Adiós a un intelectual de los que ya no quedan

Oscar del Barco falleció el domingo 2 de junio de 2024 a los 96 años. Fue docente de la Facultad de Filosofía y Humanidades antes del golpe militar de 1976 y durante su regreso al país a la vuelta de la democracia. Se destacó como ensayista, poeta, crítico, editor, investigador y artista plástico.

Oscar del Barco nació el 5 de enero de 1928 en Bell Ville, provincia de Córdoba. Durante la década del 60 integró del equipo editor de la revista “Pasado y presente” y militó en el Partido Comunista, del que fue expulsado en 1963 junto con José María Aricó y Héctor Schmucler por su postura crítica hacia la Unión Soviética.

Tradujo e introdujo tempranamente en la Argentina los textos de Antonin Artaud, Georges Bataille, el Marqués de Sade, Maurice Blanchot, Jacques Derrida, Rolland Barthes, Julia Kristeva y Louis Althusser.

Del Barco obtuvo la Licenciatura en Historia  de nuestra Facultad en 1960. En 1963 ingresó como profesor adjunto interino en la cátedra Introducción a los Estudios Históricos. En febrero de 1976, fue cesanteado de su cargo funciones como profesor adjunto de la cátedra de Introducción a los Estudios Históricos de la Escuela de Historia, que había rendido por concurso en 1972, por decisión del decano normalizador Carmelo Felauto. Se exilió en México, donde se desempeñó como director del Centro de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Autónoma de Puebla y dirigió la revista Espacios. Allí publicó tres obran que exploran los escritos marxistas desde una perspectiva heterodoxa: “Esencia y apariencia en El Capital”, “Para una crítica de la teoría y la práctica leninista” y “El otro Marx”.

En su retorno a Córdoba con la democracia, se reincorpora como docente en la Facultad de Filosofía y Humanidades como profesor titular de la cátedra Teoría Política de la Escuela de Historia y profesor de Filosofía Política en la Escuela de Filosofía. También fue coordinador del Área de Filosofía del Centro de Investigaciones de la FFyH entre 1991 y 1992. En el CIFFyH codirigió la revista “Nombres” y se jubiló como docente de nuestra Facultad en 2001.

En su extensa obra, publicó más de 20 libros de ensayos políticos, filosóficos y poesía. Se excusó de recibir el Premio “Kónex” en 2014 y fundamentó sus motivos ideológicos en una carta al jurado que lo eligió. Como lo publica Demián Orosz en una nota en el diario La Voz del Interior, Del Barco no estaba de acuerdo que ese reconocimiento se otorgara sólo a intelectuales y “no a obreros, enfermeras, empleados, albañiles, empleadas domésticas”. Señalaba además que bajo ningún punto de vista podía compartir premios “que se les han concedido a personajes como Amalia Fortabat, quien fuera cómplice de la dictadura militar genocida de nuestro país, a Mariano Grondona y otros de los que no conozco sus posiciones respecto de dicha dictadura”.

Otro momento polémico fue  cuando en 2004, después de leer en la revista cordobesa La Intemperie una entrevista a Héctor Jouvet, en cuyo relato se recordaban los fusilamientos de los jóvenes militantes Adolfo Rotblat y Bernardo Groswald, asesinados en 1964 por sus propios compañeros, integrantes del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), Del Barco escribió una carta en la que se asumía responsable de esas ejecuciones y reclamaba una revisión de las convicciones revolucionarias que terminaron en muerte. La mayor parte de la polémica, expresada en nuevas cartas, columnas y ensayos, se recogió en 2007 en el libro “No matar. Sobre la responsabilidad”, que reunió más de 40 intervenciones escritas a partir del texto de Del Barco.

Inquieto por naturaleza, también desarrolló una carrera como pintor. Sus obras fueron exhibidas por primera vez en 2008 en el Centro Cultural España Córdoba y luego en el Museo Evita-Palacio Ferreyra. Sin embargo, nunca dejó de lado la escritura y publicó en los últimos años “Alétheia” (2020) y, en 2022, “Un resplandor sin nombre (Tercero Incluido)”.