Crónicas extensionistasPrácticas Integrales

“Una escapadita al aprendizaje divertido”: un proyecto integral 5 estrellas

Esta crónica recupera la visita de acompañamiento territorial que realizamos desde la Secretaría de Extensión de la FFyH-UNC a uno de los proyectos seleccionados en la Tercera Convocatoria de Proyectos Integrales, lanzada en julio de este año. La propuesta, titulada formalmente “Palabras en juego. Talleres de literatura y alfabetización”, se desarrolla en la IPEM N° 338 Dr. Salvador Mazza, en el barrio Marqués Anexo.

A las 9:00 en punto estábamos estacionando frente a la escuela. En la puerta ya estaba Lucía Beltramino, una de las responsables del proyecto, bajando cajas del auto con esa mezcla de apuro y entusiasmo que anticipa una jornada especial. Minutos después llegó otra compañera para sumarse a la descarga: papeles, afiches, materiales para la dinámica de cierre, torta y jugo para compartir el desayuno.

Fotografía: Área de Comunicación de la Secretaría de Extensión (FFyH-UNC)

Entrar a la escuela siempre tiene algo de ritual: un primer saludo con el vicedirector, el ruido de los pasillos, las puertas abiertas a un patio donde un grupo de chicos y chicas jugando al básquet. En el aula donde se desarrolla el taller ya se notaba la efervescencia: personas recortando estrellas de colores, otras pegaban afiches en la pared, algunas ordenaban las bitácoras, que se venían completando desde agosto.

Fotografía: Área de Comunicación de la Secretaría de Extensión (FFyH-UNC)

Y entonces unos veinte chicos y chicas, de alrededor de quince años, entraron al aula, como un remolino. Risas, mochilas, voces cruzadas, saludos, pasos rápidos. Ahí, exactamente, empezó el verdadero ritmo del taller.

Hace rato que quienes integran este proyecto, un grupo de docentes, estudiantes y egresadxs de la FFyH, se vinculan con el IPEM N°338. El vínculo se remonta a 2019, cuando comenzaron a trabajar en el territorio en el marco de investigaciones doctorales en educación y antropología. Con los años, ese trabajo se transformó en presencia cotidiana, en conocimiento mutuo.

En 2024, la escuela convocó a ese equipo de trabajo para pensar juntxs una preocupación que se hacía sentir en las aulas: las dificultades en los procesos de lectura y escritura en los primeros años de la secundaria, atravesados además por la intermitencia en la asistencia. La percepción compartida era clara: esa situación afectaba tanto la apropiación de saberes escolares como la posibilidad de involucrarse en las actividades diarias y sostener aprendizajes colectivos.

Fotografía: Gentileza del proyecto “Palabras en juego. Talleres de literatura y alfabetización”

De esas conversaciones, de ese diagnóstico participativo y de la decisión política de intervenir desde la extensión, nació este proyecto: una propuesta colaborativa, situada, con actividades fuera de la lógica áulica y de “apoyo escolar”, que busca potenciar los vínculos entre las instituciones y las personas. 

El taller se propuso entonces promover el diálogo de saberes entre la comunidad universitaria y la comunidad escolar, potenciando la práctica extensionista a través de un trabajo colaborativo con docentes y el equipo directivo, con el propósito de contribuir al fortalecimiento de los procesos de lectura y escritura de estudiantes del Ciclo Básico del IPEM y garantizar su derecho a la educación. 

Fotografía: Área de Comunicación de la Secretaría de Extensión (FFyH-UNC)

Esta tarea se vio allanada gracias a que el equipo directivo, las preceptoras y docentes tienen una extensa trayectoria en la institución y conocen en profundidad las dinámicas escolares, las condiciones de vida del estudiantado y los desafíos que atraviesan sus trayectorias educativas. El proyecto se edificó en el diálogo permanente con estos actores, reconociendo y valorando sus saberes, experiencias y modos de habitar la escuela. 

La propuesta se centró en talleres con estudiantes de primer, segundo y tercer año del nivel secundario, convocadxs por la escuela según las necesidades identificadas. La participación fue voluntaria y abierta. 

El día del cierre: estrellas y sentidos

En el viaje de vuelta a la Secretaría de Extensión ubicada en el pabellón Casa verde de Ciudad Universitaria pensábamos que este proyecto logra alejarse de los modos de trabajo “tradicionales” que la escuela propone para abordar las prácticas de lectura y escritura, ponderando otros modos de trabajo en relación a lo colectivo, las historias de vida y distintas problemáticas sociales que atraviesan los y las jóvenes. La organización de los talleres está muy centrada en el hacer, lo que posibilita la creación de productos (como la bitácora) pero también de procesos, reflexiones e intercambios. 

Fotografía: Área de Comunicación de la Secretaría de Extensión (FFyH-UNC)

“Palabras en juego” recurre a múltiples disciplinas y prácticas artísticas (ilustración, producciones audiovisuales, literatura infanto juvenil, encuadernación y producciones gráficas, escritura de cartas, etc.) lo que favorece las condiciones necesarias para configurar un entorno de confianza, creatividad y diálogo que favorece la expresión tanto oral como escrita y el reconocimiento de la palabra del otro.

El encuentro que visitamos fue el número 11 del trayecto, el de evaluación y cierre. Y tuvimos suerte: la dinámica del día consistía en calificar las distintas actividades del taller con estrellas. 5 estrellas si había sido buenísimo, 1 estrella si la experiencia no había gustado tanto.

La primera jornada en que se renombró al taller y además se le confeccionó un logo había obtenido 4 estrellas. La fabricación de las bitácoras, en cambio, se había llevado 5. También el viaje al Colegio Nacional de Monserrat. Esta última fue la jornada favorita sin dudas: el viaje al Monse en el colectivo de la UNC, los «Cicerones» -estxs estudiantes devenidos en guías turísticos escolares- que los recibieron, la fuente del patio, el edificio.

Fotografía: Gentileza del proyecto “Palabras en juego. Talleres de literatura y alfabetización”

Ese día, el miércoles 26 de noviembre, cada chica y chico recibió la bitácora que se fue completando durante el taller: dibujos, fotos, palabras…La materialidad del aprendizaje ahí, entre las manos.

Leer, escribir, reunirse: el marco que sostiene el hacer

El proyecto se sostiene en una mirada pedagógica que recupera a Paulo Freire y su concepción de la educación como práctica emancipadora. Leer y escribir no como técnica, sino como acto de libertad. La relación entre educador y educando como diálogo, como producción de sentido, como posibilidad de reconstruir el mundo desde la palabra.

Fotografía: Gentileza del proyecto “Palabras en juego. Talleres de literatura y alfabetización”

Quienes integran el proyecto entienden a la escuela como un espacio complejo, social e históricamente situado. Por eso se alejan de explicaciones simplistas que reducen la complejidad y producen intervenciones centradas en el “estudiante-problema”. En cambio, proponen recuperar la potencia de la escuela como espacio de lo común, de lo colectivo. Las perspectivas sociohistóricas y culturales los ayudan a mirar más allá de lo individual, a comprender que lxs jóvenes aprenden desde sus condiciones de vida, sus experiencias, sus trayectorias, sus modos de sentir.

Y al mismo tiempo, el trabajo articulado entre las cátedras, los equipos de investigación educativa y los diversos representantes universitarios que forman parte del equipo de este proyecto integral resulta potente para analizar críticamente aquello que sucede ahí, en esa escuela singular, con esos chicos y chicas, asegurando una constante reflexión en torno al trabajo extensionista y, al mismo tiempo, abonando a la formación de estudiantes de grado y posgrado, fortaleciendo sus propias trayectorias y las del campo educativo, como así también apostando a la integralidad de funciones. 

Qué gustó más, qué gustó menos

La jornada se volvió un gran repaso del recorrido donde se asignaron estrellas a cada actividad: la lectura del “Diario de Dante” —un cuento sobre un niño que viaja con la imaginación— recibió 3 estrellas. La visita al Colegio Nacional de Monserrat, casi por unanimidad, obtuvo 5 estrellas (e incluso se escuchó por ahí un “¡mil estrellas!”). El taller de fotografía analógica, donde se sacaron fotos para el DNI que pegaron luego en sus bitácoras, también sumó 5 estrellas.

Evaluar así, desde la experiencia y no desde la nota, abrió un espacio de escucha muy genuino. Cada estrella se abría a un relato, a veces más tímido que había que estimular a veces en voz bien alta.

Al igual que el taller, cerramos esta crónica con un semáforo. Verde para lo mas lindo, amarillo para lo que gustó mas o menos, y rojo para lo que no gustó. 

Verde: el viaje a Montserrat, casi sin excepción. 

Amarillo: varía según cada quién. 

Rojo: “las horas”, “el tiempo”, no querer que el taller se termine. 

Que significativo ¿no? En tiempos de aceleración, del vértigo de las pantallas, los chicos y chicas de la ipem 338 le ponen rojo al tiempo, a la percepción de que el tiempo ahí queda corto. 

Fotografía: Área de Comunicación de la Secretaría de Extensión (FFyH-UNC)

Agradecemos al proyecto de investigación “Procesos de escolarización, prácticas escolares y experiencias estudiantiles en Córdoba desde mediados del siglo XX hasta la actualidad” (SECyT FFYH – CIFFyH), a los equipos de la cátedras “Antropología Social y Educación” y “Teorías del Aprendizaje” de la Escuela de Ciencias de la Educación (FFyH-UNC) y a quienes estudian y trabajan en la IPEM N° 338 “Dr. Salvador Mazza”, por posibilitar esta escapadita al aprendizaje divertido, compartido y posible.

Share