“El trabajo docente no se parece a ningún otro”

El concepto pertenece a Elsie Rockwell, la investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (DIE – CINVESTAV) de México, quien el 22 de julio en el Pabellón Residencial, dialogó con estudiantes, profesores y sus pares cordobeses sobre “Trabajo docente, evaluación y reformas educativas”.  [24/07/2014]

Cerca de 100 personas abarrotaron el Aula D del Pabellón Residencial para “conversar” con la reconocida investigadora mexicana Elsie Rockwell. La actividad fue organizada conjuntamente entre el Doctorado en Ciencias de la Educación, la Maestría en Pedagogía, el Área Educación del Centro de Investigaciones y la Escuela de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades.

La encargada de presentar a Rockwell fue Adela Coria, directora del Doctorado en Ciencias de la Educación, quien destacó “la larga e intensa relación” entre la FFyH y el Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV, que comenzó a mediados de la década del 80, cuando un grupo de docentes de la Facultad participó en un congreso de etnografía. “Hay mucho que nos liga y muchos de nosotros nos hemos formado con ustedes”, señaló Coria.

Las conversaciones con los estudiantes y docentes de la FFyH e institutos de Formación Docente, investigadores y docentes, se basaron en dos presentaciones de Rockwell: “La complejidad del trabajo docente y los retos de su evaluación: resultados internacionales y procesos nacionales de reforma educativa” y “El trabajo docente hoy: nuevas huellas, bardas y veredas”, que toma como referencia un artículo clásico de la autora "De huellas, bardas y veredas: una historia cotidiana en la escuela", del año 1982 que fue publicado, conjuntamente con otros trabajos en el libro "La escuela cotidiana" (1995), que reúne capítulos de estudios etnográficos sobre la escuela primaria en México.

En su larga trayectoria, Rockwell colaboró con varios proyectos de educación indígena en Oaxaca y en la Secretaría de Educación Pública en México, e ingresó en 1973 al Departamento de Investigaciones Educativas, que dirigió entre 1986 y1990.

Allí desarrolló una de las líneas de investigación educativa más reconocidas: la antropología de la educación. Sus estudios etnográficos acerca del trabajo docente y de la vida cotidiana en la escuela, así como las tesis que dirigió en esta línea, marcaron un hito en el estudio y la reflexión acerca de las culturas escolares. 

“En los años 80, junto con Justa Ezpeleta y un equipo, empecé a investigar sobre el trabajo docente e hicimos una primera incursión en escuelas. Después ese trabajo se reflejó en el libro “La escuela cotidiana” y en varios otros textos que circularon en todo tipo de versiones. Esa fue la fundación de una mirada etnográfica en torno a lo que llamamos el trabajo docente”, comenzó Rockwell.

En los años noventa, retomó su interés en la historia para realizar un estudio sobre los vínculos entre la formación del estado federal posrevolucionario y la construcción de culturas escolares, en el caso de Tlaxcala. “Me metí en la historia de esas escuelas, para tratar de comprender cómo se habían producido las prácticas docentes y cómo se habían constituido esas escuelas, con un gran trabajo de archivo. De ahí salió mi tesis doctoral, pero después fui a trabajar con otros temas”, continuó.

Si bien reconoce que “había dejado de lado un poco el tema del trabajo docente”, durante el año sabático en Francia, entre 2005 y 2006, realizó un estudio etnográfico en escuelas primarias de París. “De regreso a México, me dieron ganas de volver a trabajar con las escuelas que había trabajado en los 80, donde tuve que enfrentar el mismo discurso de aquel entonces: que el maestro no cambia nunca, que las reformas van y vienen. Parte de mi idea era ver si eso era cierto o no. Así que durante un semestre me dediqué a hacer rondines por todas las escuelas que había trabajado en los 80, ya bastante cambiadas”. Uno de los cambios más notables que observó después de algunas reformas en la educación mexicana, fue el uso de las Tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las aulas.

Refiriéndose al texto “La complejidad del trabajo docente y los retos de su evaluación: resultados internacionales y procesos nacionales de reforma educativa”, señaló que fue el resultado de una invitación para participar de un foro organizado por el Senado mexicano, donde se trataban temas que están por legislar. “Estuvimos ahí varios investigadores tratando de argumentar que no era posible identificar a los docentes por medio de métodos de evaluación masivo como los que estaban planeando. Estaban por aprobar algo que no tenía mucho futuro”.

Después relató que fue en ese contexto en el que ella se encontró nuevamente introducida en la “dinámica de acompañamiento de los movimientos magisteriales, cosa que también habíamos hecho en los 80, y que nos había ayudado a comprender el trabajo docente desde los trabajadores” y con lo que se dio cuenta de que “el trabajo docente no se parece a nada, es terriblemente difícil. No se lo puede comparar con ningún otro”.

Es que esto último está relacionado con la evaluación del trabajo docente. “Es muy claro que estos sistemas de evaluación universal generan una serie de prácticas corruptas, absolutamente desquiciantes, en todos los países. Y no hay ningún estudio estadístico que haya logrado mostrar que mejoran la calidad de la educación”, afirmó. “Lo único que ha hecho en todos lados es producir una fuerte polarización del sistema público en escuelas de alta calidad y escuelas de peores condiciones. Los recursos se dan en función de tener buenos resultados en lugar de lo contrario y la consecuencia ha sido el cierre de escuelas publicas y apertura de escuelas privadas subvencionadas, con intereses de muchos tipos en el medio: inmobiliarios, políticos, empresarios, etcétera. No es para nada casual que la reforma en México esté impulsada por la Fundación México, que es de Televisa. Hay un encuadre de la evaluación que desvirtúa totalmente su sentido. Hay que repensar todo el sistema evaluativo. No hay producción de conocimiento que no sea colectivo, pero se pone sobre este trabajo del colectivo un esquema de evaluación individual y de competencia”, concluyó.

La actividad se extendió más de dos horas y los docentes e investigadores que pudieron participar, tuvieron la oportunidad de dialogar de manera directa con Rockwell, pudiendo compartir experiencias personales en la compleja tarea de enseñar y contrastar, a su vez, diferencias y similitudes que se producen en los distintos ámbitos y niveles de la educación argentina.   

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