H.I.J.O.S. 30 años por Memoria, Verdad y Justicia

El Consejo Directivo de la FFyH declaró de interés institucional el surgimiento de esta organización que en medio de la impunidad judicial de los años 90 instauró los escraches a los genocidas para renovar la lucha iniciada por Familiares, Madres y Abuelas, sistematizó archivos de militantes políticos, fue clave en la fundación de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos, participó en la búsqueda de desaparecidxs en el Cementerio San Vicente y es una referencia ineludible de trabajos educativos y académicos sobre la Memoria.

A solicitud del Programa de Derechos Humanos, en coordinación con el equipo de la materia optativa de DDHH de la Facultad de Filosofía y Humanidades, el Consejo Directivo declaró de interés institucional el aniversario de 30 años de la organización de Derechos Humanos H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad, la Justicia, contra el Olvido y el Silencio).

Esta organización fue creada el 14 de abril de 1995 por un grupo de jóvenes hijos e hijas de militantes políticos que fueron desaparecidos, asesinados y perseguidos por razones políticas por la última dictadura cívico militar, que se congregaron en el campamento de San Miguel, cercano a las localidades de Río Ceballos y Salsipuedes, a partir de una convocatoria de integrantes del Taller Julio Cortázar.

Entre los argumentos del reconocimiento institucional, se destaca que H.I.J.O.S. “impulsó un modo de construir políticamente que marcó un antes y un después en una década marcada por la impunidad a los crímenes de la dictadura”, ya que luego de las condenas a los comandantes en el Juicio a las Juntas Militares de 1985, se aprobaron las leyes de “Punto Final”, “Obediencia Debida” y posteriormente los indultos del Presidente Menen, que clausuraron los procesos de juzgamiento a quienes eran investigados por delitos de lesa humanidad o habían sido condenados por sus atrocidades.

“H.I.J.O.S. fue responsable de crear los escraches, un modo de dar a conocer quiénes fueron los responsables del terror de Estado en una sociedad silenciada por el miedo y el neoliberalismo. Por entonces, la organización continuó la búsqueda de Justicia desde el legado de Madres y Familiares a través del “Juicio y Castigo”, sus acciones en los juicios por la verdad fueron clave para los juicios de crímenes de lesa humanidad”, destaca la resolución.

Otro de sus aportes fue que el Área de Investigación y Legales de la regional Córdoba creó la base de datos PRESENTES para la sistematización de toda la información disponible de víctimas de esta provincia, que luego fue donada al Archivo Provincial de la Memoria para el trabajo de investigación de los tres Espacios de Memoria de Córdoba.

El texto señala que la organización fue la que abordó públicamente “la Memoria de lxs 30.000 como militantes políticos, responsables e integrantes de organizaciones políticas, político-militares y sociales que lucharon por la transformación radical de una sociedad desigual”, definición que hasta entrados los años 2000 no era aceptado por amplios sectores sociales. “También amplió las alianzas en las luchas a través de la creación de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos, espacio en el que confluyeron distintas organizaciones gremiales, estudiantiles, sociales de la provincia de Córdoba, así como la propia Facultad de Filosofía y Humanidades. La demanda de Verdad, estuvo marcada por la búsqueda de sus hermanos apropiados, generando líneas de trabajo junto a Abuelas de Plaza de Mayo. Y también por la búsqueda de los cuerpos de sus familiares asesinados”.

Entre sus otros aportes al Movimiento de Derechos Humanos, en Córdoba la agrupación participó en señalizar el cementerio de barrio San Vicente como una zona clave en donde se sabía que había existido una fosa común con cuerpos de personas desaparecidas. “Durante los primeros años de la organización visibilizaron a través de acciones mediáticas el lugar para – posteriormente- aportar y trabajar conjuntamente con el Equipo de Antropología Forense en el descubrimiento de la fosa en 2003. A su vez, con acciones como las caminatas a La Perla o el escrache frente al D2 y los trabajos en la zona de la Quinta en Campo de La Ribera, dieron a conocer donde funcionaron los lugares del terror para luego proponerse como objetivo fundamental la conquista de esos Centros Clandestinos de Detención como Espacios para la Memoria”.

Además de aportar a la creación de políticas públicas de Memoria en la provincia y la nación, H.I.J.O.S trabajó desde la “Pedagogía de la Pregunta», inaugurada en los años ´90 en talleres en escuelas, junto a espacios educativos -formales y no formales.

“Por todo lo señalado, académicamente ya reconocido por producciones específicas de nuestra Facultad, que dan cuenta de la importancia de esta organización como constructora de políticas de Memoria, Verdad y Justicia, oportunamente destacada con el Premio José María Aricó al compromiso social y político entregado a Silvia Di Toffino -una de sus fundadoras-, es que resulta fundamental reconocer el aporte por la Memoria, Verdad y Justicia de H.I.J.O.S., a través de la celebración de sus 30 años de lucha”, señala la resolución, que cierra con las palabras de la propia organización: “son 30 años de contar la historia personal conjugada en plural. Somos. Mientras seguimos buscando. A quienes todavía son y a quienes se quedan para siempre. 30 años de irreverencia ante lo imposible. Nos vieron escrachar, marchar, cantar, bailar, perder, levantarnos, seguir, buscar, encontrar, sumar banderas. 30 años que hacen que la Memoria también sea una palabra incómoda, como el escrache. Porque no está cerrada, porque no está perdida, pero tampoco resuelta. Pensar a la Memoria como algo del pasado es negar que la historia sigue teniendo sus causas urgentes”.

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Fotografía de portada: Graciela Gambino