, el genocidio armenio se extiende a la institución de orfanatos donde grupos de niños y niñas armenios sufrieron el sistema de borramiento de huellas identitarias, aquella de los juegos y de las canciones, de los nombres propios turquificados; empujados al olvido de los rostros paternos, de los relatos tradicionales, de su lengua materna. Otros, en cambio, se ocuparon de mantener esa memoria e identidad, entre ellos el de la misionera danesa María Jacobson, quien también tuviera la valentía de abrirlos durante la Shoah en Dinamarca. Orfanatos donde el genocidio pretendía quedarse a futuro. La humanidad pudo más, venció sobre este intento.

El libro que da lugar a esta reunión  Poemas y dibujos de Terezin, fue un rescate de carpetas en dos valijas que una mujer, Frield Diker Brandejsovà, recupera al levantarse el campo de concentración ubicado en Bohemia. El Museo de Praga lo conserva, ha sido traducido en muchas lenguas, sus ediciones de las década del 60 y 70 fueron mermando, siendo ahora ya casi un tesoro de coleccionistas. Aquí, en el legado de su biblioteca personal, Malicha conservó un ejemplar. Fue su descubrimiento, la fascinación que dos integrantes del equipo de trabajo –Liliana Menéndez como ilustradora y Adriana Vulponi como especialista en LIJ- sintieron al verlo como una puerta que se abre a la memoria de la Shoah. Por eso, luego de estar a resguardo en el Fondo, decidimos proponer este encuentro, verlo, ya digitalizado en una netbook de la Biblioteca, y acercarnos a un pasado en que la infancia en guerras habla de sí, para que otros guarden el recuerdo de lo vivido.

Porque las huellas identitarias no se borran nunca. Quedan en el cuerpo y en lo que cada ser humano expresa;  se recuperan, se recopilan y encuentran la literatura una manera de expresar el sentir, el vivir que todo niño y niña, todo joven instala en la sociedad y en el tiempo en que habitan. En eso, frente a la guerra, los tópicos que surgen en la literatura atañen a todas las particularidades, a todas las guerras en plural. Quienes crearon estos libros integran generaciones posteriores a la Segunda Guerra, o eran niños y niñas cuando sucedieron, o las vieron pasar desde la televisión, los diarios, ahora este internet que nos pone el horror en la cara a minutos de suceder.

¿Cómo explicar para ell@s la guerra? ¿Qué experiencias de lectura nos llevan a pensar la paz? ¿Qué recorridos por la memoria, familiar, cultural, podemos dar comienzo en niños, niñas y jóvenes?

Suny Gómez Coordinadora del Propale

Responsable del Fondo Malicha por parte de la LIJ


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Links de los autores participantes en la charla:

Alex Apella:
Escritora, encuadernadora, artista del libro. Oregon-Córdoba. Entonces el libro. / Después, la carta Síntesis del libro, por Alex:“Tres continentes, dos guerras, una familia.La reconstrucción de una historia verdadera a través de collages, poesía y testimonios.
Es un libro precioso –dijo–. Tenemos que quemarlo.Sobre el final de su vida, un hombre resuelve decir lo que ha callado durante décadas: tenemos que llorar, porque lo que nos pasó a nosotros, les pasó a millones de familias en todo el mundo. Fue una bomba que explotó entre nosotros, y quedamos desperdigados. Un ojo en Cuba, un hueso en Argentina, una mano en California, un pie en Connecticut, y otras partes en Israel y Canadá y Suiza.
El hombre ha callado en su nuevo mundo, y ante sus hijos, y ante sus nietos. ¿Lo ha callado dentro de sí? ¿Cómo se calla el río de la memoria? El hombre que ha callado recuerda, dice: La vida es como agua, lo limpia todo. Hasta lo más doloroso. La memoria, la memoria se va apagando. La palabra escrita no.Este libro es un viaje, hacia el pasado y también hacia el futuro. Hacia el pasado del futuro: la historia es como un niño que no puede volver al útero. Rebelarse es recordar. Recordar, para dar nombre. Eso nos dice Alex Appella: Ojalá tuvieran nombre todas las víctimas de los holocaustos que ocurrieron y que siguen ocurriendo.”www.alexappella.com/Nota en La mañana de Córdoba:Alex Appella: “No podría haber soñado con mejor destino …

www.lmcordoba.com.ar/…/157246_alexappella-no-podria-haber-sonad

Videos  sobre Entonces el libro en you tube:

Entonces el libro / Alex Appella Córdoba. Argentina – YouTube

www.youtube.com/watch?v=QfI4F2XK-_I

Entonces el libro por Alex Appella trailer – YouTube

www.youtube.com/watch?v=wsHdQtkR9z8

 

Perla Suez:Escritora argentina (Córdoba) nominada varias veces en el Whrite Ravens, en el Premio octogonal de París y en mención especial del Premio de Literatura Infantil José Martí. Autora de  Dimitri en la tormenta,  Memorias de Vladimir,  El árbol de los flecos Los tres pajaritos, El hombrecito de polvo, Lola, Un oso. En su obra para adultos, su Trilogía de Entre Ríos  fue merecedora del Premio de Novela Grinzane Cavour, Premio de Novela del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y Premio Nacional de Novela con  Humo Rojo y  El país del diablo es su última novela. Ha sido traducida a varias lenguas. Es Licenciada en Letras por esta Facultad.Sitio web de Perla Suez: www.perlasuez.com.ar/

 

Raúl Vidal:Escritor, psicoanalista nacido en Salta, vive en Córdoba. Autor de Elogio de la ceniza (2O04),  Pagué y salí (2006), Crónicas de los poetas desertados  (2007, 3º Premio Municipal de Literatura, poesía) y los ensayos  Locura y Horror (2010).Presentación del libro de ensayos en el Centro Anna Frank, CABA, 2010.http://www.eycpsicoanalisis.org/textos_texto.php?texto=36

Dora Zdekaverová (15.12.1932 – 16.10.1944)

Dora Zdekaverová (15.12.1932 – 16.10.1944). Terezin.


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