Bosque disperso de Humanidades

A partir de la creación del proyecto “Bosque disperso de Humanidades” la Oficina de Graduadxs de la FFyH, junto con otras áreas de gestión de la Facultad, en particular el Área «Ambiente, Sociedad y Territorios» entrega en cada colación un ejemplar de árbol nativo a cada egresadx de pregrado, grado y posgrado. La finalidad es contribuir al cuidado del ambiente, eje muy importante para nuestra comunidad; a ello se suma la difusión de árboles nativos cultivados por el INTA, organismo público nacional que, tal como la universidad hoy, está siendo desfinanciado por las políticas del gobierno nacional. 

A continuación compartimos una breve descripción árbora por colación así como también textos literarios alusivos a los diferentes árboles. Si querés colaborar en la actualización del contenido escribinos a: graduados@ffyh.unc.edu.ar

Etiquetanos en instagram cuando plantes el árbol: graduadxs.ffyh, ffyh, AREA_AMBIENTE_FFYH, Ministeriodebioagroindustria, INTA_CIAP


2 Colación 2024: Entrega de ejemplares de  Algarrobo Blanco (Neltuma alba)

Es un árbol espinoso de 5-12 m de altura, con el tronco de 40-80 cm de diámetro, ramas y ramitas glabras. Uno de los aspectos más interesantes de la etapa de crecimiento del algarrobo joven es su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones ambientales. Durante este período, la planta es capaz de ajustar su tasa de crecimiento y la forma de sus hojas para optimizar la captura de luz solar y minimizar la pérdida de agua a través de la transpiración. Esta adaptabilidad le permite al algarrobo sobrevivir y prosperar en una amplia gama de climas y suelos.

Esta especie es capaz de resistir altas temperaturas, sequías prolongadas y suelos pobres en nutrientes.

Fuente: Digilio, A.P.L. y P.R Legname, 1966. Los árboles indígenas de la provincia de Tucumán. Opera Lilloana 15: 1-107. Tucumán, Argentina.

Cuidados

En general, se recomienda regar el algarrobo de forma regular durante su etapa de crecimiento activo, especialmente en los meses más calurosos del año. Durante este período, es importante proporcionarle suficiente agua para mantener el suelo húmedo pero no encharcado. Un riego profundo y espaciado puede ser más beneficioso que un riego superficial y frecuente, ya que promueve un desarrollo de raíces más profundo y resistente. Se sugiere regarlo cada 3 o 4 días.

Es esencial observar las señales que nos indica la planta para determinar cuándo y cuánto regar. Si las hojas comienzan a marchitarse o adquieren un tono amarillento, es posible que el algarrobo esté experimentando estrés hídrico y necesite más agua. Por otro lado, si el suelo se mantiene constantemente húmedo, puede ser un indicativo de un exceso de riego, lo que podría generar problemas de pudrición de raíces.

Esta especie arbórea requiere de una exposición directa a la luz solar, preferiblemente en áreas con al menos 6 horas de sol diario. Es importante asegurarse de que no esté sombreado por otras plantas o estructuras que puedan bloquear la luz.

Se debe evitar plantarlo en suelos mal drenados o con exceso de humedad, ya que esto puede provocar enfermedades y daños en las raíces. Por otro lado, es recomendable ubicarlo en espacios abiertos, lejos de construcciones o áreas donde pueda verse afectado por la contaminación atmosférica.

Fuente: https://plantaraices.com/como-plantar-algarrobo/

Algarrobo algarrobal

Algarrobo, algarrobal

Qué gusto me dan tus ramas

Cuando empiezan a brotar

Señal que viene llegando

El tiempo del carnaval.

Algarrobo, algarrobal

La vidala por la noche

Sale a cantar y a llorar

Con el tambor de la luna

Y el amor del carnaval.

Algarrobo, algarrobal

Cuando cantan los coyuyos

Me dan ganas de llorar

De puro gusto mi vida

Porque llega el carnaval.

(Juan Óscar Ponferrada – Lía Cimaglia Espinosa)


1 Colación 2024: Entrega de ejemplares de Quebracho Blanco (Aspidosperma quebracho-blanco)

Esta planta se conoce por sus propiedades medicinales, utilizadas por los pueblos originarios previamente a la conquista y colonización de nuestro continente. 

Es uno de los árboles nativos propios de nuestra provincia de Córdoba.  Los jesuitas que acompañaban a los primeros expedicionarios por tierras sudamericanas hicieron mucho uso de ella para combatir diferentes tipos de fiebres. Hacia el siglo XIX que llegó al continente europeo dada su reputación como planta  febrífuga. 

En los últimos años su consumo ha decaído por la suplantación con otras plantas y otros medios de la industria farmacéutica. Sin embargo, el quebracho, uno de los árboles más emblemáticos de nuestra región, está en peligro de extinción debido a la deforestación indiscriminada por la industria maderera.

Fuente: http://arborea.proyungas.org.ar/especie/57#/

Cuidados: 

Deberá regarse diariamente, en forma de lluvia fina manteniendo el suelo húmedo, pero sin formar charcos. Deberá protegerse de todo tipo de plagas, y hasta su desarrollo, de pájaros y roedores. También deberán combatirse las malezas que puedan aparecer.

Se recomienda, en su plantación,  optar por áreas con suelo fértil, de preferencia con un drenaje adecuado y una exposición al sol moderada. Evitar terrenos con presencia de piedras u obstáculos que puedan afectar el desarrollo de las raíces. Además, se puede añadir abono orgánico para enriquecer el suelo y facilitar la absorción de nutrientes por parte del quebracho. Se recomienda agregar una capa de material drenante en la parte inferior del hoyo donde se plantará el ejemplar, como gravilla, para evitar la acumulación de agua.

Rapsodia del quebracho volteado

A la orilla del camino

levantándose corpulento,

el tronco alto, duro,

de follaje fresco.

 

—¡Lindo quebracho!

Decían al verlo,

descansando a su sombra

los que iban al pueblo.

 

No pudieron voltearlo

ni el sacudón del furibundo viento

ni aquel inicuo rayo

que le partió una vez el pecho.

Pero un día llegaron al pago

unos forasteros

que con aviesas máquinas

al quebracho vencieron.

Por el pie lo aserraron

en inverso degüello,

y pareció venirse abajo

una columna del tiempo.

Los pájaros volaron

espantados al cielo…

y los criollos sollozaban

como ante un abuelo muerto.

En el rugoso tronco le encontraron

suave, una flor del aire, y en el hueco

que le abriera aquel rayo,

un gran panal de miel, dulce y secreto.

¡Lindo quebracho! Semejaba

carne de toro el pecho,

y había miel y flores en su entraña

como en el corazón de un hombre bueno.

¡Oh!, lección misteriosa,

la de este cuento,

la aprendí en mi terruño,

libro de Dios, abierto.

De Ricardo Rojas (1882-1957), La Victoria del hombre y otros cantos, Buenos Aires, Editorial Losada, 1951, p. 368-369.