El Consejo Directivo de la FFyH convoca a docentes, estudiantes, nodocentes y egresadxs de la Facultad, así como a toda la comunidad cordobesa, a participar de la Marcha que se realizará el sábado 16 de septiembre, a las 17 hs, desde Colón y Cañada.
“A 47 años de la Noche de los Lápices, salimos a las calles en defensa de la educación pública y el CONICET, contra el ajuste, nuestros derechos no se privatizan. La libertad son tus derechos, la democracia es bandera”, señala la Declaración que se aprobó por unanimidad en la sesión del día 28 de agosto.
El 16 de septiembre se cumplen 47 años de La Noche de los Lápices, el operativo que llevó adelante el Batallón 601 del Ejército con la Policía Bonaerense al mando de Camps y Etchecolatz, en La Plata. Esa noche fue secuestrado un grupo de estudiantes, militantes, de entre 14 y 17 años, que había participado en la campaña por el boleto estudiantil gratuito en esa ciudad. En el año 1975 se había logrado conseguir ese derecho, pero en agosto de 1976, la dictadura lo suspendió. Identificaron luego a quienes habrían participado activamente de esa lucha, calificada como “actos de subversión”. Así consta en un documento de inteligencia titulado «La Noche de los Lápices», que años más tarde fue hallado en dependencias de la Policía bonaerense, en donde se describen las acciones que se debían emprender contra estos jóvenes, señalados por las fuerzas represivas como «integrantes de un potencial semillero subversivo».
El 16, Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro eran secuestradxs en la primera jornada del operativo. Todxs ellxs eran militantes de la UES. En tanto que el 17, los represores apresaban a Emilce Moler, también militante de la UES y Patricia Miranda, que estudiaba en el Colegio de Bellas Artes de La Plata. Cuatro días después caía en las garras de los represores, Pablo Díaz, militante de la Juventud Guevarista. El 8, una semana antes del operativo, también fue secuestrado Gustavo Calotti, quien compartió el cautiverio y las torturas como lxs demás compañerxs. Fueron conducidxs al centro clandestino de detención conocido como “Arana”, donde se lxs torturó durante semanas, y luego lxs trasladaron a destinos similares. Solo 4 de ellxs pudieron sobrevivir. Lograron su libertad entre 1978 y 1980, tras estar “a disposición del Poder Ejecutivo Nacional”: Gustavo Calotti, Emilce Moler, Patricia Miranda y Pablo Diaz.
“Este aniversario tiene lugar en un contexto clave para levantar sus banderas. Los resultados electorales de las PASO, que dieron como candidatxs más votadxs a Javier Milei y Victoria Villarruel, abren un panorama desafiante para la defensa de la educación pública y las libertades democráticas. Las declaraciones y propuestas de lxs referentxs de la Libertad Avanza constituyen un ataque en toda la regla: voucherización del sistema educativo, privatización del CONICET, restricción al derecho a la protesta, ataque a los derechos laborales y jubilatorios, cierre de ministerios y achicamiento del Estado”, continúa la Declaración y agrega: “Además, sostienen una postura negacionista del terror de Estado y pretenden clausurar las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Todas medidas que apuntan a pasar por encima de las conquistas históricas de años de lucha. La educación pública en todos sus niveles viene transitando años de desfinanciamiento, que repercuten en pésimas condiciones edilicias; precarización de lxs trabajadores de la educación que se ven obligadxs a llevar adelante medidas de lucha como los paros; recorte de derechos como se aprecia en el aumento desmedido del precio de las raciones del Comedor Universitario de la UNC que profundizan la elitización del acceso a la universidad; recorte de becas en el CONICET; entre otras consecuencias. Este panorama abre lugar a las propuestas de Milei y compañía que plantean medidas mercantilizadoras y privatizadoras como solución fácil a la crisis del sistema educativo. Bien sabemos con las experiencias de Chile o Suiza, que la voucherización de la educación no soluciona ningún problema, sino que profundiza la desigualdad en el acceso al sistema educativo, además de destruir los derechos laborales docentes”.
“Ante este panorama, urge que la comunidad educativa salga a las calles a reivindicar la memoria de lxs estudiantes secuentradxs, torturadxs y desaparecidxs, y levantar las banderas en defensa de la educación pública, el CONICET y las libertades democráticas”, concluye el texto.