Celma Agüero, pionera y maestra

El jueves 25 de agosto falleció Celma Agüero en la ciudad de México a los 93 años. Fue docente en la Escuela de Historia entre 1956 y 1966. La expulsaron de la UNC durante la dictadura de Onganía y se refugió en México donde vivió y se desempeñó como Profesora-Investigadora en El Colegio de México de 1968 a 2007. Sin embargo, mantuvo vínculos fluidos con la FFyH durante toda su vida y nos visitaba cada tanto. Fue una de las precursoras de los estudios de África en Argentina y formó a numerosxs discípulxs que mantendrán vivas sus enseñanzas. En homenaje, se realizó un recordatorio al comienzo del ciclo Torna África.

El jueves 25 de agosto llegó una noticia muy triste desde México. Había fallecido Celma Agüero. Una de las “imprescindibles” de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Celma nació en Córdoba en 1929 y se recibió de Maestra Normal en la Escuela Normal Superior Garzón Agulla. Luego se fue a estudiar a la Universidad Nacional de Tucumán, donde estudió Licenciatura en Historia y Licenciatura en Lengua y Literatura.

“Mis maestros de la Normal me incentivaron”, contaba Celma a Mario Rufer en una entrevista para la revista Cuadernos de Historia ante la pregunta de por qué había elegido Tucumán para su carrera universitaria. “Era un polo intelectual impresionante que tenía todo el apoyo de Perón todavía en ese momento (aunque la mayoría de nosotros y de nuestros profesores no simpatizáramos con Perón). A esto se sumaba la impresionante captación de exiliados europeos que habían huido del nazismo. A su vez, la Facultad de Filosofía en Córdoba tenía, en esos años, demasiada influencia clerical y no me convencía del todo como espacio de formación. Un poco en contra de la opinión de mis padres decidí empezar las dos carreras –lengua y literatura italiana e historia— al mismo tiempo, en la Universidad Nacional de Tucumán”.

Rodolfo Mondolfo fue el profesor de su primera materia en Tucumán y por medio de él conoció a su asistente: María Saleme, quien se convertiría en su “amiga entrañable de toda la vida”. Estas personas serían claves para su regreso a Córdoba en la década del 50. “Yo volví a Córdoba en busca de trabajo. En ese momento, el filósofo Victor Massuh había sido nombrado Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Fue él quien convocó a Córdoba a mucha de la gente que el peronismo había cesanteado: Juan Adolfo Vázquez, María Saleme de Burnichón, Pila Vela, Andrés Raggio, y también a Labrousse. Ahí Labrousse me pide que sea su profesora asistente en Córdoba, con lo cual mi expectativa e ilusión eran enormes. Pero él muere en ese verano de 1956 en las sierras, a los 46 años apenas. Ese año fui contratada en Córdoba. Primero como profesora de Introducción a la Historia, luego pasé el concurso de Historia Contemporánea, con el tribunal presidido por Halperin Donghi”, relataba en la misma entrevista.

Aquí fue profesora en la Escuela de Historia en la cátedra “Introducción a la Historia” y luego, profesora titular concursada de “Historia Contemporánea” hasta 1965. Cursó la Maestría en Estudios Orientales en El Colegio de México y su Doctorado en La Sorbona, París, bajo la dirección de Georges Balandier.

“El clima Argentino no era fácil, pero Córdoba ya era un espacio de calidad de pensamiento y comunicación. Cuando llegué, la figura prominente en Historia, sin dudas, era don Ceferino Garzón Maceda. También Pila acababa de incorporarse a la cátedra de Historia Moderna. Con ella intentamos proponer nuevas perspectivas, obviamente bajo la influencia francesa y de Annales, considerando la historia económico-social, la importancia del espacio sin descuidar la dimensión política, tan cara a Labrousse”, continuaba.

Celma junto a Marcela Sosa durante una visita a Córdoba. (Foto: gentileza: Marcela Sosa)

Sin embargo, Celma fue desafectada de la Universidad Nacional de Córdoba después del golpe de Onganía de 1966 y al no poder reintegrarse a su actividad docente, aceptó el ofrecimiento de El Colegio de México para sumarse como Profesora Investigadora en el Centro de Estudios Orientales y en el Centro de Estudios de Asia y África, del cual fue una de sus fundadoras en 1982.

En 1998, Celma volvió a la Escuela de Historia a dictar un Seminario optativo sobre “Historia e Historiografía de África” para estudiantes de la carrera.

En 2007, El Colegio de México le realizó un homenaje a Celma Agüero por su jubilación después de casi 50 años de docencia. Durante el acto se definió a sí misma como “una historiadora, pero sobre todo una maestra, mi primer título y tal vez el único verdaderamente importante”.

Justa Ezpeleta y Celma, compañeras de vida y militancias. (Fotografía: gentileza Daniel Saur)

Una pionera de los estudios africanistas en Argentina

“África aparece en el escenario nuestro, como en el del mundo occidentalizado, en 1960. Nosotros queríamos saber, informarnos, y a ello se sumaba el interés creciente de los estudiantes, de Córdoba, primero, y después de Bahía Blanca y Buenos Aires. Nos preocupaba estar en condiciones de responder a sus preguntas que, inicialmente, se referían a los líderes políticos e intelectuales: Kwame N’Krumah, Leopold Senghor, Lumumba, Nyerere, esos señores que comenzaban a revolucionar, literalmente, el mundo”, recordaba con Mario Rufer, egresado de la Escuela de Historia y uno de sus discípulos en El Colegio de México, en la entrevista sobre los inicios de los estudios africanistas en nuestro país.

Diego Buffa, docente de la Escuela de Historia y codirector del ciclo Torna Africa, junto con María José Becerra, también evoca la importancia de Celma en esta temática. “Fue una de las profesoras que iniciaron los estudios africanistas en la Argentina, con lo cual tuvo una importancia muy relevante. Era nacida en Córdoba y recurrentemente volvía, tenía contactos con toda la gente que trabajaba  sobre África y, de alguna manera, nos introdujimos en esto motivados por ella y estuvo siempre muy cercana a nosotros. El homenaje no sólo se lo merece por su trayectoria sino también por su calidad humana”.

Así que en el inicio del ciclo Torna África, que comenzó el viernes 26 de agosto, organizado por el Doctorado en Historia de la FFyH, el Programa de Estudios Africanos del CEA (Facultad de Ciencias Sociales) y el Programa de Investigación sobre África y su Diáspora en América Latina (AFRYDAL) del CIECS-CONICET, se rindió un sentido homenaje a Celma, con motivo de su reciente desaparición física.

En su discurso, Buffa resaltó su calidez humana, su apasionamiento por la vida y su continua vocación solidaria. Asimismo, se puso de relieve el carácter de pionera en los estudios de África desde la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, conjuntamente con la Profesora María Elena Vela. Ambas supieron incorporar en sus contenidos curriculares nuevos enfoques vinculados al devenir de un continente como el africano, que por entonces transitaba un proceso independentista apasionante, y que, al mismo tiempo, se encontraba estigmatizado o invisibilizado por una historia eurocéntrica.

Finalmente, compartimos un extracto del perfil de Celma Agüero escrito por Mario Rufer en la entrevista publicada en la revista Cuadernos De Historia. Serie Economía Y Sociedad, que se puede leer completa en https://revistas.unc.edu.ar/index.php/cuadernosdehistoriaeys/article/view/9948

Celma Herminia Agüero Dona nació en el legendario barrio de San Vicente, Córdoba capital, en agosto de 1929. Es Maestra Normal por la “Escuela Normal Superior Garzón Agulla”. Licenciada en Historia y en Lengua y Literatura Italiana por la Universidad Nacional de Tucumán, estudió en la conocida “época de oro” de esa institución. Fue profesora de la Licenciatura en Historia en la Universidad Nacional de Córdoba entre 1956 y 1966; primero a cargo de la cátedra de Introducción a la Historia, luego profesora por concurso de Historia Contemporánea. Cursó la Maestría en Estudios Orientales en El Colegio de México y el Doctorado de III Ciclo en Sociología Africana en La Sorbona, bajo la dirección de Georges Balandier. En ese periodo en París, cuando se discutía mucho sobre el papel de los intelectuales, vivió de cerca el mayo francés.

Imposibilitada de retornar a Argentina debido al golpe de estado perpetrado por Onganía, aceptó el ofrecimiento de El Colegio de México para integrarse como Profesora-Investigadora. Allí, entre 1968 y 2007 formó parte del cuerpo docente del Centro de Estudios Orientales, luego Centro de Estudios de Asia y África. En 1982 fue una de las fundadoras y luego coordinadora del Área de África de ese Centro. Su pasión por el continente africano y su historia, y su compromiso por difundir y alentar la conexión intelectual “sur-sur” en Latinoamérica, la caracterizan hasta hoy.

A lo largo de su carrera, Celma dictó seminarios y conferencias en diferentes universidades latinoamericanas y en Estados Unidos, Francia, España, Egipto, Senegal, Guinea Bissau, Uganda, Camerún, Mozambique, Sudáfrica, entre otros.