La Escuela de Bibliotecología de la Facultad de Filosofía y Humanidades cumplió 50 años y realizó un acto de conmemoración el pasado 3 de mayo. “Los cambios tecnológicos y culturales nos han colocado en la puerta de un replanteo epistemológico de la disciplina”, destacó Marta Palacio, directora de la carrera.
Entre recuerdos y emociones, pero también con discursos para pensar el futuro de la Escuela de Bibliotecología, se llevó a cabo el lunes 3 de mayo, el acto conmemorativo del cincuentenenario de esa unidad académica de la FFyH.
El auditorio del Cepia estaba colmado. Muchos docentes, alumnos, egresados de la Escuela se dieron cita para festejar. También se encontraban presentes la Rectora de la Universidad Nacional de Córdoba, Carolina Scotto; la vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Documentación de la Universidad Complutense de Madrid (España), María Teresa Fernández Bajón; autoridades de la FFyH y tres egresados de la primera camada de egresados de la carrera.
Justamente, después de una emocionante presentación musical que combinó música y poesía, fue la apertura a través de las palabras de Gloria Edelstein, decana de la Facultad. “Los invito a quebrar la rutina cotidiana, para dar lugar a un momento de reflexión y reconocimiento, que permita mostrar lo realizado desde el esfuerzo de diferentes actores que, en el paso por la Escuela, dejaron alguna huella, memoria de lo logrado, proyecciones a futuro, invitación a imaginar nuevos horizontes”, señaló.
Y agregó: “Como otras escuelas de la casa, nacida de la mano de un oficio, avanza en dirección al desarrollo científico y profesional. Así, la propuesta formativa nos aproxima a un universo que entreteje saberes y conocimientos, con formación interdisciplinaria en el campo de las humanidades, que da cuenta simultáneamente del papel asignado en la formación de Bibliotecología”.
Por último, recalcó el papel que deben cumplir las bibliotecas y los bibliotecarios en una época de constantes cambios tecnológicos, como la que estamos viviendo. “Tienen mucho que aportar a la formación de ciudadanos de la cultura, para que puedan participar en un mundo cada vez más complejo. Las bibliotecas exigen profesionales especializados, sujetos con conocimientos de los materiales disponibles”.
Un novedoso horizonte
Después, fue el turno de la directora de la Escuela, Marta Palacio, quien se refirió a la situación actual de los estudios de Bibliotecología y su proyección a futuro. “Les propongo una reflexión sobre la cultura contemporánea y los cambios que están aconteciendo en la producción de saber científico, a fin de vislumbrar que efectos tiene sobre la bibliotecología y la documentación, tanto en sus saberes como en sus practicas profesionales”, comenzó su alocución Palacio.
A continuación, resaltó que en los estudios culturales ve abrirse “un novedoso horizonte para la investigación bibliotecológica”. “En cooperación con otros marcos y categorías epistémicos, puede dar cuenta de las nuevas exigencias del saber y en un mundo altamente tecnologizado, donde la información cumple un rol primordial, la cuestión clave es saber como acceder a ella”, dijo.
Asimismo, señaló que se debe romper con el estereotipo del bibliotecario como el “guardador de libros” y por eso hay que “repensar la currícula en la carrera”. “Los cambios tecnológicos y culturales nos han colocado en la puerta de un replanteo epistemológico de la disciplina. A 50 años de su creación, la Escuela de Bibliotecología se encuentra preparando el terreno para dar respuesta a la demanda local y nacional de formación superior universitaria en este dominio del saber académico, actualmente en vacancia”, finalizó.
En este sentido, un equipo interdisciplinario de docentes, organizó los primeros cursos de posgrado especializados en estas disciplinas y armó un proyecto académico para la ejecución de una carrera de Doctorado en Ciencias de la Documentación.
Emociones
Llegando al final, la Asociación de Bibliotecarios de Córdoba entregó una plaqueta conmemorativa y después se proyectó un video con fotografías de todos los que alguna vez pasaron por la Escuela. Allí, se pudieron ver a numerosos docentes, alumnos y egresados de estos 50 años.
Por último, la “maestra de ceremonias” Silvia Fois, presentó a Ana María Ríus Dover, egresada de la primera promoción de bibliotecarios de 1962 y que también se desempeñó como directora de la Escuela. Ríus Dover, a través de un viaje en su historia por la institución, rememoró algunos aspectos de la creación y vida de la Escuela.
Un poco de historia
La gestación de la Escuela de Bibliotecología se remonta al año 1958, mientras era Rector de la UNC Pedro León, cuando se elevó un proyecto que solicitaba la creación de una escuela destinada a formar bibliotecarios universitarios. La Facultad de Filosofía y Humanidades fue la encargada de elaborar su plan de estudios. El 3 de mayo de 1960, bajo el rectorado de Jorge Orgaz y el decanato de Adelmo Montenegro, se realizó el acto inaugural de apertura de la escuela.
En 1996, se realizó un importante cambio en el plan de estudios que introdujo modificaciones sustantivas a los planes anteriores, por cuanto extendió los estudios universitarios, a fin de incorporar el grado en la formación de los bibliotecarios quienes, a partir de ese año, pudieron obtener el título de “Licenciadoen Bibliotecología y Documentación”, y en adelante el título técnico pasó a denominarse “Bibliotecólogo”.
Hasta la fecha, la Escuela ha formado a más de 450 profesionales de la bibliotecología, quienes se desempeñan en diferentes tipos de bibliotecas: escolares, especiales, especializadas, populares, privadas y un largo etcétera, siendo reconocidos por su sólida formación y desempeño profesional. El aporte a la comunidad cordobesa de personal técnico cualificado en bibliotecas ha sido innegable y reconocido incluso en otras regiones del país.