Postales de una memoria colectiva que se construye entre todxs

La propuesta para conmemorar el 24 de marzo en 2023 implicó la organización de múltiples actividades organizadas por el Programa de Derechos Humanos en conjunto con varias de las Escuelas, Secretarías, Programas, el Museo de Antropologías de la FFyH y la Facultad de Artes. Una apuesta a trabajar las particularidades que la dictadura dejó en cada uno de estos espacios, y que confirma el compromiso institucional y político de la Facultad con una lucha que se resignifica año tras año.

Hacer memorias en cada espacio institucional, trabajarlas desde una mirada interdisciplinar, multiactoral, poniendo el foco en lo particular y en lo común, en lo específico y en lo general, contando, reflexionando, descubriendo cómo se vivió la dictadura en los distintos espacios que conforman la Facultad de Filosofía y Humanidades, una de las unidades académicas y políticas más afectadas por el proyecto aniquilador que si bien oficialmente comenzó el 24 de marzo de 1976 con el Golpe de Estado que derrocó a Isabel Perón, en Córdoba se había anticipado con el Navarrazo dos años antes.

La propuesta para 2023 fue bien diversa y se trabajó de manera conjunta entre las Escuelas, Programas, la Secretaría de Extensión, el Museo de Antropologías, con el Programa de Derechos Humanos de la FFyH como articulador de cada una de ellas, entre las que también se destacó una muestra co-organizada con la Facultad de Artes. Así, “Marzo, mes de la memoria”, se nutrió de iniciativas que ofrecieron mucho más que charlas y conferencias.

La primera de ellas fue la muestra “El 24 marchamos”, que en el hall del Pabellón Brujas inauguró una serie de afiches que incluye las distintas piezas gráficas diseñadas e impresas por los organismos de derechos humanos para convocar a las marchas del 24 de marzo, desde 1996 hasta las de 2019. “Esta muestra, que hacemos con la Facultad de Artes, nos ayuda a hacer memoria interdisciplinarmente”, dijo ese día Victoria Chabrando, Directora del Programa de Derechos Humanos de la FFyH. “Queremos que sea una muestra itinerante, durante todo el año, y poder trabajarla con las bibliotecas populares, las cátedras, los seminarios y con lxs estudiantes, con la idea de reconocer y visibilizar la lucha de los organismos (Abuelas, Madres, HIJOS y la Mesa de Trabajo) y poder coordinar con las instituciones educativas, transformado el dolor en lucha y vitalidad. Esta muestra es un ejemplo de cómo se fueron renovando los organismos y tejiendo con otras organizaciones e instituciones. Resignificar las memorias en cada contexto histórico es fundamental, porque los procesos de justicia fueron una conquista de lxs sobrevivientes y de toda la sociedad argentina”.

La muestra se pensó con el Programa de Biblioteca Populares de la Secretaría de Extensión FFyH, que coordinan Ximena Triquel y Andrea Bocco, y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Artes. Dicho Programa trabaja con las Bibliotecas Populares de la ciudad y la provincia de Córdoba brindando asesoramiento, apoyo y acompañamiento a proyectos que se desarrollan con el objetivo de fortalecer su rol como espacios dinámicos de producción e intercambio de conocimientos y de acción cultural y social.

César Marchesino, secretario de Extensión de la FFyH, valoró que el Pabellón Brujas pueda convertirse en un espacio para muestras, “ya que Filo y Artes son dos Facultades muy convencidas de trabajar la Memoria, la Verdad y la Justicia, es una tarea permanente que realizamos”.

De la inauguración también participaron la Decana Flavia Dezzutto y el Vicedecano, Sebastián Muñoz. “Estas imágenes son las de un caminar colectivo, representan una historia en común, de momentos cruciales, que es la lucha de todo un pueblo. No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos.  Acá están las imágenes del sueño emancipatorio y revolucionario de los compañeros”, dijo Dezzutto, en tanto que Federico Sanmartino, Vicedecano de Artes, también presente, destacó que “la memoria es una lucha que no se acaba, hay que aprender de estos carteles, de sus luchas, porque el significado que tiene son una respuesta a los discursos que hoy se escuchan desde ciertos espacios de derecha”.

Feminismos y Derechos Humanos

Marzo. Mes de luchas. Conversaciones en torno al 24M en la imaginación del futuro”, fue el nombre de la propuesta que convocó a un cruce activo entre los feminismos y la perspectiva de Derechos Humanos, en el marco de las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y el Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Ana Levstein y María Teresa Sánchez, docentes jubiladas de esta casa de estudios; la primera integrante del Programa de Derechos Humanos de la Facultad y la segunda abogada de Abuelas de Plaza de Mayo, protagonizaron una conversación clara y conmovedora sobre sus luchas por Memoria, Verdad y Justicia, y los modos en que la dictadura marcó sus cuerpos, desde el terror y la violencia. El género fue, entonces, un componente más en la especificidad de aquellas violencias. También contaron de sus gestos de resistencia, haciendo red con otras mujeres durante y después del terrorismo de Estado.

Ianina Moretti, coordinadora del Área de Formación en Género, Sexualidades y ESI de la FFyH, señaló que “el lenguaje apareció como campo de batalla, sitio activo donde se condensaron significantes que aún hoy prolongan efectos de la dictadura, al tiempo que habilita su resignificación, como tarea constante. Ana y Marité compartieron sus encuentros y reencuentros a lo largo de su trabajo en la universidad y fuera de ella, también como parte de la red que les permitió persistir en la apuesta de un futuro que pueda, una y otra vez, volver críticamente al pasado. Fue una invitación a recuperar una memoria colectiva y en movimiento, en el trabajo por un presente y un futuro más igualitario y habitable para todxs”.

Unos días antes, la Escuela de Filosofía y Humanidades realizó el taller “¿Qué pasaba en Filo en los ´70?”. En la Sala de Lectura de la Biblioteca de la FFyH, el taller trabajó sobre documentos y libros producidos por docentes y autoridades de la Escuela de Filosofía de esta Facultad durante los años de la última dictadura cívico militar. La actividad estuvo a cargo de integrantes del proyecto “Improntas de la dictadura en el campo filosófico de Córdoba» y contó con la participación de graduadxs y estudiantes que transitaron la vida universitaria durante la década de 1970.

 30400

El Museo de Antropologías fue otro de los espacios que organizó actividades en torno a la dictadura y el 24 de marzo. “30.400 Rescatando Memorias”, se llamó el conversatorio en el cual se presentó el Archivo de Historia Oral Travesti-Trans Laura Domique Pilleri «La Condesa» de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Del mismo participaron Ana Pipi Oberlin, auxiliar fiscal de la Unidad Especializada en Delitos de Lesa Humanidad de La Plata, Marzia Echenique y Carolina Boetti, coordinadoras del Archivo Travesti-Trans de Santa Fe, e Ivanna Aguilera, coordinadora del Área Travesti Trans y No Binarie de la FFyH, responsable de la organización junto al Programa de Derechos Humanos y el Museo de Antropologías.

“La creación de estos Archivos permiten reconstruir la historia de la población travesti–trans en Argentina», sostuvo Aguilera, quien agregó: “Nuestra idea es que este espacio sea también un disparador para que cada provincia trabaje en la construcción de un sitio propio donde se visibilicen nuestras historias de vida”. El trabajo del Archivo comenzaría con la puesta en marcha del proyecto “Vejeces Trans: Trayectorias y condiciones de vida de personas Travestis, Trans Adultxs Mayores de la Ciudad de Córdoba”. “Se trata de dar a conocer y poner en valor las trayectorias y condiciones de vida de personas travestis y trans adultas mayores de la Ciudad de Córdoba, teniendo en cuenta que esta población mayoritariamente no supera los 40 años de vida”, completó Aguilera.

Tejiendo memorias

“Textual/textil. Construcciones de memoria en torno al 24 de marzo”, se denominó la propuesta organizada de manera conjunta entre la Escuela de Letras, el Programa de Derechos Humanos de la FFyH, la Biblioteca “Elma Kohlmeyer de Estrabou”  y el Archivo Provincial de la Memoria.

Así, el “Taller de lecturas y tejidos: flores y niditos de memoria”consistió en tejer flores y círculos en crochet para acunar allí las imágenes en miniatura de lxs egresadxs y estudiantes de Letras desaparecidxs durante la última dictadura militar. Idea original de Carina Tumini, hija de Mónica Cappelli, estudiante avanzada de Letras Modernas que fue secuestrada y asesinada por los militares, el taller surgió el año pasado a partir del inicio del juicio de Mónica en Rosario. “El año pasado hubo varias acciones colectivas para instalar el juicio en Córdoba. Como acá se usan flores rojas para los juicios, no quería colonizar a los rosarinos con cosas nuestras. Entonces, una tía mía que es muy habilidosa le tejió un soporte a la última foto en la que estamos mi mamá, mi abuela y yo. De ahí surgió la idea del nidito. El prendedor de Córdoba fue mutando en estos niditos. Entonces lo que hice para llevar al juicio fueron estos tejidos con la foto pegada. Llevé distintos niditos. Ningún prendedor era igual a otro. Todos eran distintos, muchas mujeres que tejieron niditos”.

El taller contó con la coordinación textil de Marina Salas, estudiante de Letras y nodocente de la Facultad y que orientó en el arte de tejer. Contó además con la participación de Candelaria de Olmos y Soledad Boero (actuales Directora y Vice de la Escuela), un grupo de estudiantes de Letras y de otras carreras y Pacha, la abuela de las hijas de Carina que pertenece a un grupo de bordadoras de Córdoba.

Abuela, madre, hija

Otra actividad altamente emotiva fue la inauguración del Fondo Cappelli, en el que se homenajeó a Marta Zeballos de Cappelli. En la Sala de Lectura de la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Humanidades y Facultad de Psicología “Elma K. de Estrabou”, Silvia Fois, integrante de la Comisión de Homenaje Permanente a Trabajadores y trabajadoras desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado y Colectivo Basta Biblioclastía, Alejandra Nardi, docente en Escuela de Bibliotecología y Directora de OCA (Oficina de Conocimiento abierto), Miguel Candia, trabajador de la Biblioteca y Delia Caminotti, docente de la Escuela de Letras cesanteada en 1974 por la intervención militar post Navarrazo y amiga entrañable de Marta, rescataron el trabajo desarrollado por ella en la Biblioteca Córdoba, y fundamentalmente la tenacidad y dignidad de Marta por encontrar a Mónica Capelli, estudiante de Letras que fue secuestrada y asesinada por la dictadura en Rosario.

Con la participación de Carina Tumini, hija de Mónica, sus hermanxs, amigxs, compañerxs y otrxs familiares, la Escuela de Letras inauguró la muestra “Las lecturas de Mónica. Políticas y literatura en los ´70”, que se puede ver en el hall y los pasillos de la Escuela, y que fue organizada por  la Biblioteca “Elma K. de Estrabou”, la Escuela de Letras, el Programa de Derechos Humanos de la FFyH y el Archivo Provincial de la Memoria.

Previo a dicha inauguración, María José Sabo (docente de Literatura Latinoamericana I y II) Florencia Ortiz (docente de Enseñanza de la Literatura), y Soledad Boero, Vicedirectora de Letras, trazaron un perfil de los debates académicos y políticos de los años 60 y 70 –años en los que Mónica fue estudiante de la FFyH-, en tanto que su hija Carina compartió recuerdos de su madre y abuela, y el trabajoso camino transitado para que los asesinos de su madre fueran juzgados el año pasado en Rosario.

Memorias marcadas por la represión

La Escuela de Ciencias de la Educación propuso poner en diálogo dos temáticas o referencias: la conmemoración de los 40 años de democracia, y el saldo que nos ha dejado el retorno a la presencialidad en relación con las prácticas estudiantiles, la apropiación otra vez de los espacios públicos, el encuentro que habita nuestra Facultad, las discusiones políticas, las polémicas teóricas. “Quisimos recuperar, compartir, y pensar colectivamente los sentidos con los que denominamos a la década de 1970, las miradas en torno a un contexto de politización social, violencia política y respuesta represiva por parte del Estado, desde la especificidad de su impacto en el plano educativo, en general, y en la Escuela de Ciencias de la Educación en particular”, señala Guadalupe Molina, Directora de la Escuela. Para ello, organizaron dos actividades, la primera convocó a docentes de la Escuela de Ciencias de la Educación que fueron cesanteados en 1975, algunos además encarcelados o vivieron el exilio externo o interno, y en la segunda a estudiantes que cursaron la carrera durante la última dictadura, quienes no solo relataron aquella durísima experiencia, sino que pudieron escuchar los testimonios de quienes hoy estudian y habitan la Escuela en el marco de la democracia.

El panel del lunes, “El contexto educativo y la universidad antes del golpe. Clima de época, discusiones y lecturas que enriquecieron la formación. Experiencias docentes en la Escuela de Ciencias de la Educación”, se realizó en formato virtual y contó con la participación de Susana Barco, Alfredo Furlan y Gloria Edelstein. “Lxs panelistas hicieron hincapié en dos líneas: cómo fueron las vivencias de profes que fueron cesanteados siendo muy jóvenes en un  clima de mucha violencia e incertidumbre, pero también cómo recuperaron las lecturas y descubrieron un conjunto de autores de los que aprendieron mucho. Contaron cómo se leía a Vigotsky, Piaget, Gramsci, Freire, un mundo nuevo”, destaca Molina.

En otro trayecto de la charla, Furlán valoró la producción de algunos de esas profes cesanteadas, como Barco y Edelstein, o Justa Ezpeleta, nombres que fueron surgiendo como el de Susana Rodríguez. “Aquí  fue muy interesante las intervenciones de quienes eran alumnxs o estaban recién recibidas, como Nora Domínguez, Chela Herrera, Marcela Sosa y Nora Alterman, fue muy emotivo y conmovedor lo del lunes”, resaltó la Directora de la Escuela, quien coordinó el conversatorio con Alicia Acin.

La actividad del martes se centró en la vivencia estudiantil de ayer y de hoy. “Relatos de quienes fueron estudiantes en la dictadura, que contaron cómo convivían con la violencia, con el terror y el miedo a la muerte, con medidas de control de la policía o que narraban cómo era estudiar con un milico parado en la puerta de los pabellones, o autoridades de la Facultad que estaban armadas, como el interventor Ricardo Romero, el control que se hacía en los peinados, en la no posibilidad de hablar, de reunirse, o estudiar de memoria”, contó Molina. Frente a ese clima de opresión y oscurantismo, lxs estudiantes de aquellos años también narraron cómo se las ingeniaron para  resistir y encontrar espacios para leer o conversar de apuntes mimografiados, entre otras cosas.

En ese ida y vuelta en el tiempo, fue muy rico el momento en que lxs mismos estudiantes de la dictadura contaron cómo fue la lucha por la reincorporación de lxs profesorxs cesanteados, al conformar un colegio de graduadxs de Ciencias de la Educación para exigir la reincorporación. “Varixs estudiantes se emocionaron al escuchar e inscribir sus luchas en el presente, generándose contrastes muy interesantes. Por ejemplo, Liliana Abrate contó que el bosquecito de la Casa Verde era oscuro, un lugar de temor del cual había que salir muy rápido, y lxs chicxs de hoy compartieron cómo ese mismo bosquecito era y es un espacio de encuentro, de fiesta, de charla, de estar, de reunión”, dijo Molina.

“Otro contrapunto giró en torno a los apuntes: lxs estudiantes del 70/80 se encontraban en algún lugar oculto a leer algún apunte amarillento, y lxs estudiantes de hoy tienen becas de apuntes y se distribuyen de manera gratuita, teniendo la posibilidad de hablar, de opinar, algo totalmente prohibido en la dictadura, cuando estudiaban de memoria lo que los profes querían o estaban sometidos al tema de la religión, había mucha carga religiosa dogmática en las propuestas de enseñanza de aquellos años. La verdad que fue muy interesante el intercambio”, concluyó Molina.