Recuperemos La Gota

El lunes 21 de agosto, la noticia del incendio que asoló la vegetación de la plazoleta “La Gota” llenó de tristeza y profunda indignación, especialmente a toda la comunidad universitaria. Las autoridades de la FFyH manifestaron su repudio y acompañarán las acciones que desde la UNC se realicen para esclarecer el hecho.

El decano de la FFyH, Juan Pablo Abratte y la vicedecana, Flavia Dezzutto, invitan además a recuperar este espacio verde vital y, sobre todo, a sostener como política educativa acciones mancomunadas entre las distintas unidades académicas que generen un mayor cuidado y preservación de nuestros espacios abiertos y medioambiente, como patrimonio ecológico y urbano de todos. 

La plazoleta “La Gota” es un predio ubicado sobre la calle Medina Allende de la Universidad Nacional de Córdoba, que había sido forestado con una significativa variedad de árboles, arbustos, plantas, hierbas y pastos autóctonos, destinado a promover el cuidado del medio ambiente y, sobre todo, a revalorizar la diversidad de especies que conforman la trama de nuestro Bosque Nativo.

Un grupo interdisciplinario de ambientalistas universitarios y geógrafos de la Facultad de Filosofía y Humanidades habían participado de manera activa en este proyecto desde el año 2010, desarrollando diferentes actividades educativas tendientes a generar conciencia hacia la preservación de la flora y fauna local, que son parte de nuestro habitad y patrimonio colectivo.

Una formidable aula a cielo abierto

Por Alejandra Castro (*)

Una gran pena e indignación me produjo enterarme que se había quemado la plazoleta La Gota. En esa plaza se conservaban una diversidad de especies nativas de nuestra región. Cuando en el año 2010 el Honorable Consejo Superior de la UNC aprueba por unanimidad el Programa de Políticas de Gestión Ambiental Sustentable para la UNC -Resolución Nº 1277/10-, a instancias del rectorado que había convocado a trabajar para esa propuesta a especialistas en ambiente de la Facultad de Filosofía y Humanidades, junto a otros muchos universitarios, nos alegramos y estábamos convencidos que se estaba dando un importante paso, que implicaba el ingreso del cuidado del ambiente a la agenda de cuestiones que importaban a la Universidad Nacional de Córdoba.

Como consecuencia de esa decisión, durante los años 2011 y 2012, se tomaron varias medidas en la dirección del cuidado ambiental. Surgió así, la creación de la Unidad de Gestión Ambiental con participación de las unidades académicas, la creación del programa Gestión de Áreas Verdes en el ámbito de la Secretaría de Planeamiento Físico de la UNC, más el desarrollo de un Plan Maestro para la Reserva Natural Vaquerías, entre otras importantes acciones.

En esos años se acercaron muchos profesores, estudiantes y no docentes a colaborar, proponer y a sumarse a las acciones previstas. Uno de esos profesores fue el Dr. Daniel Reninson con otros ambientalistas pertenecientes al Colectivo por el Bosque Nativo que propusieron cuidar y trabajar en la plazoleta La Gota. Durante años, se dedicaron a cuidar, plantar y sembrar en ese espacio de ciudad universitaria. Colocaron carteles con los nombres de las especies nativas y trabajaron en forma voluntaria durante cada fin de semana para preservar ese pedacito de bosque nativo en nuestra querida universidad.

Cuando me enteré del incendio y de la destrucción de la plazoleta y todo lo que había en ella pensé en dos cosas. Una de ellas, el ejemplo que había significado el trabajo articulado y cooperativo entre quienes toman decisiones y proponen políticas públicas, en este caso el HCS en políticas ambientales, y los grupos interesados en la temática que se asumen como actores activos y proponen, discuten, exigen y trabajan en proyectos comprometidos en defensa del ambiente y su preservación. Estos actores y grupos son fundamentales a la hora de sostener esas políticas antes los cambios de las gestiones universitarias.

La otra cuestión que pensé fue que la pérdida de esa vegetación y el daño producido con el incendio en esa tierra, era una pérdida para todos los universitarios y los vecinos de la zona, no sólo para quienes habían sido los autores y los cuidadores de la plazoleta.

Todos perdimos una formidable aula a cielo abierto, la posibilidad de aprender sobre especies nativas y bosque nativo en el recorrido propuesto por los profesores y alumnos que hacían ese lugar.

Estoy segura que muchos universitarios y vecinos están dispuestos a comenzar de nuevo con el bagaje de ese valioso camino ya recorrido.

(*)Doctora en Ciencias de la Educación de la FFyH-UNC

[23/08/2017]

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