Marzo 2007 | Año 3. Nº 15
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA, Argentina
 


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Sin Fronteras

Importante subsidio internacional
para investigadoras de la Facultad

El Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (Crefal) otorgó un subsidio de diez mil dólares a un proyecto de Elisa Cragnolino y María del Carmen Lorenzatti, docentes e investigadoras de la FFyH. La investigación fue seleccionada entre 68 propuestas de toda América Latina y aborda la problemática de la inclusión de los jóvenes en la educación básica y en los programas de alfabetización.

Un equipo del Centro de Investigaciones de la Facultad de Filosofía y Humanidades (Ciffyh), dirigido por Elisa Cragnolino y María del Carmen Lorenzatti, obtuvo un importante subsidio del Crefal para desarrollar, a lo largo de este año, el proyecto “Escolaridad básica y cultura escrita en los jóvenes y sus familias: una trama compleja para pensar la intervención educativa”. La propuesta compitió en la categoría de alfabetización y fue seleccionada entre 68 proyectos de toda América Latina. Sólo diez equipos obtuvieron el financiamiento: tres son de Argentina y los restantes de México, Brasil y Bolivia.
Para las investigadoras, la importancia de haber obtenido este subsidio radica, fundamentalmente, en el prestigio institucional del Crefal, un organismo de cooperación latinoamericana con sede en México que fue fundado en 1950, en el marco de la Cuarta Conferencia Internacional de la UNESCO. Desde ese entonces, esa entidad ha realizado distintas actividades para la formación de educadores y la difusión de conocimientos relativos a la educación de las personas jóvenes y adultas en toda América Latina y el Caribe.
El monto del subsidio obtenido es de diez mil dólares, además de contar con el compromiso del Crefal de publicar los resultados del trabajo y facilitar el encuentro de los distintos grupos de investigación que fueron seleccionados. La adquisición de material bibliográfico, la implementación de pasantías rentadas y la incorporación de un becario a través del sistema de becas orientadas de la Facultad (ver recuadro), son algunos de los ítems a los que se destinará el subsidio.

Los jóvenes en la mira
Uno de los objetivos del proyecto es relevar las políticas que diferentes organismos públicos y de la sociedad civil desarrollan en la provincia de Córdoba para propiciar la inclusión de los jóvenes en la educación básica y en los programas de alfabetización. Según Cragnolino, es necesario focalizar la mirada en los jóvenes porque “buena parte de la población que es usuaria del sistema de educación para adultos está compuesta por jóvenes. Esto habla del fracaso de la educación regular para niños y jóvenes”. Es decir que una creciente proporción de adolescentes que no pueden terminar en la edad escolar la educación general básica pasa al sistema de adultos. “Lo paradójico es que si bien el sistema de adultos está pensado para mayores de 18 años, cada vez están llegando personas más jóvenes”, señala.
Lorenzatti explica que, de hecho, en las escuelas para adultos actualmente se receptan alumnos de 12 años. “En Córdoba, en los últimos años, la Subdirección de Regímenes Especiales del Ministerio de Educación incluye en los cuadros la franja etárea de 12 a 14 años en los que se le solicita información a los maestros. Lo que legitima la presencia de estos chicos”, puntualiza. Otro dato que las investigadoras registraron es que, de acuerdo con la matrícula general de alumnos en los centros de nivel primario de jóvenes y adultos, el 48 por ciento tiene menos de 25 años. “Estas cifras dan cuenta de la relevancia de la problemática juvenil y, por lo tanto, de la urgencia de respuestas en términos de políticas para el sector”, expresan.
Además, en esta etapa macro del proyecto, el equipo prevé trabajar con los datos de la Encuesta Permanente de Hogares que les permitirá tener un panorama más actualizado de la cantidad de jóvenes que están adentro y fuera del sistema educativo. “Nos interesa trabajar con el tramo de 15 a 24 años, para poder ver cuántos son los jóvenes que no han terminado la escolaridad básica y contrastarlo con los que están efectivamente matriculados en el sistema de educación de adultos”, indica Cragnolino.
Por su parte, Lorenzatti sostiene que para poder entender esos números “también es necesario tener una mirada histórica de lo que pasó en el sistema de educación de adultos en los últimos años”. “Históricamente, desde los sectores gubernamentales, se ha tratado a la educación primaria de jóvenes y adultos del sistema formal como un reduccionismo de la escuela primaria diurna; los docentes de la modalidad no reciben capacitación específica, se trata de maestros formados para trabajar con niños”, revela. En este sentido, es reciente la incorporación de espacios curriculares destinados a la formación específica en los institutos de formación docente y constituyen experiencias aisladas que aún no tienen un impacto significativo.

La cultura escrita
Otro de los aspectos centrales de la investigación consiste en indagar cuál es el lugar que ocupa la cultura escrita en las propuestas de escolaridad para jóvenes. En este caso, la cultura escrita es comprendida como herramienta básica social y de conocimiento, que permite el acceso a mayores niveles educativos y facilita la incorporación laboral. “Entendemos que no se trata de una cuestión meramente técnica e instrumental de transcripción de fonema a grafema, sino que debe ser abordada como una práctica social compleja que involucra relaciones sociales y que no se resuelve solamente en el ámbito escolar”, apuntan las autoras del proyecto.
“Nosotros venimos trabajando desde hace algunos años con esta idea de que hay que tratar de identificar y analizar todos los recursos de cultura escrita que existen –tanto dentro como fuera de la escuela- y que muchas veces los docentes no reconocen”, dice Cragnolino. En este sentido, la hipótesis de trabajo es que “hay recursos de cultura escrita y que la gente tiene prácticas de cultura escrita pero no son las prácticas legitimadas escolarmente. Entonces, el desafío es reconocer esas otras prácticas para que formen parte del cotidiano escolar”. “Desde esta perspectiva la escuela es un lugar privilegiado para acceder a la lectura y la escritura pero no es el único ya que existen otros espacios generadores de lectura y escritura tales como el hogar, el centro de salud, la iglesia o el trabajo, entre otros. En cada uno de estos espacios sociales hay varios tipos de textos y prácticas de lengua escrita”, indican.
Sin desconocer que el tema de la inclusión de los jóvenes en las escuelas implica un desafío metodológico para los maestros, las investigadoras plantean que es necesario “reflexionar y trabajar con los sujetos desde sus potencialidades y sus reales posibilidades”, y revertir una tendencia arraigada entre los docentes y las instituciones escolares de pensar a esta población “sólo desde las carencias, las dificultades, aquello que no tienen, no pueden y no es posible modificar”. “Cuando uno habla con maestros de adultos o jóvenes de sectores urbano-marginales o de zonas rurales, generalmente hay una visión desvalorizante de los alumnos y de las familias”, relata Cragnolino. Frecuentemente, la heterogeneidad de edades y niveles es considerada una desventaja, ya que los docentes deben contemplar las expectativas de los jóvenes -que en la mayoría de los casos quieren continuar con los estudios secundarios- junto a las necesidades de adultos que no saben leer y escribir. Sin embargo, para las investigadoras es importante encontrar las claves que permitan pensar esta situación desde un horizonte de potencialidades y propiciar una reflexión pedagógica que redefina el quehacer de los maestros.

Un caso testigo
El proyecto también incluye la realización de un estudio en una institución escolar que fue elegida, precisamente, por reunir una serie de condiciones que son relevantes para la investigación. Se trata de una escuela-granja que se encuentra ubicada en la zona rural de una ciudad del interior de la provincia de Córdoba. “Seleccionamos esta escuela porque constituye una propuesta educativa novedosa que reconoce la importancia de la educación básica, pero que trata de articularla con propuestas de educación para el trabajo y esto constituye una preocupación central en la modalidad de educación de jóvenes y adultos; por las condiciones de vulnerabilidad social de la población juvenil que asiste y, finalmente, porque esta institución es el resultado de un intento de cooperación entre organismos públicos y de la sociedad civil”, destacan.
En este contexto, el equipo propone hacer la reconstrucción de la historia de la escuela en el marco de las políticas en educación que se han venido desarrollando en los últimos años, así como analizar el impacto de los cambios de jurisdicción y las prácticas desarrolladas por docentes y alumnos. “Es un buen lugar, por su complejidad, para ver qué está pasando con las políticas sociales y educativas en nuestro país”, sintetiza Cragnolino.

Beca de investigación Orientada

Hasta el 26 de marzo podrán presentarse los interesados en formar parte de este proyecto. La convocatoria está dirigida a estudiantes de Ciencias de la Educación (Escuela de Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Humanidades) del último año, que hayan aprobado alguno de los siguientes seminarios: 1) Alfabetización y Educación Básica y 2) Procesos de Alfabetización de Jóvenes y Adultos.
El formulario de inscripción puede ser completado como documento de Word, para lo cual el interesado deberá bajarlo de www.ffyh.unc.edu.ar o solicitar su envío por correo electrónico a secyt@ffyh.unc.edu.ar. El reglamento de becas orientadas está disponible para su consulta en la página de la Facultad, en la sección de la Secretaría de Ciencia y Técnica.

Para más información: Secretaría de Ciencia y Técnica, Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba. Pabellón Agustín Tosco, 1º Piso - 4334061, int. 218). @: secyt@ffyh.unc.edu.ar