El 4 de agosto comienza en la Biblioteca Córdoba el “Seminario de Lectura de diálogos platónicos. Alcibíades y Gorgias”, coordinado por Ramón Cornavaca y dictado por Valeria Secchi, Cecilia Fernández Rivero y Héctor Lascano. La actividad es gratuita y es organizada por la Secretaría de Extensión de la FFyH.
“Tenemos muchas expectativas porque es la primera vez que lo hacemos, es para un público universitario y no universitario. Se pretende llevar lo que nosotros trabajamos a un ámbito más amplio, teniendo en cuenta aspectos políticos de la obra de Platón”, indica Cornavaca.
La propuesta tratará de acercar a los participantes un modo de lectura de los diálogos. Se intentará articular una temática de relevancia actual, como la construcción de ciudadanías e identidades multiculturales, recuperadas como procesos de integración de las distintas etnias en doscientos años de historia argentina.
En ese sentido, la extensa obra de Platón sigue ofreciendo puntos de referencia insoslayables para pensar y enriquecer la discusión que se entabla en la convergencia de política, democracia y libertades en el marco del Bicentenario.
El seminario se estructura según los dos diálogos platónicos seleccionados “Alcibíades o de la naturaleza del hombre” y “Gorgias o de la Retórica”. Con el bicentenario argentino se relaciona en un doble sentido. “En primer lugar la reflexión sobre el sentido de la ley, el sentido de la educación en una comunidad organizada para que se traten de conseguir los objetivos e ideales siempre estuvo presente en la obra de Platón. Por otro lado, hoy se siguen planteando cuestiones que de algún modo estuvieron desarrolladas en la antigua Grecia, en otro contexto por supuesto, pero que en el fondo son cuestiones fundamentales, por ejemplo el tema de la libertad, o el sentido de la ley. La preocupación constante de Platón es vislumbrar la posibilidad de una ciudad justa, con la convicción de que si sucede esto se da también la condición de la posibilidad de la felicidad de los individuos”, finaliza.
A mediados de la década del 90, un grupo de docentes e investigadores, principalmente de la Escuela de Letras, comenzaron a reunirse para estudiar la obra de Platón. “Hemos seguido en esa línea durante todo este tiempo, con algunas variantes. Algunos años exploramos otras áreas, pero mantuvimos el centro de atención en la obra de Platón porque nos parece muy significativa”, señala Ramón Cornavaca, docente de las cátedras Filología Griega I y II y director del proyecto Philía, diálogo y conocimiento. Proyecciones a partir del tratamiento platónico de la amistad y sus implicaciones en los ámbitos educativo, político y cósmico, radicado en el Centro de Investigaciones de la FFyH.
“La obra de Platón fue un hito importante porque ha sido constantemente releída y asumida por autores posteriores, tanto en el campo de la literatura como en el de la filosofía y en el de las artes”, explica Cornavaca sobre la trascendencia de los textos de este autor griego, que vivió entre el 428 y el 347 antes de nuestra era. “Por una parte, Platón tiene una especie de caja de resonancia del pasado griego clásico, con Homero, la lírica, la tragedia y la sofistica. Las líneas fundamentales, las grandes creaciones del género griego preclásico y clásico, de algún modo, repercuten en Platón. Es un gran receptor de todo el pasado griego y a la vez lanza la rueda hacia adelante porque las influencias de su obra, y por supuesto de su discípulo Aristóteles, pueden verse en todo el campo de las artes”, dice.
La vigencia de Platón
Los textos de Platón tienen más de 2400 años y, sin embargo, todavía se pueden ver nuevas impresiones en todas las librerías de la ciudad, se siguen vendiendo y se siguen leyendo. “Es un poco paradójico, porque algunos se preguntan para qué nos vamos a ocupar de textos tan viejos, cuando los problemas de hoy son muy distintos de los de la edad antigua, para qué nos vamos a ocupar de ese pasado tan remoto. Pero lo curioso es que apenas uno se pone a estudiar los textos clásicos, empieza a descubrir que ellos se encontraron con cuestiones fundamentales que hacen a la condición humana, que va variando, pero que hay cosas que están siempre presentes, por ejemplo el valor que se le asigna a la amistad en los textos clásicos”, dice Cornavaca con respecto a esta permanencia en el tiempo.
“Platón de algún modo era consciente de que su obra iba a ser leída, que su pensamiento iba a ser recibido por un buen tiempo. Con él aparecen por primera vez en la historia del pensamiento la preocupación por la recepción. El mismo Platón se encarga en su obra de dar pistas o claves de lectura”, señala.
Además, en los campos de la filología (la ciencia que estudia los textos antiguos) y de la historia de la filosofía antigua, se hacen investigaciones y “descubrimientos” constantemente. “Un mismo autor se ve desde otras perspectivas, se descubren nuevas aristas para el pensamiento de la obra, se encuentran nuevos testimonios, como los papiros. Siempre aparecen novedades en cuanto al enfoque y se atiende a esos viejos textos desde otras perspectivas. Lo valioso de esos textos es que todavía dan para más y admiten relecturas”, explica el investigador.
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