La universidad como espacio colectivo de libertad, verdad y justicia

Sin los avatares de la pandemia, la celebración de la segunda colación de grado, pregrado y posgrado de 2022 se pudo desarrollar y disfrutar con la intensidad de un momento inolvidable por parte de quienes recibían sus diplomas y quienes acompañaron en la Sala de las Américas. Se entregaron 151 títulos a egresadxs de  doctorados, maestrías, especializaciones, licenciaturas, profesorados, tecnicaturas y correctores literarixs.

La superación de la pandemia, o por lo menos la parte más crítica que obligó a modificar nuestra manera de relacionarnos colectivamente, habilitó a que la segunda colación de grado, pregrado y posgrado de 2022 en la FFyH recuperara la vitalidad y la frescura que caracteriza a una celebración única, inolvidable para quienes culminan una etapa de su vida y en el mismo momento empiezan a transitar otra.

El jueves 24 de noviembre, en una Sala de las Américas del Pabellón Argentina colmada de autoridades, egresadxs, docentes, familiares, amigos y trabajadorxs que hacen posible tan importante evento, la maestra de ceremonias, Silvia Lonatti, esta vez acompañada por Laura Ortiz (subsecretaria de Posgrado), dieron la bienvenida a lxs 27 egresadxs de Posgrado, de los Doctorados en Ciencias Antropológicas, Ciencias de la Educación, en Filosofía, en Historia, en Letras; la Maestría en Antropología; y de las Especializaciones en Adolescencia con Mención en Psicología del Desarrollo; en Enseñanza de las Ciencias Sociales y en Psicopedagogía Escolar, y 124 egresadxs de Grado y Pregrado, de las carreras de Licenciaturas en Antropología, en Archivología, en Bibliotecología y Documentación, en Ciencias de la Educación, en Filosofía,  en Geografía, en Historia y en Letras Clásicas y Modernas; además de Técnicas/os Profesionales Archiveras/os; Bibliotecólogxs; Profesoras/es en Ciencias de la Educación; Profesoras/es en Filosofía; Profesoras/es en Historia; Profesoras/es en Letras Modernas y Correctoras/es Literarias/os.

“Honrar la vida”, de Eladia Blázquez, fue la poesía elegida e interpretada por Lonatti como una suerte de regalo y mensaje a quienes esperaban ansiosxs el momento de subir al escenario para coronar la tarea cumplida. “La comunidad toda de la Facultad de Filosofía y Humanidades les abraza en este día tan especial, emotivo y feliz. Seguramente en rápida retrospectiva, la memoria les acercará cada momento compartido en las aulas, en los pabellones de Filo, en sus diversas participaciones y compromiso desde el claustro estudiantil, donde dejaron huellas de su hacer, su saber, sus deseos y también de sus amores. Hoy juran como graduadas/os de la Universidad Nacional de Córdoba, juran y se comprometen como graduadas/os de la Universidad Pública, Laica, Gratuita y Democrática, con los preclaros conceptos de la Reforma Universitaria del 18. Hoy juran y se comprometen a trabajar para que el conocimiento sea empleado en forma socialmente justa, para que sus prácticas profesionales y académicas estén al servicio de la justicia, la igualdad social y los valores democráticos. Valores democráticos y derechos democráticos conquistados que, sin embargo, están en permanente tensión y pugna, y no solo en nuestro país, la América toda así lo indica”, comenzó Lonatti.

Fue la Decana, Flavia Dezzutto, quien tomó la posta para compartir un mensaje que puso en valor el camino recorrido y el espacio transitado: “Terminar una etapa, un momento en el gran ciclo de la vida, supone meditar sobre lo andado, sabiendo que esa meditación acontece en la morada de nuestra memoria personal y colectiva. La memoria es más que los recuerdos, aunque los trame y los hile. La memoria supone haber hecho experiencia, haber prestado atención a lo caminado para darle un sentido, una orientación. Eso no ocurre en soledad, nuestro andar ha sido, es y será con otras y otros, con las muchas formas de lo viviente”.

“Aquí estamos como comunidad de estudiosos y estudiosas de las humanidades. Palabras grandes, como libertad, verdad, justicia se forjaron, se pulieron, encontraron su brillo en nuestras disciplinas. También mostraron sus opacidades y sus laberintos. Se discutieron, se transformaron, se convirtieron en emblemas, en talismanes para pensar la realidad desde otro lado, incluso desde lugares por inventar, para cambiarla de raíz”, continuó.

En otro pasaje de un discurso que navegó por citas de María Saleme de Burnichon, la gran maestra de maestrxs, la poeta Diana Bellesi, el pensador medieval Alberto Magno y el griego Aristóteles, Dezzutto señalo que “las humanidades se forjaron al calor de una frase: “Nada de lo humano me es extraño’, es decir, no hay nada humano que no me interpele de algún modo, no hay ningún ser humano que sea un extranjero para mí, para nosotros. Qué gran tarea tenemos, en estos tiempos de odio, en los que de diversos modos y en diferentes escenarios se nos convoca desde la agresión y la destrucción, nos toca llamarnos, nombrarnos desde nuestra común condición humana, con valentía, con claridad, con mansedumbre, con paciencia, con dignidad, sin ceder jamás a la violencia, y a todas las formas de guerra, también las que pueden anidar en nuestro corazón”.

Para finalizar, la Decana habló de “los gestos precisos, los saberes, los vínculos, las prácticas, las formas de inscribir la experiencia, es lo que nos permite hacer presente lo aprendido en el jardín de la propia vida. Un jardín que nos pide dejarse ir para cuidarlo, que nos habla de partir, de iniciar nuevas etapas del camino, para perdernos y encontrarnos, para ser, finalmente, un jardín:  el de la libertad como un don, el de la palabra como alimento y a veces como espada, el de la verdad que se acrisola en la justicia, el de unas formas de la felicidad que se multiplican compartiéndose, donándose, para ser más que meramente uno, para ser muchos y muchas, para ser iguales, para estar juntos. Aunque este mediodía traspasen la puerta de esta casa, de nuestra casa, como siempre, sabemos que todo será un poco distinto, y allí, en esos nuevos vientos podremos también reencontrarnos. Un enorme agradecimiento por haber caminando juntos, juntas, y buena vida”.

Esfuerzo colectivo

Las palabras, “esos grandes asuntos de las humanidades” que nos permiten “entender el mundo, configurarlo”, como había dicho Dezzutto minutos antes, fueron tomadas por una de lxs muchxs que recibían sus títulos para agradecer a la universidad pública, libre y gratuita. Flavia Romero, magister en Antropología, fue quien tomó el micrófono para hablar en representación de los egresadxs de posgrado y valorar el esfuerzo institucional que permite seguir capacitándose a todos aquellos que no están en una situación de privilegio para poder estudiar. “Por ese estudiante `no ideal´es que  son necesarias políticas que acompañen los procesos de formación; que promuevan una inclusión real y no una inclusión excluyente que se limite a invitar a ingresar a las especializaciones, maestrías o doctorados pero se desentienda de su posibilidad de permanencia y egreso. La Facultad de Filosofía y Humanidades sostiene ese compromiso y esa bandera en el grado y en el posgrado, y esto es vital porque muchas cuestiones se ponen en juego cuando hablamos particularmente de títulos de posgrado. En ese pedazo de papel existe una dimensión individual, claro, pero también colectiva, que no puede reducirse sólo al beneficio personal.  Sin que esto implique restarle reconocimiento al esfuerzo realizado, ese título es colectivo porque hubo otres acompañando, sosteniendo y sosteniéndonos,  porque lo hemos obtenido en una institución de educación superior pública, y aunque eso no implica una deuda a título individual, sí representa un compromiso con el resto de la sociedad, y porque la universidad pública construye conocimiento público no sólo PARA otres, sino CON otres”.

En este sentido, Romero recuperó el lema de la colación: “Más derechos, Más democracia”. “Seremos una institución mucho más democrática cuantas más voces la integren, cuantas más posibilidades haya de formar parte de esta universidad, cuanto más diversa sea la conformación socioeconómica de este auditorio, cuantas más compañeres trans reciban sus títulos como profesionales, cuantos más personas privadas de libertad que hoy estudian carreras de nuestra facultad en distintos penales de la provincia, egresen y puedan incluso seguir estudiando sus posgrados, y cuantas más comunidades y organizaciones puedan sentirse acompañadas en sus luchas”

Federico Guzmán Olivera, flamante profesor de Historia, habló en nombre de los egresadxs de grado, e insistió en ese esfuerzo colectivo –familiar e institucional-, que implica alcanzar un título universitario. Además del plano académico, rescató el espacio de socialización “que la pandemia nos hizo revalorizar”, porque en él “se desarrollan enriquecedoras instancias de intercambio, en nuestras aulas, pabellones y plazas”. También hizo hincapié en pensar a la educación pública como una “construcción colectiva, como obra de una comunidad educativa que hace universidad día a día, legado de generaciones que lucharon por ella, generaciones a las cuales debemos rendir homenaje y tomar su ejemplo en nuestro desempeño como profesionales. Una colación es un punto de llegada pero también de partida para nuevos caminos, y con ellos se aparecerán nuevos desafíos. Espero que lo acumulado sirva para que seamos una fuerza transformadora, y que a partir de un compromiso con nuestra realidad contribuyamos a hacer un mundo más justo y una sociedad mejor. En palabras de Deodoro Roca, ‘hacer alegremente cosas terriblemente serias”.

A las palabras le siguió la música, como en la colación anterior, nuevamente con Cecilia Mezzadra en voz y Jorge Martínez en piano, quienes interpretaron “La luna en tu pelo”, “Canto versos”, de Jorge Fandermole y “Mis amores”.

Finalmente, llegó el juramento por parte de la Decana a lxs 151 egresadxs, quienes fueron pasando y subiendo al escenario acompañado de profesores, familiares y amigxs para recibir el ansiado título académico.