Marzo 2007 | Año 3. Nº 15
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA, Argentina
 


La universidad como federación


Comienza el Doctorado en Artes


Los nuevos ingresantes

· Para compartir la lectura

· Un nuevo espacio para pensar las identidades

Las bibliotecas de Córdoba en la dictadura militar

Ian Hacking: "La raza es también un concepto social"

Cepia: para abrir la mirada

Subsidio internacional para investigadoras de la facultad

La historia de la historia en Córdoba

1
· El secreto en una mirada
3
· Macromoléculas y la
ciencia de la elección
5

· Lanzan convocatoria para la revista Síntesis

· El Museo de Antropología ya es una unidad asociada al Conicet.

· Plaza de la memoria, la verdad y la justicia

· Seminarios, cursos, encuentros
y jornadas
7

 


 


Opinión

Cepia: para abrir la mirada

Por primera vez desde su creación en el 2002, el Centro de Producción e Investigación en Artes (Cepia) tiene una gestión propia elegida por votación. Carina Cagnolo, flamante directora de este espacio, habla de los recorridos, búsquedas y desafíos de este centro destinado a promover la reflexión y la producción artística de la Facultad. “Nos proponemos abrir la mirada hacia los procesos en permanente transformación de la cultura actual y promover una relación participativa con la comunidad, revalorizando el protagonismo que la UNC tiene en los procesos culturales de nuestra ciudad”, expresa.

El Centro de Producción e Investigación en Artes (Cepia) tiene una historia tan corta como errática. Inaugurado en el año 2002, fue creado con el fin de albergar, gestionar y dar a conocer las producciones e investigaciones artísticas provenientes de los cuatro departamentos (Música, Cine y Televisión, Plástica y Teatro) de la Escuela de Artes, como así también presentar producciones artísticas provenientes de otros ámbitos a la comunidad de la Escuela.
Sin embargo, desde entonces, la creación y puesta en funcionamiento del Centro como institución se ha visto obstaculizada por diversos factores: la falta de una reglamentación propia impidió, durante años, que el Cepia constituyera su gobierno y así implementara políticas de gestión propias. Esto sumado a la inexistencia de un presupuesto capaz de sostener el funcionamiento del centro y de ayudar a promover la producción, gestión y difusión de actividades artísticas.
Estos factores facilitaron la dilución de la misión, presentando la imposibilidad de comunicar claramente qué es el Cepia y cuáles son los objetivos de su funcionamiento en nuestra comunidad.
Más allá de esta problemática particular, a pesar de su funcionamiento deficiente, el centro desde su creación ha sido un espacio simbólico importante: es el lugar desde donde nuestras prácticas pueden proyectarse hacia la comunidad, donde la vinculación con campos y agentes no universitarios se harían posibles, donde la producción artística y teórica deja de ser una práctica endogámica, hacia adentro, hacia nuestros pares más cercanos, para convertirse en objeto capaz de producir comunicación de sentido, dentro de los condicionamientos sociales propios de nuestra cultura. El Cepia es, entre otros espacios, un lugar simbólico de producción de sentido desde la actividad artística, que intenta proyectar la producción realizada en el ámbito universitario hacia otros campos de saber, otras instituciones, otras comunidades.

Vínculo y debate
A partir de fines del 2006, el Cepia comienza una nueva etapa: la de su primera gestión de gobierno electo, desde su creación. Los desafíos son grandes y numerosos. Pero ante todo, la meta principal en esta primera gestión, es reencontrarse con aquellos objetivos que dieron lugar a la creación de este centro y que expresan la valoración que aquellos, que en sus diferentes momentos, participamos del proceso de construcción, le otorgamos a este espacio. La puesta en marcha de su misión, que se expresa en objetivos a concretar: convertirse en un lugar clave de vínculo y debate, que esperamos sea profundo y fluido, entre la actividad de producción artística de la universidad y la cultura, en el seno de la comunidad de la que formamos parte. Creemos que es ineludible la necesidad, no sólo de promover y dar a conocer nuestras prácticas, sino también, y en la misma medida, de ponerlas en valor mediante la reflexión crítica.
Esperamos que el centro se convierta en un espacio capaz de dar lugar a prácticas de experimentación y debate intensos. Debatir y dar a conocer, donde el objeto artístico como producto sea una instancia más dentro de ese proceso y no un mero espectáculo, listo para su consumo.

Comunicación, participación y reflexión
La actividad artística de la ciudad de Córdoba tiene la potencialidad de proyectarse hacia otras geografías y hacia diferentes campos de la cultura, y sabemos que la universidad es protagonista indiscutible en este proceso. Sin embargo, en los últimos años y de un modo cada vez más elocuente, la actividad artística proveniente de esta institución, es débil en sus estrategias de diálogo y comunicación, en torno a la cultura, con la comunidad. El arte sufre, desde este espacio, una fuerte impronta académica, que ciertamente avala el pensamiento crítico impostergable en este ámbito, pero otras veces se transforma en academicismo, manteniéndose al margen de los procesos histórico-culturales propios de nuestras sociedades actuales –y de la crítica lúcida sobre estos procesos-, sin ir más lejos de nuestra comunidad local. Esta especie de aislamiento, aferrada a una noción de autonomía a veces demasiado conservadora, no facilita la posibilidad de reflexión crítica de los procesos sociales y culturales que nos afectan, perdiendo vitalidad en la participación como actividad humana productora de sentido, capaz de interrogar la realidad en la que vivimos.
El Cepia no debería perder de vista la posibilidad que la naturaleza de su espacio le brinda: la de intensificar la comunicación con los diversos agentes y entidades sociales y culturales; de promover el saber y la reflexión critica de las prácticas artísticas que se producen en el ámbito universitario, pero también propiciar experiencias de participación colectivas con espacios y actores diversos. Nos proponemos abrir la mirada hacia los procesos en permanente transformación de la cultura actual y promover una relación participativa con la comunidad, revalorizando el protagonismo que la UNC tiene en los procesos culturales de nuestra ciudad.

Un laboratorio de experiencias
Volviendo la mirada hacia nuestro interior universitario, creemos que el Cepia debe transformarse en un laboratorio de experiencias, donde las diversas prácticas artísticas y el pensamiento crítico sobre las mismas se encuentren en un diálogo que ponga en valor nuestra producción, incluso frente a nuestros pares más inmediatos. Esta gestión tendrá la política de abrir los límites de las prácticas disciplinares del grado, que si bien sabemos poseen sus problemáticas específicas, también se aferran a construcciones académicas y administrativas, de las cuales proviene más la falta de diálogo y apertura, que la posibilidad de dar cabida a prácticas interdisciplinares (en el sentido más amplio del término), ya ¨naturalizadas¨ entre muchos de nuestros estudiantes. El respeto por las prácticas y los saberes específicos no impide, en este espacio, la posibilidad de construcción dialógica de sentido. El Cepia intentará ser un espacio de contención de la producción artística en todos sus estados procesuales y no solamente en su presentación como espectáculo, y de su puesta en valor reflexiva y críticamente.

Lic. Carina Cagnolo
Directora del Cepia